miércoles, 28 de julio de 2010

LOS CHICOS DEL CORO


Esas fotos oficiales de los gobiernos formados delante del Palacio de la Moncloa con el Presidente en cabeza siempre me recuerdan a los grupos corales, y viceversa. El otro día en el Pregón de Santiago presenciaba la actuación del “Laureado” y no podía menos que imaginarme a Pepiño Blanco cantando “Soy de Langreo” y al resto de sus colegas ministeriales replicando “Esi mandilín que me diste ayer, ya lu recosí, ya lu remendé”, todos ellos bajo la batuta del maestro Zapatero. Y observando, en mi ensimismamiento, al coro langreano no dejaba de hacerme algunas preguntas. El libro ese que lleva cada miembro (y miembra, en su caso) y que mantienen abierto ante sus ojos durante la actuación ¿pa qué sirve? Estoy en la duda porque ye que ninguno mira pa él, así que debe de traer algo así como el menú o la carta de los restaurantes, pa ir después a comer, o a cenar. Así ya van eligiendo. De hecho, cuando yo era un neñu, un día que fui con mi padre a un restaurante, cuando el maitre (o como se llame esi de la tarabica que pon una mano atrás como si quisiera guardar algo) nos ofreció dos libros de esos, la carta, dijé-i yo “y usté ¿dónde canta?”. Claro no taba yo muy acostumbráu a eso de andar por los restaurantes.

Y el director (o directora) ¿pa qué sirve?, porque tampoco mira nadie pa él, o pa ella. Esi sí que debe de ser un adornu. O a lo mejor sirve solo pa llevar les hosties de la crítica si alguien desafina o los bajos tan muy altos. Eso sí, cuando terminen la canción ye cuando da la vuelta y to los del público y puén ver el careto. Así ye que los chicos del coro no miren ni p’al libru ni pal dirigidor. De hecho no miren pa ningún lao. Tienen la vista como perdía en un puntu del horizonte indefiníu. Tan todos como poseíos por un espíritu líricu. Claro, como canten les mismes siempre, saben to les canciones de carretilla. Puén cantales hasta durmiendo, o borrachos. ¿No ven como, después del acto, van a tomar sidra y no lleven libru ni director, canten otres canciones y hacénlo como los ángeles? Pues la respuesta ye esa: que son unos profesionales. Igual que el cocineru del restaurante, que pa hacer la fabada no necesita del libru de Maria Luisa ni del chef pa que-i salgan como a mi güela.

Duke piensa que con los chicos del gobierno pasa otro tanto de lo mismo. No necesiten el libru de instrucciones ni el director, porque son unos profesionales del cante. Aunque, en esti casu, ye él, el Presidente, el que lleva les de perder, porque mira que haylos (as) que desafinen. Luego la actuación ye un desastre, merecedora de una buena tomatina, y el baranda diz que la culpa tiénla el repertorio que no ye el apropiáu y ta obsoletu. Que van a incorporar uno nuevu, cuando lo que teníen que hacer era cambiar los músicos y poner un nuevu director. Canten muy mal, cada vez peor. Hacíayos falta un buen Voncarayan y algunes voces nueves.

Imágenes obtenidas de Google

2 comentarios:

  1. Aclaración colateral:

    Como parece desconocer qué llevan en la carpeta los coristas, lo que le sirve para elaborar una chanza del Gobierno Central actual, le aclaro, como modestísimo corista de otro coro, que en las carpetas se llevan las partituras de las canciones, es decir unas representaciones gráficas de la letra y la música de las canciones que se van a interpretar.

    En general, los coristas saben las canciones, pero de vez en cuando se echa una ojeada a la partitura (intercalando esa ojeada con una atención permanente al director, fíjese en este detalle cuando tenga otra ocasión)para concretar un detalle de la letra o una nota determinada de la música, que sube, baja o se mantiene.

    Hay que estar atento al director, porque en un momento determinado puede imponer un ritmo más rápido o más lento a la canción; porque una canción de tres estrofas puede sobre la marcha decidir que se quede en dos porque no está saliendo bien o porque conviene acortar el concierto; puede ordenar realzar la voz a una cuerda (es decir, a los tenores o a los bajos, por poner un ejemplo)y paralelamente indicar a otra cuerda (grupo de voces)que baje el volumen.

    Si algún día tiene ocasión de presenciar un concierto y situarse no detrás director (como en general no hay más remedio por la configuración del auditorio) sino a su altura o incluso a la altura de los coristas, observe los gestos del director, que vistos de frente son otra cosa.

    Los coristas pueden cantar esas mismas canciones en chigres o espichas y en algún caso, cuando se saben la canción muy bien, un profano puede no notar la diferencia, pero le aseguro que incluso en una espicha, aunque se haya dejado fuera la partitura, se agradece que el director dirija entre trago y trago.

    El coro Santiaguín es un coro de voces graves, es decir, de hombres. No hay miembras, aunque sí podría una mujer ser la directora, de hecho en alguna ocasión dirige un mujer, pero el director titular es el que en la foto aparece en la fila inferior a la derecha del todo.

    A mucha gente la agradará ese detalle, que el que dirija cualquier cosa se sitúe a la derecha del todo.

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  2. Como en la política, hace falta un guión (la carpeta con las partituras), unos buenos cerebros (o voces, en este caso) y un buen presidente (director).
    La_Nenina

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