sábado, 30 de junio de 2012

ESCUELA DE CANTORES

 El éxito de una coral langreana
Apenas trece años los contemplan. Cuando el canto coral dormita en la noche de los tiempos y tantos grupos buscan voces y reclaman cuerdas porque, evidentemente, todos envejecemos en cuerpo y voz, y se hace necesaria una renovación continua, en poco más de una década un pequeño grupo de entusiastas langreanos crearon en La Felguera La Schola Cantorum “Virgen del Carbayu”, bajo la experta dirección del maestro Joaquín Sandúa, y gracias a la generosidad de los Padres Dominicos adoptan como sede de sus ensayos un local en las instalaciones del Colegio Santo Tomás. Once damas y ocho caballeros conforman hoy uno de los grupos con más proyección de futuro en el panorama coral asturiano. Son diecinueve y uno más, su actual director, el jovencísimo David Pérez, estudiante de violín en el Conservatorio Superior de Oviedo y tenor en el afamado coro “El León de Oro”. Los veinte de la “Schola Cantorum”, algunos de cuyos esforzados miembros forman parte de otras masas (ya hay que tener pasión y amor a la música coral), sorprenden al auditorio habitual de este tipo de música por lo novedoso de sus formas y lo original de sus arreglos. Podría decirse que no es una coral al uso. 

 Y en un amplísimo repertorio donde, como resulta evidente, no pueden faltar las habaneras, pasan por la música sacra -es habitual su presencia en actos religiosos- con cerca de una treintena de composiciones, sin olvidarse de lo nuestro, la música popular asturiana. Lo novedoso no es impedimento para que se mantenga la tradición más popular, y así es frecuente oirles interpretar piezas tan conocidas como “El mio Xuan”, “En toda la quintana” o “El pozu María Luisa”, entre muchas otras. 

Hay una habanera en su repertorio, hermosa entre las habaneras, que ejemplifica muy certeramente a esta coral: “Mas si con disimulo/ sabéis mirar/ entre las varillas del abanico veréis la mar”. Es “El abanico” de J. Trayter, entre cuyas varillas los expertos ven un futuro muy prometedor para esta Coral langreana porque, pese a su juventud -la del propio coro y la de muchos de sus componentes- han optado por una trayectoria muy bien definida y ya han alcanzado metas que otros grupos, con más historia, han tardado mucho más en alcanzar, sin que ello suponga restar un ápice de valor a esas corales que tanto abundan en nuestra región. Metas que quedan acreditadas por la cantidad y variedad de galardones obtenidos en su corta trayectoria como puede ser el Primer premio para coro de voces mixtas y premio a la mejor interpretación de la obra obligada en el Certamen de Habaneras y Canción Marinera de Luanco en el año 2008; o el haber participado, como único coro asturiano invitado, junto a otros ocho coros del resto del país en el “Concurso Internacional Villa de Avilés”. 

Juventud, novedad, originalidad, aportación, proyección de futuro…, son las características que definen a grandes trazos a la Schola Cantorum “Virgen del Carbayu”. Pero, al igual que ocurre con los olores que hay que apreciarlos con el olfato, la música ha de percibirse por el oído y sentirla con el alma y el corazón. Por eso lo que este humilde escribiente pueda contarles en estas páginas sirve de bien poco si ustedes no lo viven y disfrutan en propia piel. Esa es nuestra recomendación, la mía y la de mi blanco amigo Duke, vayan a verles y a escucharles. Merece la pena. Estarán la tarde de este sábado sampedrino en el Nuevo Teatro de Langreo. ¡Que lo disfruten! 
“Que un abanico sirve/ ¿sabéis para qué?/ para ocultar el rostro de una mujer”.

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martes, 26 de junio de 2012

RODAR Y RODAR

Prácticas aciagas
Mi primer tropiezo con lo deportivo lo tuve con once años cuando me examinaba por libre de Educación Física en el Instituto Jovellanos de Gijón. Lanzábamos peso, saltábamos altura y longitud y corríamos los 100 metros lisos, entre alguna que otra prueba que ya no recuerdo. Pues bien, por aquella tenía un ojo de gallo en la misma planta de un pié que me causaba ciertas molestias. Lancé y salté, y sin ningún problema superé las pruebas hasta que llegó la carrera. Cuando iba por la mitad pisé una pequeña piedra justo donde tenía la callosidad y me fui al suelo con un enorme dolor y un esguince. Un tres, y para casa. En septiembre no hubo problemas. Siendo un poco mayor, quince o dieciséis añitos, y bastante mediocre por cierto para la práctica de cualquier deporte, mi querido profe y amigo Fernando Montes me fichó contra mi voluntad para correr los 110 metros vallas en una competición de atletismo que se celebraba en el San Gregorio de Oviedo. Se trataba de conseguir puntos y no tenían a nadie para esa prueba, cuando en el resto disponían de verdaderas celebridades (Toni Mazola, José Manuel Rguez., Ordax, César Mortera…, y alguno más), pero es que además solo tenía un rival, por lo que la obtención de algún punto era segura. Nunca había usado zapatillas de clavos. Como poco llegaría el último que era lo mismo que una medalla de plata. Pues no. Cuando vi salir a mi rival corriendo como una posta, me piqué, metí la directa y cuando pasé la segunda valla, topé con otra piedra, me desequilibré y me salí de la calle. Descalificado y bronca de Montes. 

Unos años más tarde probé con el esquí. No me entusiasmaba, la verdad, pero tenía una novia que estaba loca por la nieve y había que aprender. En dos años fui a la montaña una veintena de veces y me pegué cien hostias como calderos, tres o cuatro esguinces, esquís rotos y la madre que lo parió. Un día bajando una pendiente me encontré con un montón de nieve que no vi, clavé en él una de las tablas, me debragué to entero y orquitis al canto. Colgué los aperos. La nieve tampoco era lo mío. Así que, después de tanto rodar y rodar, decidí tomarme cualquier deporte con filosofía contemplativa, esto es desde la pantalla de la tele. La verdad es que me fue bastante mejor de lo que hasta entonces me había ido. Animo a la Selección, y nos va bien. ¡Qué más quiés! 

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domingo, 24 de junio de 2012

BARRICADA

Reivindicación y tragedia
La historia que hoy les cuento es rigurosa y tristemente cierta, y en el relato que van a leer no es mi intención tomar partido por nada ni por nadie. Solo deseo constatar los hechos. A ustedes les corresponde enjuiciarlos. 

Son cerca de las cuatro de la tarde de un frío día de enero del año pasado. Ella se dispone a hacer una prueba a uno de sus últimos pacientes de la jornada cuando le suena el móvil. Es su compañero sentimental desde hace siete años -“mi pareja, amor, marido, o como quiera llamarse…”, como ella dice- que, casi ahogado, le pide ayuda. Apenas puede articular sonido alguno. Ella le pide que llame al 112 y abra la puerta de la vivienda, pero se da cuenta que él es incapaz de respirar y le dice que llamará ella inmediatamente y se irá corriendo para casa. Así lo hace apresuradamente, nerviosa. Desde Emergencias le dicen que enviarán inmediatamente una UVI móvil a su domicilio. Dice al paciente que tiene tumbado en el diván que se trata de una urgencia familiar y debe de marcharse. El hombre, comprensivo, le asegura que volverá en otra ocasión y le desea suerte. Ella misma afirma: “largo, cagando leches…”. Hay movilizaciones del Taller de Barros de Duro Felguera, lo había oído pero apenas si había reparado en ello, y a mitad de camino se encuentra la carretera cortada por una barricada repleta de neumáticos ardiendo y, desesperada, se dirige a un agente para indicarle su problema y que necesita que le abran paso. “Como no quieras pasar por encima de las ruedas que están quemando…”, recibe como única respuesta. En esto, cuando pasan unos minutos -para ella una eternidad-, al otro lado de la barricada ve una ambulancia a la que sí le abren paso y, pensando que era la que llevaba a su amor, da la vuelta y se va detrás de ella hasta el hospital. No era él y, como loca, regresa a casa. En esta ocasión tiene el paso expedito. Mientras tanto la dotación del 112 había llegado al domicilio y encontrándose con la puerta de la vivienda cerrada recaba la presencia de los bomberos que abren y se encuentran a su esposo en el suelo del cuarto de baño. Muerto. Cuando ella llega todo ha terminado. 

Esa barricada no fue causante de esa muerte, pero quizás sí lo haya sido de que ella no hubiera podido llegar para verle aún vivo. Y darle su último beso.

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sábado, 23 de junio de 2012

UNA PIEDRA EN EL CAMINO

Mis peleas con los deportes

Desde la editora de esta publicación me piden una colaboración para sus páginas, sabiendo con certeza que lo mío siempre fue una cosa contraria al viejo dicho de que “quien mueve las piernas, mueve el corazón”. Y no es que tenga una enemistad manifiesta con todo aquello que suponga ejercicio físico, todo lo contrario, si no que, desde bien pequeño mi relación con el deporte estuvo jalonada de desastres, accidentes y disgustos. Mi primer tropiezo con lo deportivo lo tuve con once años cuando me examinaba por libre de Educación Física en el Instituto Jovellanos de Gijón, yo estudiaba en el célebre Frailín y los exámenes finales debíamos hacerlos en la villa del ilustrado. Lanzábamos peso, saltábamos altura y longitud y corríamos los 100 metros lisos, entre alguna que otra prueba que ya no recuerdo. Pues bien, por aquella tenía un ojo de gallo en la misma planta de un pié que me causaba ciertas molestias. Lancé y salté, y sin ningún problema superé las pruebas hasta que llegó la carrera. Cuando iba por la mitad, y no mal colocado, pise una pequeña piedra justo donde tenía la callosidad y me fui al suelo con un enorme dolor y un esguince. Suspenso y a volver en septiembre. No valieron quejas, ni protestas, ni recomendaciones. Un tres, y para casa. En septiembre no hubo problemas. Siendo un poco mayor, quince o dieciséis añitos, y bastante mediocre por cierto para la práctica de cualquier deporte que no fuera la natación, mi querido Fernando Montes -por aquel tiempo, profesor de E.F. en el Jerónimo González- me fichó contra mi voluntad para correr los 110 metros vallas en una competición de atletismo que se celebraba en las pistas del San Gregorio de Oviedo. Se trataba de conseguir puntos y no tenían a nadie para esa prueba, cuando en el resto disponían de verdaderas celebridades (Toni Mazola, José Manuel Rguez., Ordax, César Mortera…, y alguno más), pero es que además solo tenía un rival, por lo que la obtención de algún punto era casi segura. Nunca había usado zapatillas de clavos. Como poco llegaría el último que era lo mismo que una medalla de plata. Pues no. Cuando vi salir a mi rival corriendo como una posta, me piqué, metí la directa y cuando pasé la segunda valla, topé con otra piedra, me desequilibré y salí de mi calle. Descalificado y bronca de Montes. 

Unos años más tarde probé con el esquí. No me entusiasmaba, la verdad, pero tenía una novia que estaba loca por la nieve y había que aprender. En dos años fui a la montaña una veintena de veces y me pegué cien hostias como calderos, tres o cuatro esguinces, esquís rotos y la madre que lo parió. Un día bajando una pendiente me encontré con un montón de nieve que no vi -seguramente restos de un muñeco-, clavé en él una de las tablas, me debragué to entero y orquitis al canto. Colgué los aperos. La nieve tampoco era lo mío. Así que, desde aquel infausto accidente, decidí tomarme cualquier deporte con filosofía contemplativa, esto es desde la pantalla de la tele. La verdad es que me fue bastante mejor de lo que hasta entonces me había ido. 

 Pese a ello y sin embargo, siempre admiré y admiro a todos los deportistas, sin excepción. Pero sobre todo a los amateurs, a quienes no cobran por practicar sino que gastan el dinero de su bolsillo para desplazarse y jugar al fútbol o correr una maratón o un cross. A quienes se equipan y madrugan para subir una montaña, o practican rafting, o se tiran en paracaídas. Me causan sana envidia quienes, al tiempo que cuidan su salud practicando algún deporte, intentan superarse de manera continuada planteándose nuevos retos y alcanzando nuevas metas. A quienes se entregan y promueven la ilusión en el deporte, aunque los resultados sean adversos. A quienes, por sus actitudes y comportamientos deportivos, son todo un ejemplo para los demás.

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miércoles, 20 de junio de 2012

LUNES, 18-J

Huelga general en la minería
Un lunes que amanece triste y oscuro, solo iluminado por el resplandor de algunas barricadas incendiadas y situadas estratégicamente, de manera que nadie pueda salir fuera del Valle y que tampoco nadie pueda acceder a él. A punto de entrar el verano, orbaya y está frío. Como toda la población que dormita y se prepara para encarar un día muy importante, un día histórico. Casi nadie sale a la calle, solo algunos que madrugan a hacer footing o a sacar a sus perros. No hay circulación de vehículos, excepto aquellos que intentan ir a su trabajo fuera de la comarca o quienes van y vienen entre barricada y reunión. Todo hace presagiar un largo día de tedio, nerviosismo y reducidas tertulias callejeras. Un lunes que no es cualquier lunes, sino uno muy especial. El día en que todo el país despejará las dudas acerca de cómo son las gentes de las Cuencas Mineras. 

La mañana va transcurriendo amodorrada, no se ven preparativos para la instalación del habitual mercado semanal, los comercios permanecen cerrados con sus escaparates que anuncian el apoyo y la solidaridad de sus propietarios con la minería y el futuro de las cuencas. Fondos rojos como la sangre, lazos negros como el carbón. Cada poco la monotonía y esa calma total se ven interrumpidas por estruendos que denotan que muy cerca alguien lucha y protesta por la situación en que vive, por el futuro que les depara un gobierno que quiere cortarles las alas, que no el destino. Y se rebelan contra uno y contra otro haciéndose oír sonoramente, como lo han venido haciendo las últimas semanas. 

Llega la esperada tarde y ríos de personas caminan desde todos los puntos de la comarca hacia el lugar de reunión, donde se concita la solidaridad, el compañerismo y el apoyo a esa lucha. Unos van uniformados con camisetas rojas o verdes, con pañuelos de esos colores, y portan pancartas alusivas a sus reivindicaciones. Otros, la mayoría, visten como cualquier día y van acompañados de sus esposas y sus hijos más pequeños. Ha dejado de orbayar. La marea humana llega al lugar de reunión donde hay gentes de todas las cuencas implicadas en la protesta. La comitiva sale y, en su camino, ocupa más de dos kilómetros. Fin de trayecto, una voz que clama. Aplausos interminables. “Santa Bárbara bendita”. Una protesta histórica.

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jueves, 14 de junio de 2012

PUNTOS Y COMAS, O NADA

 Contar historias y escribir
Mi amigo Carlos, simpático y campechano donde los haya, se aficionó hace pocos meses a esto de las redes sociales de las que ya les hablé en más de una ocasión. Pero él no la usa para ligar ni hacer política ni nada que se le pueda parecer. Cuenta sus cosas, sus historias, las que le ocurrieron en tiempos pretéritos, las más cercanas y también las actuales. Carlos es un columnista vocacional que sería la bomba, y aprovechable al máximo, si tuviera una mínima formación en gramática, fonética, lingüística o vete tú a saber. En lógica está preparado que te cagas. No hay más que ver sus comentarios. Para morirse por capítulos, vamos. Duke se descojona cada vez que le lee. Pero el caso es que tiene que leerle dos o tres veces para enterarse de qué va su milonga, situar los hechos y entenderlos, porque es un experto en faltas de ortografía. Doctorado por la Uni de Frieres. Las “bes”, las “uves”, las “haches”, los puntos, las comas y toda esa parafernalia de normas académicas y gramaticales que conforman nuestra lengua, para él están de sobra. Ni les da importancia, ni le importan un güevo. Carlos ye así, boba. 

Después de leer uno de sus jocosos comentarios me encuentro con él, comentamos el asunto y le digo, mira amigu, lo que haces en el Face ta muy bien, pero tienes que puntuar pa que la tropa entienda lo que quiés decir. Lo de la ortografía, les bes, les uves y les haches, no ye tan grave, eso entiéndolo, pero escribir to seguío, sin pauses, ye complicáo de entender. Él, sin acomplejarse y soltando una carcajada, me pregunta: “y eso, ¿cómo se haz?”. Ye muy fácil, tienes que escribir igual que hablas; donde haces una pausa hablando, pones una coma escribiendo y, si cambias el tema o la pausa es más larga, un punto y aparte o seguido. Así queda el asunto y nos despedimos. 
A la noche entro en la red y me encuentro con dos de sus comentarios habituales. Un chiste y una anécdota. ¡Sorpresa morrocotuda!, mis ojos no dan crédito a lo que ven. Carlos sigue mis sencillas instrucciones y obsequia a sus seguidores con sendos textos plagados de comas, la mayoría situadas donde no deben de ir, y ningún punto. Total, que los textos aún son más complicados de leer que cuando no puntuaba. “Mejor te olvidas del consejo, Carlos. ¡Hazlo como tú sabes!”.


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miércoles, 13 de junio de 2012

PÍO CAMPO

Total, ya puestos a ello, lo mismo da cuarenta mil que cien mil. Ye solo una diferencia fonética en lo primero, lo de los “mil” ye lo mismo. ¿Qué más da?, de ser gorda que se vea, y donde va el asa que vaya también el calderu, ¡qué cojones! Mira, Mariano, esto ye igual que el “Pío Campo”. Tú yes de la mi edá y tuviste que jugar alguna vez a esto, aunque fueses fíu de un juez y yo de un carpinteru. Los neños de entonces no teníemos les consoles eses, les úniques consoles que habíen eren les que estaben en el jol, a la entrá de casa, donde se poníen les zapatilles. Pues lo que te digo, Mariano, si jugaste al Pío Campo, acordaraste que el tema era hacer prisioneros y rescatalos si podíes, claro. ¿Qué pasaba?, que un equipo mandaba a un colega de la tropa al rescate y, como no era lo bastante rápidu y listu, trincábenlu también. Entós aumentaba el problema, ya había dos a los que rescatar y uno menos pa hacelo. Y así hasta que acababa el putu juegu y quedaba t’ol equipu presu del contrariu. Eso ye lo mismo que nos pasó a nosotros, los ibéricos de aquí, que tuvimos mandando rescataores a diestru y siniestru -primero a Solves, luego a Salgado y ahora a De Guindos- y convenciéronlos o timároslos, o yo que se…, bueno, el casu ye que dejáronlos presos de la UE, o el FMI, o el BCE o la MQP (la madre que los parió), y ahora tamos como Grecia, más jodíos que la Hilaria. Y a Duke lo que más i fastidia de esti asuntu no ye que nos rescaten, no,
porque eso taba cantáo. Lo que más i jode al mi amigu ye que digáis que el tú gobiernu no va a pedir eso a la UE, a al BCE o a la MQP. No me digas que ye mentira, porque el aznarín esi que pusiste en Industria y ta dándonos p’ol rasca a los asturianos y a algunos más, acaba de decir que el tu gobiernu no iba a pedir rescate ni hosties. Pasaron tres o cuatro hores y, ¡toma!: “España pide el rescate para la banca “sin condiciones”. Y eso no lo diz Duke, Mariano, dizlo La Nueva España, y los demás pedióricos de esti país de trepas y gilipollas. Lo que pasa ye que esti ministro tuyu, Soria, como ye insular él, vive tovía en una menos. No se si ye una hora o una década, pero parez como si no se enterase mucho de lo que va la vaina. Ahora, a ver a quién nos mandes pa explicanos eso de que los cien mil son el chocolate del loro, que no pasa ná y que lo tenéis to controláo.

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martes, 12 de junio de 2012

TELESILENCIO

La omisión televisiva de ciertas noticias

Recientemente, en la Gala “Catalanes del año”, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (P.A.H.) recibió el galardón a la mejor iniciativa solidaria. Esta organización recoge firmas para llevar al parlamento una iniciativa legislativa popular sobre la dación en pago y, hasta la fecha, han conseguido paralizar en Cataluña nada menos que 228 desahucios. En su intervención, la portavoz del colectivo, Ada Coláu, manifestó que lo que sufrimos ahora no es una crisis sino una estafa organizada y planificada por parte de las entidades financieras y responsables políticos que han estafado a las familias, dejándolas endeudadas de por vida, y que es necesario rebelarse contra la injusticia. Aseguró, asimismo, que no solamente no se está exigiendo responsabilidades a quienes lo han provocado, llevándolos ante los tribunales, sino que se les está premiando con dinero público. En poco más de cinco minutos de una alocución sencilla y valiente, la representante del colectivo dijo lo que piensan la inmensa mayoría de ciudadanos del país, no solo de Cataluña. “Una sociedad que no esté enferma debe de rescatar antes a las personas que a las entidades financieras”, sería el resumen de su brillante alegato. En algo de ese calado social, la televisión autonómica, TV3, permaneció impávida. Nada dijo. La noticia no existió. 

Otro tanto de lo mismo lo estamos teniendo aquí, en Asturias, una región que, como la antigua Numancia, se ve cada vez más cercada y aislada merced a los conflictos del trasporte y la minería. Lo que se vivió en la manifestación del pasado martes en Oviedo no es difícil de explicar. Se han visto familias enteras, padres y madres, luchando por el futuro de sus hijos, jóvenes manifestándose por su puesto de trabajo, mujeres trabajadoras de la mina y mujeres orgullosas de sus compañeros, mineros jubilados que llevan años en la lucha, también muchas personas ajenas a esta actividad que han ido a defender la minería porque también es su lucha. Es la lucha de toda una comunidad de más de un millón de habitantes. Sin embargo parece no serlo de algunas televisiones para las que no tenemos más importancia que el anuncio de un refresco Light.

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viernes, 8 de junio de 2012

ENTÓS, ¿PA QUÉ PREGUNTES?

Oidos sordos
Esto de conversar con los que no quieren escuchar ye muy complicáo. No me digáis que nunca os pasó eso de estar en una tertulia en la que se debate de un determinado tema, de fútbol por ejemplo, y sale algún tertuliano que se pone a hablar de otro tema, de toros, pongamos por caso. Es muy habitual. Hace unos años, con motivo de una pequeña intervención, estando ingresado en el hospital, una tarde recibí la visita de varias personas que simultáneamente se juntaron en mi habitación. Como eso está expresamente prohibido, y para no molestar a mi compañero, les pedí que salieran al hall de la planta -lo que aquí llamamos La Moncloa-, y los acompañé. Creo recordar que eran cinco, cuatro damas y un caballero, casi todos en edad provecta. Pues bien, olvidándose en cierta forma del objeto de su presencia allí -que era yo, que estaba presuntamente enfermo-, comenzaron a departir sobre sus cuitas. Que si el último viaje con el Imserso, que si Pepín el de les Bories está muy jodíu y que si a mí duelme aquí y aquí y en el otru lao y la médica diome esto, lo otro y lo de más allá. Cinco personas distintas, tres conversaciones diferentes. Tú a tu bola y yo a la mía, mientras que yo estaba allí de “libreoyente” y alucinado con lo que veía, y con lo que oía, hasta que, viendo que estaba de sobra, pedí disculpas y muy fui a mi habitación. 

Seguro que ustedes habrán pasado por algo similar, y me darán la razón si afirmo que en este mundo cada uno va a lo que va, que en muchos casos cuando dos personas mantienen un diálogo, uno habla y el otro no escucha sino que está pensando en lo que va a decir a su interlocutor cuando éste termine. No existe el diálogo, sino monólogos independientes. Sin ir más allá, hace muy poco compartí una botellita con un conocido que parecía muy interesado en mi actividad literaria, si a esto de le puede llamar así. Él preguntaba y yo intentaba responderle cuando, acto seguido, hacía una nueva pregunta o un comentario sin esperar a recibir la oportuna contestación a su interrogante. Así ocurrió en dos o tres ocasiones consecutivas hasta que me di cuenta de su nulo interés sobre mis cosas, y desistí pensando: entós, ¿pa qué preguntes? 

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miércoles, 6 de junio de 2012

PARA EL PARO


Quienes trabajan más que nadie


 El periódicu esti dijo ayer que el paro había descendío en Asturias en 1.777 persones en el mes de mayo y tien que ser verdá porque LA NUEVA ESPAÑA equivócase poques veces, o nunca. Claro -vais decir vosotros-, ye normal que Duke diga esto. Pero en esti casu tién razón el periódicu y Duke. Veréis. Tengo un conocíu (esti no ye amigu, no vos confundáis) que cuando lu veo y charro un ratín con él, siempre acaba con les mismes histories: Trabayó en la Duro, en la mina, en la Cerámica y en casa su madre. De ajustaor, de barrenista, de torneru, fresaor y la biblia en verso. Ye cazaor, pescaor y, me parez que también, cantautor. Va a la yerba, haz la matanza, cocina de puta madre…, y no sale en la TPA porque tovía no-í lo ofrecieron (no se en qué coño tarán pensando estos de la tele). Ye curiosu pa tó. Fíjate si lo ye que permítese el lujazu de daí consejos a los ingenieros, él que fue a la Escuela de Maestría. Pero, ¡hay amigu!, cuando él fue a esa escuela, la de Minas y la de Ingenieros Industriales, la de Bellas Artes, la de Magisterio y la de Enfermería debíen de tar algo obsoletes y no daben el aprendizaje que él tuvo por aquellos tiempos. El casu ye que esti conocíu míu trabayó en un montón de sitios de un montón de coses, y dieron-í una parva de medalles. Claro, cuando lu oigo hablar de eses coses, yo que soy un ignorante técnicu, quedo acojonáu y ríndome ante la evidencia. Aunque alguna vez pensé en comentái, así como quien no quier la cosa, ¡joder, macho… ¿cómo no va a haber esti paro tan tremendu si trabáyeslo tu tó?!, pero callé como un afogáu, no fuera que además me dijera que pilotaba helicóteros y practicaba la soldadura submarina y el rescate alpino. 


Pues el casu ye que el mes pasáu esti fenómeno ténicu-laboral púsose malu de un cólicu en un reñón o en la vesícula esa, o no sé donde, porque él no taba allí pa decímelo, y tuvieron que ingresalu de urgencias porque dolía-i la de dios, con permisu de la virgen. Al final, siguiendo su sabio pronóstico -según me contaron-, operáronlu de apendicitis, y si él no los avisa a tiempu hubiera deriváo en peritonitis, con riesgu de óbito inminente. ¡Hay que jodese! Pues eso, que ta de baja, muy malín y sin poder trabayar ná. De ahí el descenso del paro. Ya veréis cuando sane.

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martes, 5 de junio de 2012

DON VICENTE, PRESIDENTE


La Selección y la crisis
Una alegría en estos tiempos difíciles, pide Rajoy a la Selección Española de Fútbol, que el próximo domingo comienza su andadura europea, y el seleccionador tranquilo y prudente -como es Del Bosque-, responde que los problemas del país no se solucionan con las victorias de “La Roja”. Tú métete en lo tuyo y soluciona tus problemas que yo me ocuparé de afrontar los míos, parece querer decirle al Presidente del Gobierno. Y se lo ha dicho, más claro el agua. ¿Qué tendrá que ver el tocino con la velocidad? El jefe de los populares cree que un triunfo de la selección va a proporcionar un gran subidón de moral, y Duke se pregunta a quién, ¿a los mineros asturianos, leoneses y aragoneses?, ¿a los trabajadores del trasporte?, ¿al comercio, resto de servicios y ciudadanos de estas Cuencas?, ¿a quienes están con la soga al cuello viendo como las perspectivas de futuro se esfuman?... Se acabó aquello del “Panem et circenses” porque, entre otras razones, nos están dejando sin pan. Sólo circo es lo que tenemos, bajo una enorme carpa que cubre el país entero donde solo sobresale la enorme torre torcida -nunca mejor dicho- de Bankia, el mayor pozo del país, un pozo sin fondo que, como circula por ahí, “no tien carbón, pero cabrón hay más de un”. 


No está de más que el Presidente visite a los jugadores para retratarse con ellos y desearles suerte, como tampoco está demás que haga lo propio con don Vicente, pero que no se pase de la raya. Esa camiseta, con su nombre “M. Rajoy” y el número “10” al dorso, sí está de más. Usted forma parte de otra selección, don Mariano. Usted está en el combinado que está haciendo la puñeta a los asturianos, en la selección de los sastres y recortadores oficiales. Ríase usted de los recortes de Xavi, Iniesta y compañía. 

Por eso la templanza y la prudencia de la que siempre hizo gala don Vicente del Bosque, deberían de servir a los políticos, y sobre todo a los que detentan el poder, para tomar ejemplo y no abrir la boca cuando no procede y no sembrar el pánico entre la población y, sin embargo, si hablar para dar explicaciones claras y contundentes de lo que está pasando sin poner paños calientes y no prometer algo de lo que no están seguros, ni nunca lo estuvieron. Del Bosque para presidente. Eso sí, primero que nos traiga la Copa de Europa. 

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lunes, 4 de junio de 2012

ROSAURA

Afición por la lectura en tiempos difíciles 

Una amiga “enorme” que a las noches visita mis ventanas no ha mucho me contó una maravillosa historia tan real como la vida misma, tan cierta como la propia muerte. Es la historia de Rosaura, su bisabuela. Vivía en Veneros, un pueblo con apenas cuatro casas cerca de Les Bories. Era una mujer especial porque se pasaba el tiempo libre leyendo, habida cuenta de que vivía en una aldea casi perdida, en tiempos casi también perdidos, allá por 1.890, en un lugar donde no había libros. Rosaura bajaba una vez por semana a La Felguera, cargada de hortalizas, mantequillas y huevos que medio regalaba a la esposa de un ingeniero de minas, a cambio de llevarse prestados decenas de libros que devoraba sentada en su balancín en el porche de su casa. Tenía 54 años cuando murió de una insuficiencia cardiaca. Otras mujeres de su familia también la tuvieron, y fueron longevas. Rosaura, sin embargo, no tuvo esa suerte. Y pasado un siglo su biznieta -mi amiga enorme- la recordó para la posteridad con el siguiente poema: Los dientes de Rosaura/eran blancos,/ y los ojos,/ miel de espliego./El pelo/ largo y claro/ como el maíz en julio./ Las manos, morenas./ Una tarde, Rosaura/ se sentó a leer/ en su balancín/ con tachuelas de goma,/ y murió…/ La encontraron descalza/ vestida de percal,/ con una lágrima/ prendida en las pestañas,/ y el libro abierto/ en la penúltima página. 

Élla siguió los pasos de su antepasada y entre poema y poema y los cuidados que dispensa a sus mayores con alzheimer, entre música, lectura, bondad y cariño, agotada de su trabajo y con serios problemas familiares se va a la capital y me dice: “Te contaré lo que vi en la feria del libro. Compraré libros y caminaré entre las casetas. El Retiro es mi barrio. Escribe sobre tu amiga, la que siempre piensa que mañana será un día mejor..., la que dice “poquín”, la que siempre te cuenta cosas, la que no le importa cumplir años, pero se cuida como una adolescente. Puede que escribiendo me entiendas un poco mejor.” Eso es lo que hago, escribir sobre mi amiga, grande y sensible, de una belleza incomparable. Y lo hago porque, como bien dice, al hacerlo examino su figura y la conozco un poco más. También para rendir un pequeño homenaje a aquellas mujeres sensibles como su bisabuela. Como ella misma.

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domingo, 3 de junio de 2012

COMPROMISO


 Problemas educativos con niños hiperactivos

Fue el que ella adquirió cuando se planteó ser madre, compromiso fue el que asumió en el despacho del Director cuando le comunicó el TDAH de su hijo, al igual que lo es el que deben asumir todos los padres con niños con este trastorno. El de trasmitir información a su entorno para que los demás puedan ver a nuestros hijos con los ojos que nosotros los miramos y para que se sientan cómplices en la tarea de hacerlos felices. Y esta es su difícil historia. Cuenta que el trato hacia su hijo careció siempre de todo apoyo escolar y pedagógico, el apoyo que requiere su trastorno para su correcto desarrollo y para evitar el fracaso escolar, característica innata en todos los hiperactivos que tienen déficit de atención, y que por derecho les corresponde, según afirma el propio Ministerio. Su hijo ha sufrido la negligencia de colegio y profesores, durante toda su etapa escolar, y de forma más acusada cuando se les puso en conocimiento, a través de un elaborado informe médico, su TDAH. El colegio ha interpretado siempre que cuando el niño se comportaba mal, era porque en casa se lo permitían, también se interpretó de forma reiterada que cuando no se enteraba de los deberes o se distraía durante las explicaciones era porque era vago y no ponía interés, recalcándoselo a él constantemente y haciéndolo constar en los boletines de notas. ¿Porque pararse a pensar que el niño tardara el triple de tiempo que sus compañeros en terminar sus deberes? Pero no se puede pedir a los profesores que se cercioren que están atendiendo o que comprenden las clases. Los docentes responden que tienen más alumnos y que si se paran en estos niños no acabarían las clases. Es más fácil pensar que lo que necesitan son castigos y más rigor en casa. Es más fácil que el niño llegue a casa irritado y verdaderamente fuera de sí por su frustración, cuando los profesores le recuerdan delante de todos sus compañeros que atienda, que es un vago, que interrumpe. Es mucho mejor que desarrolle crisis de ansiedad, estados depresivos, aunque estudie el triple de horas que sus compañeros y no logre aprobar la asignatura o la apruebe con una nota más baja de la que sería lo normal por sus horas de estudio. Es más fácil expulsarle de la clase cuando interrumpe, amonestarle. ¿Para qué aprender las técnicas y estrategias para ayudarle a modificar su comportamiento y hacerle comprender que se les exige un autocontrol que no pueden afrontar sin ayuda? 

Pero es su hijo, y no el de ellos, el que de manera compulsiva arranca las hojas de la libreta y luego presenta las tareas incompletas; es su hijo y no el de ellos, el que no duerme, el que con casi nueve años se hacía pipi en la cama. Es su hijo el que fue expulsado del colegio sin motivo justo, es su hijo el que diariamente fue señalado, discriminado y lastimado emocionalmente durante toda su andadura escolar. Un niño no puede tener cólicos de gases hasta los quince años. Un niño no puede tener terrores nocturnos siete años seguidos, no puede tener gastroenteritis todas las semanas. Un niño por muy activo que sea necesita sus horas de descanso. Su hijo, ha sufrido mucho, tiene una capacidad intelectual extraordinaria que no puede desarrollar, es noble y con un corazón enorme, pero es más sensible de lo común, cariñoso y afectivo. Su hijo, es un niño cuyo único delito es tener unos neurotransmisores que no pueden funcionar como toca. Pero claro, esto no se ve desde fuera, y ya se sabe lo que ocurre cuando algo no se ve: si no se ve, no se cree. 

Es muy difícil para una madre permanecer impasible. Sentir el dolor de un hijo como lo más demoledor del mundo, no hay palabras para explicarlo. Es el dolor que más duele. Es una madre, que solo ha recibido llamadas del colegio para quejarse del bajo rendimiento de su hijo y, de forma diplomática, acusarla de la poca atención que ha puesto en la educación y aprendizaje del niño. Cómo si hiciera falta que, además del malestar y dolor personal de verlo fracasar en el colegio, se la reprendiera por su mala educación. Una realidad de la que nadie es responsable como padre. Durante doce años que el niño ha estado en el colegio, el tutor, director y otros profesores la hicieron creer que apoyaban a su hijo y al final se dio cuenta que solo lo apoyaban y alentaban cuando sus esfuerzos daban frutos y no porque ellos hicieran algo sino porque ella le animó desde casa. Tanto es así que, cuando él tenía días malos le retiraban su apoyo y solo manifestaban su mal comportamiento y falta de atención en el estudio. Lamentable en personas adultas, instituciones religiosas, templos para la educación. ¿No se puede terminar con esta situación? Este año su hijo se gradúa, ha llegado a 2º de bachiller con todo su esfuerzo y con el apoyo de toda la familia. En el anonimato. ¡Enhorabuena, al chico y a la madre! 

Se trata de un trastorno neurológico del comportamiento caracterizado por distracción moderada a grave, períodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas. Esto es el “Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)”. 

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viernes, 1 de junio de 2012

CAMINO SORIA

Movilizaciones mineras
Efectivamente, como bien dice mi amigo Ricardo, hasta a Duke le han llegado los puñeteros recortes. Ya habrán notado que nos han puesto en una esquina y que hasta se me ha caído la barba. Pero no pasa nada, seguiremos a lo nuestro mientras nos lo permitan. Contando todo lo que Duke me proponga, aunque para ello tengamos que utilizar menos palabras. 

Y lo que mi amigo me ha propuesto hoy es que nosotros también hagamos una llamada a la movilización, a la protesta pacífica sin barricadas ni neumáticos incendiados, a la objeción financiera. Porque no puede entenderse cómo un gobierno, que va a inyectar 24.000 millones de euros a una entidad que enmascaró y ocultó su agujero, priva de las ayudas comprometidas a todo un sector económico como es el de la minería, acabando así con ella y con todo lo que la rodea. Como tampoco entendemos que la casa matriz, es decir el Banco de España, haya permanecido desparecida en combate en los últimos tiempos, sin decir esta boca es mía y permitiendo la mala gestión, si no el saqueo, de los ejecutivos de BANKIA, llegando incluso a premiarles con la nada desdeñable cifra de catorce millones de mortadelos por su brillante administración de los fondos ajenos. Al igual que nunca seremos capaces de comprender que ninguno de esos ejecutivos esté ya en Villabona, que no haya comisiones de investigación al efecto y, además, que la oposición permanezca en silencio haciéndose partícipe del secretismo sospechoso que rodea todo este desagradable y peligroso asunto que nos ha llevado hoy, cuando le doy a la tecla, a una prima de riesgo de 540 puntos. Al borde del precipicio. 24.000 millones para lo etéreo, sí; lo nuestro, que está ahí debajo de la tierra que pisamos y es el chocolate del loro, no. ¿Por qué? 

Esa es la respuesta que se pide. Todos los caminos condujeron a Madrid, al número 160 del Paseo de la Castellana. Al Ministerio de Industria y a su titular, José Manuel Soria, esa réplica de Aznar con más centímetros. Toda Asturias estuvo allí reclamando lo que es nuestro, lo prometido y lo que se nos debe. Con un solo grito que se convertirá en un clamor: “Por el futuro de la Minería”. “Por las Cuencas con Carbón”. 

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