jueves, 4 de mayo de 2017

DESLINDE

Noviembre de 2013.



Mira tú que llevamos años con la raya esa que separa los concejos de San Martín del Rey Aurelio y Langreo, hasta tal punto que los del Carbayal ya no saben si comer les cebolles rellenes en El Entrego o los callos en Ciañu. Y como los de esi pueblu los de algunos más. El casu ye que los de arriba del Nalón pinten la raya por un láo y métense por los de la parte bajo del río, que la pinten por otru y se meten por la parte de los de arriba, pa que luego llegue el Instituto Geográfico y diga que la raya va por otru trazáo y pa que, en definitiva, tenga que hacer de juez la Consejería de Ordenación del Territorio. ¡Pues que organicen, hostia!, porque si no, los d’ún láo y los del otru van a empezar a tirar de la recortá y v’armase la de dios es cristo. Antes estes coses haciénse con mojones, fiensos, o con un simple matu, como con los praos sin estaqueres. Y eren coses de paisanos, de vecinos que se llevaben bien y ayudábense a la yerba y eses faenes. Pero ahora ye cosa de ayuntamientos, institutos y consejeríes. ¡Hay que jodese! Y hay un contencioso de la virgen por la puta raya esa. Pero bueno, si al fin y al cabu, somos de la Mancomunidá esa -que tovía no se pa qué sirve, además de pa aprender a tocar la flauta (de Bartolo)-, ¿por qué no nos llevamos bien y echamos pelillos a la mar? Duke diz que lo mismo da que la raya tire por un láo que por otru, porque a les primeres de cambiu vamos tener un ayuntamientu únicu, p’ahorrar viruta, y van quitar to les rayes. Hasta les de les carreteres. Los burros por la derecha y los asnos por la izquierda, y sín arcén. Al final tóos xuntos.
Siempre hubo muchos problemas con estas cosas de los deslindes, aquí y en toda tierra de garbanzos. Fue, y es, un tema que dio lugar a desavenencias familiares, juicios sobre herencias y testamentarías, y algún que otro fenecido en las disputas. Ahí está lo de Puerto Urraco y algunos desgraciados ejemplos más. Si descabezar es quitar la cabeza y el desescombro consiste en quitar los cascotes y porquerías procedentes de una demolición, dice Duke que por qué “Deslindar” no es quitar las lindes. Luego el problema de estos dos concejos, hermanos y vecinos, es una cuestión meramente etimológica. Lo que hay que hacer es poner lindes, no quitarlos. Ya veo yo a los de obras de ambas corporaciones con la cinta métrica y el topógrafo poniendo regodones en medio el monte pa señalar quiénes comen callos y quienes cebollas rellenes.


Marcelino M. González


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