¡FELICIDADES!, esto se acabó.
Todos
los del año, los 365 días, y cada uno de ellos es un día
rememorado internacionalmente para algo. El de la mujer, el del
cáncer (válganos dios), el del hambre (que vuelva a valernos) y
hasta el día internacional del chorizu ibéricu, y otros chorizos,
vamos digo yo. Pues resulta que los días de Nochebuena y Nochevieja,
los 24 y 31 de diciembre, tendrían que ser postulados como los dos
días internacionales del “Sinotevéo”, y me explico, aunque
muchos ya me habrán entendido. Son días de amistad, fraternidad,
cordialidad y camaradería, además de alguna que otra mangada. Todo
el mundo se desea lo mejor, paz, salud, amor y dinero. Todo el mundo
se quiere, se abraza, toman juntos unos culetes -aunque en el resto
del año ni se miren a la cara- y se dicen: “Bueno, si no te veo
que tengas Feliz Navidad o Feliz Año Nuevo, en compañía de los
tuyos (que la mayoría no saben ni quiénes son)”. Y digo yo: Y, si
me vuelves a ver antes de eso, ¿qué?...” Pues nada, te lo vuelvo
a desear, pensará el deseante. Y todos los años en las mismas
fechas la misma cantinela del “Si no te veo”. Y el caso es que
hoy que escribimos esto, día de las Cabalgatas y t’ol tingláo de
paquetes, roscones, nervios, guajes…, y la que te rondaré morena,
hoy todavía escuché en la calle felicitaciones al uso. Cuando ya
casi tamos en primavera. ¡Hay que jodese!, con perdón. Debe ser el
espíritu de la Navidá que anda sueltu por ahí, igual que el virus
de la gripe que ta tumbando a media población, con la otra media a
la cola. Por eso, como siempre dicen los curas, tamos convencíos de
que el añu no empieza el uno de enero, sino el día en que acaben
estes fiestes cada vez más comerciales y paganas que familiares y de
recogimiento, de turrones, pavos y misas del Pitu. El añu empieza
hoy, el día siete. Y el anterior termina cuando eso de la lotería.
Con lo cual ahora los años tienen unos cuantos días menos.
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