domingo, 30 de noviembre de 2014

HOJA DE RUTA


Después del 9-N


Éstos ya no recuerdan que han jurado o prometido cumplir y hacer cumplir la Constitución. La española de 1978, no la pretendida por ellos. Pasan de todo en una huida hacia adelante que nos tiene hartos, y nos tendrá durante un largo tiempo si los tribunales no lo impiden. Como habíamos pronosticado en nuestro artículo “Efectos sin efecto” de 13 de noviembre, el Presidente del Guvern ha comparecido el pasado martes ante la sociedad catalana y el país entero para anunciar la más que posible convocatoria de unas elecciones plebiscitarias con el único objeto de ir hacia una declaración unilateral de independencia que cifra en un plazo de dieciocho meses. “Fuera partidos políticos e inclusión de la sociedad civil”, ha dicho. Pero Convergencia, su partido, estará ahí, al igual que ERC y el resto de las formaciones independentistas. Pero, ¿qué pasa con los constitucionalistas?, a esas formaciones, ¿se les impedirá concurrir a esos comicios, caso de que sean permitidos por los tribunales?, ¿y a la sociedad civil que no es partidaria de la independencia?, ¿a ese casi 70 % de los electores que no han estado en el paripé del 9 de noviembre?
No nos cabe la menor duda que en esa pretensión Mas y los suyos están contando con un cambio de gobierno en las próximas generales del otoño que viene. Con la irrupción de Podemos en el panorama político del país y con la empanada mental que parece arrastrar el nuevo Secretario General de los socialistas y seguro candidato a la consulta electoral. Con lo que no cuenta el President es con la evolución de la querella presentada por la fiscalía contra él y dos miembros de su gobierno, mientras Junqueras, agazapado, espera a verlas venir con un propósito bastante definido, y cantado ya hace tiempo, que es protagonizar en primera fila las plebiscitarias y ser quien proclame la independencia catalana, de manera que sería él quien pase a la historia como adalid de la soberanía y no Don Arturo, que para esas fechas es muy posible que purgue en la Modelo su deriva, como se denomina ahora a la enajenación mental transitoria o permanente. En definitiva que, mientras el tiempo y la judicatura no lo impidan, tendremos asunto catalán hasta en la sopa. A no ser que desde el gobierno de Madrid se tomen decisiones más firmes y menos tibias que las tomadas hasta ahora. O conversan y negocian, o les ponen al hilo. Pero ya.

Marcelino M. González

martes, 25 de noviembre de 2014

ACORDAR UN DESACUERDO




 
La subida del IBI en Langreo
Duque quisiera que nuestros representantes en el Ayuntamiento de Langreo le explicaran cómo es eso de la subida del impuesto de bienes inmuebles. No acabamos de entenderlo por más que le damos vueltas a la quijotera. Resulta que, por imperativo legal, hay una revisión catastral al alza y cada uno de los grupos políticos en la corporación municipal tiene un planteamiento para que el incremento del recibo de la contribución no afecte a los bolsillos de los langreanos. Para ello proponen una disminución del tipo porcentual con el fin de compensar la subida. Hasta aquí todo muy correcto y muy loable. Hay que mirar por los intereses de los administrados. De manera que unos proponen un cinco por ciento, otros un cinco y medio, y así cada uno lo que le sale de sus reuniones. Evidentemente, en cualquiera de los casos,  la compensación no puede ser total, es decir que los contribuyentes no van a pagar lo mismo que pagaban antes de la revisión, porque no es lo mismo aplicar un tipo a una cantidad que a otra. Pues bien, lo más lógico hubiera sido que los socialistas y populares que tenían las propuestas más aproximadas, hubieran terminado de acercarlas, llegando a un acuerdo. De un 5  y un 5,5 a un 5,25, que es la media de ambos. Los otros grupos no están en esos tipos porcentuales y es más difícil de consensuar, además uno de ellos pide para ello la readmisión de los despedidos de Aguas de Langreo y la subida del IAE, que no se qué tienen que ver el culo y las témporas. Pues bien, llega el pleno y, cada cual en sus trece, no hay acuerdo. Como consecuencia de ello se seguirá aplicando el tipo que estaba en vigor y el Ayuntamiento recaudará, en su virtud, más de 300.000 machacantes por encima de lo recaudado en el último ejercicio, que era lo que algunos querían y al final consiguieron. Pa mear y no echar gota.
Y todos se exculpan de algún modo sin pensar para nada en los ciudadanos que son los que pagarán la irresponsabilidad del no acuerdo, pese a que los populares han afirmado que buscarán una solución. El remedio, si lo que quieren es no gravar más al ciudadano, es convocar nuevo pleno y llegar a un consenso. Ya va siendo hora de eliminar obstáculos y acordar disensiones. Luego quieren que la gente no se nos vaya de aquí y traen inmigrantes o gentes de etnia gitana para hacer población y que no se nos vayan las subvenciones.


                                                                                                                        Marcelino M. González

domingo, 23 de noviembre de 2014

UNO DE TORTILLA




Deconstrucción de tortilla con crujiente de jamón
De la tradición a la modernidad

Cuando yo era un chaval, y antes de serlo, las cosas se hacían de otra forma. Nada de inventos ni sofisticaciones. Casi todo era natural y al estilo tradicional. Recuerdo una reunión informal cerca del juzgado de Laviana entre algunos abogados y procuradores, allá a mediados de los ochenta, en la que surgió una conversación sobre la tortilla de patata. Todos los que allí estaban, cinco o seis, aportaban su particular receta acerca de cómo la hacían, aunque estábamos de acuerdo en algo: patatas, cebolla, huevos y aceite. Tradición. Pero recuerdo especialmente que una chica hablaba de la longitud y la transversalidad de la patata (élla fue precursora de la modernidad). Eso significaba que hacía cortes longitudinales y trasversales en el tubérculo para luego cortar al sesgo y hacer cuadrados para la posterior fritura. ¡Que va, ne!, decía un ilustre de la profesión. “La patata hay que apapiellala”, partirla en láminas muy finas y freírla lentamente para que se mezcle y se haga una especie de pasta para que el huevo penetre en toda ella. Tú lo que haces es freir, concluía.
Con o sin razón para cualquiera de las dos partes que discutían esto, lo cierto es que hoy en día el plato que más define la gastronomía española es la tortilla de patata en la multitud de variedades que pueda presentarse. Si no ahí tienen el certamen que se celebró en Sama hace unos días. Veintinueve establecimientos y cuatro mil raciones servidas. “De mar y huerta”, “Extravaganza marina”, “Old School” o “Tortilla de pétalos de rosa” son algunas de las denominaciones que los chefs pusieron a los pinchos en concurso. Pero de todos ellos llamó especialmente mi atención el que obtuvo el segundo premio y dieron en bautizar como “Deconstrucción de tortilla con crujiente de jamón” (sic). El término da que pensar pues no en vano es una acuñación filosófica de Heidegger. Y ustedes me dirán qué tiene que ver la tortilla con la filosofía y Duke les contestará que mucho, como pensaba mi amigo el ilustre procurador (¿te acuerdas Chema?). Él era partidario de la laminación mientras otra lo era de la transversalidad, y nuestro chef de Sama nos muestra con su pincho que lo claro y evidente deja de serlo. Es claro y evidente porque participa en concurso, luego es tortilla de patata. Pero deja de serlo porque se presenta en copa y no en plato, como es lo habitual. Parece un zumo con una lasca de jamón a modo de paja. Genial.  

Marcelino M. González

lunes, 17 de noviembre de 2014

PRESUNTOS IMPUTADOS



La conceptuación actual de la clase política


Aún con los de nuevo cuño. Hoy día, en los
tiempos que corren, cuando vemos en la calle o en los medios informativos a alguien que se dedica a la vida pública, o nos dicen que ese que pasa ahí con la rubia del abrigo rojo es el concejal de asuntos varios de tal ayuntamiento, nos preguntamos qué es lo que haría o lo que estará haciendo. ¿En qué andarán metidos?, ¿a qué dedicarán el tiempo libre? Hace unos años, no muchos, cuando comenzaba a aflorar a la luz pública algún caso de posible corrupción y la ciudadanía empezaba a alarmarse y poner el grito en el cielo, comentaba con alguien que se dedica a esto de la cosa pública que el asunto se estaba poniendo muy crudo para ellos porque la gente empezaba a medir a todos por el mismo rasero, es decir político igual a corrupto o, cuanto menos, sinvergüenza. Del respeto a su profesión que antes se tenía, se había pasado a denostarles y señalarles con el dedo. “Mira, ahí va ese político…”, se decía despectivamente, como si acabara de salir de Villabona. Y mi interlocutor no me quitaba razones, bien sabía que era así. Sin embargo argumentaba, también con razón, que el hecho de que unos pocos se dedicaran a la política en beneficio propio y no por servicio a la sociedad no suponía forzosamente que todos fueran en el mismo carro. La inmensa mayoría son honrados, concluía.
Pero es que, pasado un tiempo, los casos de corrupción se han multiplicado por cien, por mil. Cada día surge alguna trama nueva y, ahora, no basta que pillen a uno con las manos en la caja, sino que caen treinta, cincuenta…, y más que caerán en el mismo caso. Nombres que fueron institución en el país se ven implicados en tramas inimaginables, cuando creímos que todo estaba inventado. Se habla de casi dos mil encausados en las diversas operaciones llevadas a cabo últimamente, y lo jueces no dan abasto con sumarios de miles de folios, con decenas de testigos y peritos. De manera que la vida pública se ha enrarecido hasta tal punto que hoy todo aquel que se dedique a la política o piense dedicarse en un futuro próximo pasa de ser un candidato a concejal o diputado a ser un presunto imputado en cualquier delito y, en definitiva, seguro que un futuro delincuente. Un ladrón de guante blanco que de no tener nada pasará en pocos años a buscar amnistías fiscales para blanquear su dinero sucio en Luxemburgo, Suiza o Pola del Tordillo.


Marcelino M. González

sábado, 15 de noviembre de 2014

PILI Y ROSINA




Los artefactos europeos

Estos de la Agencia Espacial Europea no deben de andar muy bien del tarro. No se les ocurre otra cosa que mandar una nave a investigar por el mundo sideral, con lo grande que ye, y cuando ya lo descubrieron casi todo los americanos y los rusos. Además con lo que cuesta. Pues resulta que, ya haz diez años, pusieron en órbita una nave sin tripular (por si acasu) pa ir to lo más lejos que pudiera y a ver que ye lo que había por all’álantre. Pusiéron-i de nombre Rosetta por aquello de que el director del invento ye italianu -si fuera de Cabañaquinta llamaríenla Rosina- y metiéron-i dentro una sonda, que yo no se si ye pa sondar como si fuese una operación de próstata o pa hacer un sondeo que no ye lo mismo; un sondeo ye salir por ahí pa preguntar a la tropa si prefieren a Pedro Sanchez, a Rajoy o a Pablo Iglesias. Pero pa eso seguro que no era porque por el espacio sólo hay, o deber haber, extraterrestres, y esos no saben na de política. La sonda esa ye como una nevera de cuatro pates que, pa evitar equívocos -porque les neveres no anden-, llámense crampones. O sea que la sonda esa ye igual que un par de alpinistas siameses. Ya dejando aparte los detalles técnicos, los paratos esos encontraron un cometa en casa su madre y decidieron perseguilu p’ol espacio hasta alcanzalu pa ver si Philae (la sonda), Pili pa nosotros, se posaba en el dichosu cometa y averiguaba cómo se había formado la Tierra y lo demás. Pa eso eren los crampones, pa fijase en 67P como si fuese una garrapata. Luego enviaría fotos, mensajes y guasaps a Rosina informando de cómo ye y de qué ta hechu Churyuamov-Gerasimenko, el putu cometa.
El casu ye que lo primero que descubre Pili ye que 67P huele a huevo podre y a caca de caballo. ¡Manda güevos!, viajar quinientos millones de kilómetros durante diez años y gastar un pastón pa encontrase con lo que hay aquí al lao, en Lada. La Fuente el Güevu y una ganadería equina que se va por la pat’abajo que te cagas. Y resulta también que el cometa ta hechu de agua y polvo, como la fuente de los gatos y nosotros mismos, además de Langreo que seguro que tién más polvo que el 67P esi. Y ahora resulta que los científicos dicen que esto constituye todo un hito en la historia de la humanidad, sólo comparable con la llegada del hombre a la luna. Pues podían haber mandado aquí a Rosina con Pili y así el hito quedaba en nuestra casa. No en casa dios.

Marcelino M. González