sábado, 30 de junio de 2012

ESCUELA DE CANTORES

 El éxito de una coral langreana
Apenas trece años los contemplan. Cuando el canto coral dormita en la noche de los tiempos y tantos grupos buscan voces y reclaman cuerdas porque, evidentemente, todos envejecemos en cuerpo y voz, y se hace necesaria una renovación continua, en poco más de una década un pequeño grupo de entusiastas langreanos crearon en La Felguera La Schola Cantorum “Virgen del Carbayu”, bajo la experta dirección del maestro Joaquín Sandúa, y gracias a la generosidad de los Padres Dominicos adoptan como sede de sus ensayos un local en las instalaciones del Colegio Santo Tomás. Once damas y ocho caballeros conforman hoy uno de los grupos con más proyección de futuro en el panorama coral asturiano. Son diecinueve y uno más, su actual director, el jovencísimo David Pérez, estudiante de violín en el Conservatorio Superior de Oviedo y tenor en el afamado coro “El León de Oro”. Los veinte de la “Schola Cantorum”, algunos de cuyos esforzados miembros forman parte de otras masas (ya hay que tener pasión y amor a la música coral), sorprenden al auditorio habitual de este tipo de música por lo novedoso de sus formas y lo original de sus arreglos. Podría decirse que no es una coral al uso. 

 Y en un amplísimo repertorio donde, como resulta evidente, no pueden faltar las habaneras, pasan por la música sacra -es habitual su presencia en actos religiosos- con cerca de una treintena de composiciones, sin olvidarse de lo nuestro, la música popular asturiana. Lo novedoso no es impedimento para que se mantenga la tradición más popular, y así es frecuente oirles interpretar piezas tan conocidas como “El mio Xuan”, “En toda la quintana” o “El pozu María Luisa”, entre muchas otras. 

Hay una habanera en su repertorio, hermosa entre las habaneras, que ejemplifica muy certeramente a esta coral: “Mas si con disimulo/ sabéis mirar/ entre las varillas del abanico veréis la mar”. Es “El abanico” de J. Trayter, entre cuyas varillas los expertos ven un futuro muy prometedor para esta Coral langreana porque, pese a su juventud -la del propio coro y la de muchos de sus componentes- han optado por una trayectoria muy bien definida y ya han alcanzado metas que otros grupos, con más historia, han tardado mucho más en alcanzar, sin que ello suponga restar un ápice de valor a esas corales que tanto abundan en nuestra región. Metas que quedan acreditadas por la cantidad y variedad de galardones obtenidos en su corta trayectoria como puede ser el Primer premio para coro de voces mixtas y premio a la mejor interpretación de la obra obligada en el Certamen de Habaneras y Canción Marinera de Luanco en el año 2008; o el haber participado, como único coro asturiano invitado, junto a otros ocho coros del resto del país en el “Concurso Internacional Villa de Avilés”. 

Juventud, novedad, originalidad, aportación, proyección de futuro…, son las características que definen a grandes trazos a la Schola Cantorum “Virgen del Carbayu”. Pero, al igual que ocurre con los olores que hay que apreciarlos con el olfato, la música ha de percibirse por el oído y sentirla con el alma y el corazón. Por eso lo que este humilde escribiente pueda contarles en estas páginas sirve de bien poco si ustedes no lo viven y disfrutan en propia piel. Esa es nuestra recomendación, la mía y la de mi blanco amigo Duke, vayan a verles y a escucharles. Merece la pena. Estarán la tarde de este sábado sampedrino en el Nuevo Teatro de Langreo. ¡Que lo disfruten! 
“Que un abanico sirve/ ¿sabéis para qué?/ para ocultar el rostro de una mujer”.

Imágenes propias y de Google

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