domingo, 28 de abril de 2013

QUINIENTOS


Yo no los ví, ¿y ustedes? Esos a los que llamaban Bin-Laden, que todos sabían como eran, pero que nadie los había visto ni tocado, o casi nadie. Los billetes de 500 euros. Pues resulta que el ínclito Jefe de la Oposición quiere suprimirlos de un plumazo para que quienes los poseen en cantidad los saquen a la luz del fisco, y todo el dinero negro que circula por ahí se convierta en dinero legal, dinero que tributa. Pues, por mí, como si se opera, oiga. Pero no se si pensarán lo mismo esos que lo usan para encender sus “Cohiba” o los que lo sacan por la frontera de la Junquera en bolsas de basura. ¡Menudo desperdicio! Y ye que esti Frady tién unes ocurrencias de la virgen. Mira tú por dónde, si yo tuviera un faju de mil mortadelos d’esos, o más, pa hacelos desaparecer, o cambialos, lo primero que haría sería comprar “La Mona Lisa” o “El Grito”, el de Munch el noruegu, que lu roben cada dos por tres. Pero ¡qué va!, esi cuesta Munch-o, por eso grita el paisano, y la Giocconda se descojona con esa sonrisa enigmática que los expertos lleven analizando siglos y no dan con el motivo d’ella. Pues ya lo sabemos, la del cuadru de Da Vinci reíase de les idees de Rubalcaba, pa cuando les tuviera, claro. La verdá ye que si yo tuviera esi montón de mortadelos sólo podría comprar los cuadros falsos porque los auténticos tan muy caros y además non se venden, y menos en “Bé”. De to les maneres, si pudiera y los comprase, colgaríalos en la salita junto les imágenes de la Virgen del Carbayu y de Pablo Iglesias. Seguro que me quedaba un estar “tope guay”. Una salita de visita museística, ya que los museos de aquí no los visita ni su madre. 

Lo que pasa ye que voy tener que conformame con seguir con los óleos que me regaló mi tía Eduvigis, la de Pola del Tordillo, cuando me casé. Un hórreo y una madreña artesanal con los escudos talláos del Madrid y el Barça. Tengo que jodeme y aguantame sin el Munch y el Leonardo, aunque sea en copia, porque no tengo los billetes esos con los que se quier meter don Alfredo. Y ahora que los de les dos capitales pasen por malos momentos (El síndrome del Cuatro, que-í llamen), esa madreña que tengo na salita ya perdió valor. Quitáron-í cien. Que ye lo que quier hacer el cántabru de la barba con esos billetes: Cambialos por dos de doscientos. No sabe ná el Fredy. Lo que pasa ye que no yos preguntó a los del BCE, esos de Maastrich que inventaron el euro. Va a ser que no.

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martes, 23 de abril de 2013

INFUNDIOS


 Cuando circulan los rumores
Acontece muchas veces que una invención de alguien ocioso, un rumor callejero que no se sabe de dónde procede, o una simple mala interpretación (e incluso una interpretación mal intencionada -que no es lo mismo-) convierten algo inexistente o infundado en una verdad incuestionable. No hace mucho nos sucedió a nosotros. Paseábamos por las inmediaciones del Ayuntamiento de aquí pensando en nuestras cosas cuando nos tropezamos con un matrimonio conocido que, a su vez, paseaba a su “dukesa”. Él que, dicho sea de paso, es muy hablador (de los que no se callan ni bajo el agua), sin dar tiempo al saludo de rigor, me espeta: “Joder, Marce…, ¿por qué no escribes sobre esto que pasa aquí? Esti reló (refiriéndose al de la Casa Consistorial) ya haz dos meses que no funciona”. Desconocedor del problema miro hacia arriba sorprendido y efectivamente compruebo que el reloj está parado en las ocho menos cuarto, no se si de la mañana o de la tarde. Le interrogo con la mirada: “Los vecinos, que protesten y tuvieron que paralu”, me responde. Home, no me jodas, después de doscientos o trescientos años, ¿moléstayos ahora?, ¡bah! no fastidies, amigu…, tará estropeáu. “Que no, dígotelo yo… Ya me lo dijo un montón de gente. Metieron un escrito en el Ayuntamientu y tuvieron que paralu porque daba más decibelios de la cuenta…”, me replica convencido. “Tienes que ponelos a parir. Mi güelu tuvo cuidando esti reló más de cincuenta años y nunca pasó esto. Cagon tó”. Le hago una foto al reloj y nos despedimos. Yo lo hago sin dar importancia al asunto y sin intención de escribir nada al respecto, porque pasa lo de siempre, que mucha gente se cree que nosotros, los que escribimos aquí, somos los voceros oficiales de reino y estamos para dar pábulo a todo lo que nos digan que alguien les contó que fulanito oyó de menganito que citanito había oído aquello y lo de más allá, que todas sus cosas son dignas de escribirse en prensa y que los ayuntamientos y, en consecuencia, los políticos locales, o los de casa su madre, son los culpables de todo lo malo que pasa en un pueblo. De lo bueno no. 

El caso es que el reloj estaba estropeado, y lo repararon al día siguiente de que hice una breve mención a ello en una de mis columnas, sólo por concluirla de forma metafórica (“Desidia”, 2 de abril). Total que, cuando ya metemos la pata alguna que otra vez, no es bueno que nos confundamos por noticias o infundios ajenos, y lo hemos dicho en más de una ocasión: “Ni somos infalibles, ni el ayuntamiento tiene todas las culpas”.

lunes, 15 de abril de 2013

HAMBRE


Aquí se habla del 41 para aludir a la época de las necesidades y padecimientos de gran parte de la población que, tras la guerra incivil -como la define un buen amigo- tuvo que pasar por las cartillas de racionamiento y las subsiguientes colas para poder llevarse algo a la boca y malsustentar a su familia. Fue “el añu la fame” de triste recuerdo para algunos, y desconocido e ignorado por otros. Por suerte yo sólo se de ello por referencia paterna. Posguerra, tiempos de venganzas, represalias, y hambre. Traemos a colación este infausto recuerdo porque nunca se había dado una situación de necesidad como se da ahora en estos tiempos. A modo de ejemplo, hemos sabido que la Cruz Roja de Langreo ha contribuido al sostenimiento alimentario de más de cuatrocientas familias del municipio, el 50 % repartido entre los dos distritos principales, Sama y La Felguera. Este es nuestro “estado del bienestar”, un estado en el que multitud de ciudadanos, en otro tiempo sin problemas acuciantes, no tienen un yogur de limón o un triste kiwi que llevarse a la boca.

Esto nos lleva a pensar en esas imágenes vistas tantas veces en la tele a las que, en otras tantas ocasiones, hemos vuelto la espalda porque no queremos ver las desgracias mundanas. Esos niños de rostros desencajados y suplicantes, llenos de moscas, esqueléticos y con sus barrigas hinchadas por la desnutrición; y esas madres de pechos agotados, impotentes y sin poder evitar la extinción de su prole. Datos de la FAO indican que 840 millones de personas en el mundo están desnutridas, de las que 200 millones son niños. Por otro lado El Proyecto Hombre de Naciones Unidas ha testado que diariamente mueren de hambre y de las enfermedades que ello provoca 24.000 personas. Hagan ustedes los cálculos oportunos. 

Etiopía, Somalia, los países subsaharianos y del Cuerno de África, y muchos otros más, son la prueba de la ausencia de solidaridad del mundo occidental con aquellos que sufren, que padecen hambruna, necesidades higiénicas y sanitarias. Y aunque muchas y variadas ONG,s, y personas no apegadas a los placeres terrenales, intentan combatir y paliar esta cruel y horrorosa plaga, todo resulta poco, muy poco. Mujeres y niños que llegan al estado de extrema pobreza y para los que se necesitan alimentos y agua potable, medicinas y otros cuidados, reclaman nuestra ayuda. No les volvamos la cara.

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miércoles, 10 de abril de 2013

DEL BANCO AL BANQUILLO


 Los problemas de la Familia Real
Pienso que S.M. el Rey debe de estar pensando en acogerse a la prejubilación. Él que es de los pocos en este país que aún puede hacerlo. Creo que es el momento oportuno, y va siendo hora, para abdicar y dejar esto de la Monarquía Constitucional en manos de su hijo primogénito, Felipe. Porque cuando don Juan Carlos fue nuestra mejor marca, quien mejor nos vendió en el exterior, ahora se ha convertido en la diana, en el blanco de unos y otros, de propios y foráneos, y de esos que cuando más llueve salen como los limiagos y se tildan de republicanos de toda la vida, los mismos que una vez fueron uno y ahora son otro, pero que nunca fueron nada. Dicho lo cual, que había que decirlo, parece meridianamente claro que el respeto y la confianza que otrora hubo hacia la Monarquía española se ha tornado en desconfianza, sospecha y descrédito merced a la sucesión continuada de episodios desafortunados. El elefante de Bostwana y la enigmática e intrigante princesa Corina Von Nosequé, las caídas y accidentes reales y, en consecuencia, las entradas y salidas de quirófano, y, sobre todo, las oscuras actividades presuntamente delictivas de su yerno, el Duque de Palma, y la reciente imputación de su hija, la Infanta Cristina -que talmente parece que va del banco al banquillo- han situado al Rey en la condición de “missing”, y está claro que ha desaparecido. Cierto es que tiene que recuperarse de su última operación de cadera, pero no es menos cierto que también tiene que hacerlo de los disgustos que le proporcionan los Duques -no el mío precisamente- y que viene sufriendo desde hace años. 

Total que, en su retiro zarzuelero, piensa, discurre y hasta inventa artimañas para capear el temporal que tiene encima. Que llaman a declarar a Cristina para el 27 de abril, el tema se pospone un mes o más, ¿por qué? Que el balonmanista busca trabajo bien remunerado, pues a pedir permiso al monarca para entrenar fuera de España. En Qatar, que tiene una tradición en eso de la virgen. De paso se acostumbra a calentar banquillo como segundo del seleccionador. Seguro que el Jefe llamó al su amigu Abdulah -o como se llame el emir catarí- y dijó-i: “Oye macho, o me busques algo pa esti cabrón o marcho yo p’allá. Y dos reyes ahí, con lo pequeño que ye eso, non pintamos ná”. Por lo que se ve Juancar sigue teniendo influencies fuera de aquí. Lo que pasa ye que eso tá demasiaos fuera, mejor sería que esas influencias las tuviera con los que de verdad mandan en esto de la economía. ¿Saben ustedes quiénes son? Nosotros no.

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domingo, 7 de abril de 2013

HISTORIA EN GRIS


De corrupciones y otras menudencias
Este país nuestro (o de la Merkel, según se mire) se ha llenado en poco más de treinta años de políticos y empresarios que han medrado y amasado grandes fortunas unos al lado de los otros, y ambos a costa del sudor y el trabajo del pueblo que, como siempre, resulta el paganini de los desmanes de los tiburones de las finanzas y de la cosa pública. Y Noós, perdón, quiero decir que no es que lo diga Duke, es que la sensación y la seguridad de que esta afirmación es cierta está en la calle, entre la ciudadanía. Nosotros no hacemos más que constatarla. 

Que ¿cómo esto es posible? Pues empezando por el principio: un empresario y un político que empiezan, que se hacen amigos, colegas y toman las copas juntos, incluso se van de “deslices amorosos”. Un tiempo de bonanza económica, de crecimiento (carreteras, ferrocarriles y construcciones de todo tipo a diestro y siniestro). Subvenciones millonarias de la CEE, ahora UE, hasta para cultivar el nabo silvestre. Sugerencias: tú montas la empresa y yo te gestiono el marketing, el financiero y el comercial.; compras por seis y te facturan por diez -no te preocupes que yo lo arreglo, no problem; te financiamos toda la operación y, de paso, nos embolsamos unos cuantos milloncejos. Nada cuesta lo que vale. Pues, queridos lectores, esto empezó por ahí hasta que, sin más preámbulos, ni proyectos, ni facturas pro forma, empezaron a meter la mano en el saco directamente. Sin anestesia. Todos ustedes conocen los nombres de los personajes, de decenas, sino centenas, de personajes. De los que se han descubierto, porque podría multiplicarse por mucho los que se han ido y se irán de rositas. Lo más reciente lo tenemos en prensa a diario, en portada y a grandes titulares: Gürtel, Bárcenas, ERES andaluces, Noós…, y aquí Marea. Mareados estamos con tanta mierda y tanta corrupción en este cervantino país de pillos donde alguien se atreve a decir que no es buena “Marca” de Estado la imputación de la Infanta Cristina. ¡Anda ya!, ¿acaso son mejores marcas sus temas, los de los contrarios o los de la madre que los parió a todos ellos? Luego, descubiertos los tomates, juicios eternos, disputas entre jueces, ejércitos de abogados trabajando en el caso de su vida y haciendo el agosto de su carrera. Piezas separadas, cientos de miles de folios de sumario, decenas de meses en instruirlo, recursos de todo tipo… Años para una resolución definitiva. Y los mortadelos en paradero desconocido. Yo emigro. 

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martes, 2 de abril de 2013

DESIDIA

La No-Maratón de Langreo
Muchos de ustedes que nos leen, y muchos más que no lo hacen, se habrán levantado el pasado Domingo de Ramos con la sana y deportiva intención de disfrutar de La Marathón del Nalón que, como cada año, se celebra en nuestro Valle, y organizan los miembros de “Ochobre” capitaneados por el infatigable Alejandro de Ancos. Y todos esos “muchos” se habrán quedado de “paté de fuá” al comprobar, para su sorpresa, que la prueba había sido suspendida. ¿Por qué? No se suspendió por el estado de la climatología, no; ni por falta de atletas, que va; ni por ausencia de los organizadores o la falta de medios o infraestructuras, faltaría más. No fue suspendida por causas imputables a quienes la organizan porque llevan años haciéndolo y se conocen los protocolos burocráticos como su propia casa. ¿Qué fue, entonces, lo que ocurrió? Pues, sencillamente, que desde la Dirección de Seguridad Vial de la Consejería de la Presidencia llegó un mensaje justo dos días antes que indicaba que se trataba de fechas restringidas para la celebración de pruebas deportivas. Ello estaba sustentado por informe vinculante de la Dirección General de Tráfico. ¡Cágate lorito! Pero el caso es que la prueba habría de celebrarse en circuito urbano, repartido entre los vecinos concejos de Langreo y San Martín del Rey Aurelio que, como es lógico, sería competencia de las respectivas Policías Locales y, por ende, de los Ayuntamientos. No se si me siguen porque para una prueba que se celebra en domingo en un lugar ya abandonado de dios -y casi de los hombres- no vemos necesario el concurso de tantas administraciones, la del Estado, la Autonómica y la Local. Sólo faltaba ya que hubiera que pedir permiso a Bruselas. El caso es que la Marathón no se celebró, y se pospone -si las administraciones no lo impiden- para el próximo 28 de abril. El resultado, al margen de que no hubo medallas -como es evidente- es una pérdida económica insoportable para la organización. Licencias, seguros, alojamiento, comida, llamadas, idas y venidas…, y todo lo que quieran añadir. Sobre todo una pérdida para la hostelería de ambos concejos. 
No queremos adjudicar culpas, saquen ustedes sus propias conclusiones. Pero aquí hace mucho que el tiempo se ha parado a las ocho menos cuarto de no sé qué día, de qué mes y en qué año, gracias a la desidia de algunos. Vean, si no, el reloj del Ayuntamiento de Langreo. Ya no tocan las campanas. Aquí ya sólo toca joderse y callar.

Imágenes de Ochobre y propias