martes, 31 de enero de 2017

TRENES, AVIONES Y BARCOS

Para adorno del soterramiento.



Para que vean los de afuera que en este pueblo somos modernos. Ahora que parece que, por fin, vamos a tener Metro, dicho con más propiedad “Suburbano”, vamos a ir mucho más allá y, con el tiempo y una caña, dispondremos de un avión cedido por el ejército del aire al Círculo Aeronáutico Jesús Fernández Duro de La Felguera. Como no tienen cochera dónde metélu y tampoco lu van a dejar aparcáu en cualquier sitiu, estos del Círculo hablaron con la Alcaldesa y, por lo que se ve, acordaron ponélu en una glorieta del futuru nuevu Boulevar sobre el soterramiento de FEVE. No paguen y de pasu adorna. Resulta que no tenemos donde aparcar nuestros coches ni pagando y ahora van a destinar más de 150 metros cuadrados de espacio público para poner un avión que no vuela. Porque el Mirage F-1 esi, mide 15,30 metros de largo por 8,40 de ancho y, claro, pa aparcálu necesítase una glorieta que, por lo menos, mida 16 metros de diámetro. Mucha glorieta nos parez esa, vamos digo yo. Pero bueno, como doctores tiene la Santa Madre Iglesia, estos señores del Círculo Aeronáutico y la señora Alcaldesa -que de esto saben más que Duke y yo- estarán preparaos y sabrán lo que hacen con el dichosu avión. Porque ye que tampoco van a daílu a la Policía Municipal pa que apatrulle la ciudad, no creo yo que tengan ningún agente con gorra de platu que disponga del carné pa pilotar un parato así.

De manera que el día en que se inaugure el soterramiento, el boulevar, la glorieta, y se traiga el avión pa ponélu en élla, esti publu va a ser un espectáculo de la hostia. Solo el trailer que tienen que usar va a tener más ruedes que la casa Michelín en stok. A no ser que lu manden desmontáu, como en los fascículos. Lo que pasa ye que, después, ¿quién lu monta? No creo que sean los del Ayuntamientu porque, no saben hacer un parque, ¿van a saber montar un Mirage? Así que tendrán que armálu los del Círculo con ayuda de algún mecánicu de por aquí. Esperemos que nos yos sobren pieces.

Esti mundo avanza que ye un primor, y Langreo con él. Cuando aún no hace muchos años se inauguraba en La Felguera el monumento al ilustre dibujante Alfonso Iglesias (del que estos días se conmemoran los cien años de su nacimiento) obra del artista felguerino Iglesias -también- Luelmo y conocido como “El Madreñogiro” que el ingenio de Alfonso hizo consistir en una simbiosis entre una madreña y un autogiro; cuando esta obra es de las más características de nuestra ciudad, por original, decorativa y visitada, ahora (d.m.) llega el avión esi que va a concitar les miraes y visites de to les gentes de aquí y de fuera, en perjuiciu de lo nuestro. El problema va a ser que no va a poder vése desde el tren porque, claro, va a ir por bajo, que ye por donde tienen que ir los trenes.

A nosotros no nos parece mal la idea. Qué va. De hecho creo que hemos dado con el filón para resucitar esta cuenca, siempre basándonos en el “I + D + i”, que es lo que se lleva ahora. Museos y monumentos, y cuanto mas grandes mejor, eso es. Pero también instalaciones deportivas como un Centro Hípico o un Campo de Golf, ¿por qué no? Y ahora que lo pensamos, debería de constituirse también un Club Náutico e ir haciendo gestiones con algún almirante amigu de la Armada Española para ver si tienen algún portaaviones o alguna fragata en excedencia y nos la ceden. Con el precedente ya creado, hablaríamos con Esther para que gestione con la Confederación Hidrográfica la construcción de un malecón pa amarrarlu en el Nalón a su paso por Sama o Lada.. Y si no, ponémoslu en otra glorieta. Por glorietes que no quede. Además podíemos matar dos pájaros de un tiru: traemos el avión subíu en el barcu. La Chacón, que ye la baranda de esto y la que paga, seguro que nos lo agradéz ¿Que Duke ye un desmesuráu? Anda que ellos…

lunes, 30 de enero de 2017

ICEBERG



Una parte de la Antártida.


Esti va a ser un problema internacional muy gordu. Ye el casu de esi cubito de hielo que sal de la nevera disparáu y no sabes ónde va parar, que al final igual lu encuentres debajo el taquillón y acabes echando-í la culpa a Duke que no pudo contener el esfínter esi. Pero resulta que ye un iceberg de la de su madre, diez o cien veces más grande que el que hundió al Titánic. Mayor que La Rioja, contando Logroño, Haro y Santodomigodelacalzada. Y uno que, cuando estudiaba aquello de la “insula in flumine nata” en derecho civil, tenía dudes existenciales de a quién adjudicar el tapín que iba por el río después de soltase del práu, ahora pregúntase de qué país va a ser esi pegollu hielo que va a navegar por los océanos sin rumbo. Porque al cachu grande de onde se desprende tan reclamándolu treinta países, los de siempre y veinticinco más.
Pero, vamos a ver, ¿pa qué queréis un piedru de hielo tan grandón?, supongo que no va ser pa hundir cruceros y joder les vacaciones a los señores pasajeros. Lo que me parez  ye que tenéis la intención de poner una estación espía d’eses pa que no se muevan les sardines ni los tiburones, pa tenelo tó controláo. El casu ye que, aparte de les reivindicaciones xeláes, el mayor problema ye que la Antártida en verano sólo tién un diez por ciento del hielo que tien en invierno, con lo que si ahora que allí ye verano escapa esi cachu llenu de plantaciones vitivinícolas ¿?, cuando llegue el invierno va a quedar un buracu de la de su madre. Pa meter La Rioja y La Ribera del Duero juntes.
Lo que pasa ye que tovía no se desprendió. Queden veinte kilómetros, como d’aquí a Oviedo, y eso sáltolo yo. Tengo amigu que diz que fue el mejor soldaor de Asturies y parte del extranjero. Voy a comentailo, a ver.  De manera que eso pégalo con la autógena  en lo que dura un “ay” y, si haz falta, refuérzalo con tornillos barraqueros de los que haz él. El asuntu ye que, al final,  se suelte el cachu grande, porque ahí tienen to los husos horarios y él sólo trabaya de 9 a 12. El mi amigu ye pa coses grandes, pero menos.

sábado, 28 de enero de 2017

MI ESPECIE Y LAS OTRAS

DUKE DISPONE

MI ESPECIE, Y LAS OTRAS

Reflexionar mucho y hablar poco.
Es el secreto para aprender mucho (Probervio chino)

Ayer, era casi medianoche, saqué a mi amigo Marce a pasear por el Parque Dorado de Sama. Lo hacemos todos los días, aunque no a esas horas. Yo, que soy un perro, disfruto con esos momentos, aunque esté frío. Y lo estaba. Pero, como siempre salimos sobre las ocho de la tarde, esto para él era un premio especial. Y yo, atento y cordial, le acompañé. No, en vano, es quien mejor me comprende y con quien mas comparto mis asuntos . Somos excelentes amigos (creo que él ya lo ha comentado en estas páginas), pero, como en toda amistad, ambos tenemos nuestras pequeñas disputas y nunca nos lo reprochamos. Él se para a hablar con los suyos, sean machos o hembras, y yo, aunque no haya nadie de los míos de compañía, espero pacientemente a que termine (y hay veces que tarda en terminar). A cambio él permite que me pare a jugar con mis amigos y a cortejar a mis amigas. Y comprende mi sexto sentido esperando siempre a que satisfaga mis veleidades olfativas, porque soy un auténtico perfumista, y mi amigo lo sabe. Por ese intercambio permanente de mutuas tolerancias nos queremos, somos colegas, y no podríamos vivir uno sin el otro. Pero a lo que iba desde el principio: Paseábamos juntos por el parque, cuando veo, de lejos, que dos individuos amigos discuten airadamente, mientras tres de nosotros se observan y, asustados, permanecen en silencio. Alarmado, sujeto a mi dueño no sea que vaya a meter mas lío. La pequeña batalla se termina y la heterogénea reunión se disuelve. Seguimos camino y, al poco rato, nos encontramos con uno de los presuntos rivales. Dos pequeños colegas que van sujetando a su amigo, muy parecido al mío, que comienza a contarle lo que ha pasado: ha amenazado al otro con denunciarle porque aquél había hecho ademán de dar una patada en el culo a su compañero y, además, ha dicho que mal ejemplo le estaba dando a su hijo, que le acompañaba. Marce y yo escuchamos el relato con cierto escepticismo. Acto seguido nos despedimos y, no pasan dos minutos cuando, nos encontramos con la parte contraria: un colega algo mayor que yo acompañado de sus amigos, un padre y un hijo. Como había pasado con los anteriores, los amigos se ponen a hablar mientras yo juego con este colega que me parece mas simpático que los otros, y hablan durante un rato. Aquel amigo dice al mío que, el otro, había amenazado con denunciarle por llevar suelto a mi colega y, él y yo, al igual que había pasado con los anteriores, nos miramos y decimos: ¿De dónde han sacado esta historia?. ¿Qué es lo que les pasa a nuestros amigos?. Nosotros no tenemos estos problemas. Nos olemos, jugamos si procede y nos vamos tan contentos. ¡Ya nos conocemos, hasta la próxima!. Nosotros somos el pretexto para que ellos se hablen y se conozcan un poco. Nos marchamos, y hasta llegar a casa, he pensado hacer esta columna, y escribirla yo en esta ocasión. Por eso no hago puntos y aparte. Luego, ya nervioso por lo sucedido, mi amigo me hace las abluciones de todos los días: mis patas, mi hocico y partes. - ¿Por qué todos me tienen que tocar los “huevos”, sin permiso ni anestesia?. Al mío se lo permito pero, estos amigos de mi amigo son una nota. Y algunos de mis colegas, que les llevan sujetos con la correa, deberían de leerme y pensar que, de vez en cuando, hay que soltarles, aunque les multen.

Marce me dice que ésta es la última vez que me deja hablar porque yo sí que soy una nota. Me dice que soy un liante.

Pues haz tú las columnas. Yo te las seguiré dictando.

Duke de Llangreu

Disculpen que haya cambiado al relator.


Marcelino M. González

martes, 24 de enero de 2017

EL SHOW DE TRUMP



El nuevo amo del mundo.
Baile de celebración

Después de ocho años hemos vuelto allí, y situados en el Mall, dando la espalda al Obelisco y al Lincoln Memorial no hemos asistido a algo épico e ilusionante como lo fue entonces sino a una boutade patrocinada por el que dicen será en los próximos cuatro años el hombre más poderoso del mundo. Grandioso el escenario de la explanada capitolina, desde la Corte de Justicia hasta el Potomac, flanqueada por museos y memoria histórica. Y la Casa Blanca en segundo plano, despidiendo a un Presidente que hizo historia y recibiendo a otro que empieza a hacerla, a alguien que, según parece, traerá el aislacionismo y el proteccionismo al pueblo americano, a una persona  paradigma del racismo, el sexismo, la xenofobia y el exhibicionismo más cutre. El hombre pastel. El neoyorkino que sólo tiene dos corbatas -una roja y otra azul- que anuda de manera que le tapen la bragueta y no que terminen sobre la hebilla del cinturón. Aquel que talmente parece que le han puesto un nido de golondrina sobre la frente, que jura y pronuncia un discurso improvisado y populista,  reiterando lo dicho en campaña y que, en definitiva, ha terminado por meter el miedo en el cuerpo a un mundo occidental expectante. Alguien que se hace acompañar de un séquito de familiares que parecen recién salidos de la revista Vogue. Una esposa, Melania, muy guapa pero vestida para una ceremonia nupcial, que no presidencial. No sonríe ni por un instante, sólo quiere emular y superar a Jackie Kennedy, y consigue tan sólo realzar la belleza y naturalidad de la Primera Dama a quien sustituye, Michelle Obama.
Pero, como lo importante está en los hechos, dejemos las formas y aguardaremos al paso del tiempo para ver el más que cierto estropicio que hará al país, y al mundo, este magnate de la construcción y el espectáculo que da toda la impresión que irá al Despacho Oval a representar su show particular, destruyendo sin miramiento alguno todas las conquistas de sus antecesores. Pánico en escena.


miércoles, 18 de enero de 2017

IMPUESTO DE INTERESES



 La cláusula suelo.



 Cuando la sanidad se colapsa con esta gripe salvaje que hemos padecido y padecemos la población entera, Duke incluido, ahora resulta que también se colapsan los juzgados, que tienen que ser reforzados de personal, por aquello de las reclamaciones de la abusiva “cláusula suelo” aplicada por las entidades crediticias durante años. Supongo que la mayoría de los lectores saben de sobra de qué va este asunto, pero para quienes aún no lo sepan voy a explicarlo en breves palabras y en román paladino: Tú quieres comprar una vivienda y, para ello, contratas un crédito hipotecario a interés variable. Hasta ahí todo correcto. Pero el banco o la entidad que te da la viruta te hace firmar esa hipoteca estableciendo un interés mínimo que puede estar por encima del aplicable cando los tipos bajan. La diferencia para su saca, porque los bancos ni pierden ni empatan. Pero ¡ay amigu!, ahora se enfrentan a unas devoluciones multimillonarias por lo que primero cobraron de forma ilegal. Más los intereses. De manera que ya están engrasando la maquinaria negociadora con los miles de ciudadanos perjudicados para tratar de ahorrarse una pelillas antes de llegar al juzgado. ¿Habrá que rescatarles de nuevo? El caso es que, según informaciones fresquitas, están tratando de hacer esos pagos en especie. Es decir que, en lugar de devolverte la viruta más los intereses correspondientes, tratan de pagarte con baterías de cocina, televisores de plasma y chorizos de cantimpalo. ¡Manda güevos!, y habrá alguno que trague antes de acudir al juzgado. Así es que continúan queriendo ganar no restituyéndolo todo, mientras Montoro va a gravar impositivamente el principal y los intereses de esas cantidades. Esto es que aplicarán la máquina recaudatoria hasta a lo cobrado ilegalmente. 600 millones de euros tienen previsto recaudar por tal hecho imponible. El pagano resulta ser el de siempre, el ciudadano de a pie. Y dice Duke, si se abalanzan como buitres cuando ven aflorar la carroña, ¿por qué no lo hacen con los propios bancos que impusieron la puñetera cláusula, y les hacen pagar a ellos por enriquecimiento ilícito?

viernes, 13 de enero de 2017

¡ALERTA!



Eificios en ruina.


Lo dijimos en estas páginas hace cuatro años (“Ruina”) y no nos duelen prendas volver a repetirlo porque es algo que veo desde mi casa de continuo,  que resulta una vergüenza para los samenses y que el día menos pensado puede darnos un disgusto de los gordos. Me refiero a los dos edificios contiguos ubicados en la calle Constitución, a la entrada de la ciudad desde La Felguera y haciendo esquina a la calle Fernández Rebollos. Inmuebles deshabitados desde hace más de una década y en los que figura un cartel de grandes dimensiones que reza “Próxima construcción”, que ya en su fachada principal alberga raíces del grosor de mi muñeca procedentes de los arbustos que crecen en su techumbre que en algunas partes ya presenta hundimientos alertando de un peligro cierto de desmoronamiento.  Al margen de ese peligro continuo hay que tener en cuenta que las inclemencias del tiempo (una nevada, fuertes lluvias o vientos) pueden desencadenar que ambos se desplomen y originen una catástrofe en sus inmediaciones.
Ahora que nuestro consistorio ha iniciado un plan para la demolición de inmuebles ruinosos del concejo no estaría nada mal que empezasen por éstos que son la viva imagen de una ciudad en el más absoluto declive. Cierto es que uno de ellos está catalogado y protegida su fachada por esos de Patrimonio del Principado que no ven estas cosas en Oviedo ni en Gijón, motivo por el cual el constructor no inicia la obras, dado el alto costo que supondría mantener esa fachada. Ni las iniciará en tanto el edificio no se descatalogue o se venga abajo. Me consta que al actual alcalde es algo que, en el aspecto urbanístico, le preocupa más que otras actuaciones. También se que esa misma preocupación estuvo en la mente de las dos anteriores regidoras municipales, pero los años pasan y el peligro sigue ahí, cada vez más cierto, cada vez más flagrante. Recuerden ustedes lo que sucedió con la antigua Plaza de Abastos y con el Teatro del Jerónimo González que, ni por asomo, estaban como estos dos inmuebles. De ahí nuestra insistencia.  

miércoles, 11 de enero de 2017

DICHO DE OTRA MANERA



Formas de pésame.



Es rara la semana que no tenemos que visitar el tanatorio dos o tres veces, en ocasiones para cumplir con el deber de dar nuestras condolencias a más de una familia. Hasta tal punto he quedado escarmentado por tener que volver en un mismo día, que siempre que voy y antes de marchar compruebo en las pantallas que tienen dispuestas al efecto si allí hay algún conocido más. No es una obligación grata para nadie, desde luego, pero nobleza obliga. Y, como en cualquier lugar, en éste siempre surgen anécdotas dignas de llevar al papel. Lo natural y acostumbrado en estos pagos es que quien se acerca a dar un pésame utilice para ello expresiones tales como, “te acompaño en el sentimiento”, “recibe mi más sentido pésame” o “lo siento mucho”, pongamos por caso, pero como hay gente p ató se pueden escuchar frases propias de quien no sabe realmente por qué y a qué va allí.
En una de mis últimas visitas al edificio de Langreo entré en la sala mortuoria y tuve que esperar un rato porque de las cuatro personas a quienes quería transmitir mis sentimientos sólo había una que en ese instante hablaba por teléfono. Gente que estaba allí me dijo que los otros no tardarían en volver, y en esa espera se acercó a mí un hombre al que conozco de hace tiempo y con la mano extendida (pensé que iba a darme el pésame a mí) me dijo, al tiempo que la chocaba, “Felices Fiestas”, “igualmente”, contesté. Mi amigo término al teléfono y, tras lo propio, quedamos charlando acerca de las circunstancias de la muerte de su padre, lo habitual en estas circunstancias. Mientras tanto aquel señor felicitaba las fiestas a diestro y siniestro, hasta que llegó al hijo del finado y, dándole la mano, le dijo lo mismo: “Felices Fiestas”, lo que repitió cuando llegaron los otros tres. Y la verdad es que los nervios y el no saber qué decir en estos tristes momentos hacen que algunos se extralimiten sin mala intención. Hace ya años que, en ocasión similar, oí a alguien expresar sus condolencias de esta forma: “De hoy n’un añu”. Pa morise allí mismo.