jueves, 3 de diciembre de 2009

YA LO DECÍA CAMPOAMOR


Desde los tiempos de Vera, Barrionuevo y Luis Roldán no habíamos oído mencionar nada acerca de esos dineros oscuros de que disponen algunos organismos gubernamentales para hacer frente a, también, oscuros asuntos, y resulta que ahora vuelven a salir a colación a raíz de los secuestros recientes que se suceden como una maldición para nuestro país. Cuando, a día de hoy, aún no sabemos de dónde ha salido la millonada que se pagó a los piratas somalíes, ya hay quien dice que si los secuestradores magrebís piden rescate por la liberación de los tres cooperantes catalanes, en esta ocasión, el dinero saldrá de los Fondos Reservados. Da la impresión de que siempre tenemos buena disposición para enriquecer a los hijos de puta de turno, y disculpen la expresión pero entiendo que no merecen otro nombre. Y como siempre, para no perder la costumbre, sin que los secuestradores hayan hablado y den a conocer sus exigencias económicas o políticas, y sin que ni siquiera sepamos de quienes se trata, ya desde las altas esferas se da por sentado de que forman la facción magrebí de Al Quaeda, y entre esas altas esferas se incluye al cuarto poder. De igual forma, pese a esa aparente ignorancia, ya se han instruido las correspondientes diligencias de investigación en la omnipresente Audiencia Nacional. Todo muy rápido, profesional y, mucho me temo que también apresurado. Se dice que, en esta ocasión, no se cometerán los mismos errores que en la anterior, hasta el punto que la oposición ya ha brindado su colaboración al gobierno socialista. Por lo pronto parece que el Gabinete de Crisis va a estar formado por los mismos y las mismas que gestionaron “siempre con la legalidad (¿?) en la mano” el asunto del Alakrana. Si la gestión de ahora sigue los mismos parámetros y protocolos que se siguieron entonces, que dios nos pille confesados. Eso sí, les falta tiempo para comparecer ante la prensa y pedirle discreción porque los malos también escuchan. Y Duke se pregunta dónde está su discreción. ¿De qué fuentes provino la noticia de que los Servicios Secretos tenían localizado el lugar exacto donde se encontraban secuestradores y secuestrados? Si eso era cierto, ¿dónde está el sigilo y la discreción?, y si no lo era, ¿quién coño lanzó esos bulos a los medios? Con afirmaciones y desmentidos que no hacen más que confundir a la tropa y enredar más el asunto, si aún se puede, mal empezamos, igual que en el tema del Indico.

¿Qué les importa a los piratas somalís desplazarse al desierto mauritano para cometer una nueva fechoría? Se dice que, dados sus éxitos, y que ciertos gobiernos están dispuestos a pagar lo que se les pida, estos individuos ya cuentan con inversores que financian sus tropelías. Dado los altos rendimientos de estas inversiones -ríete tú de las de Madoff-, dentro de nada cotizarán en Bolsa. Al tiempo. Puede ser otra versión. ¿O no?

Y es que esto de que antes de que se aviste el oso ya se esté vendiendo su piel es muy propio de nuestra sociedad, y así nos luce el pelo. Si no, díganme ustedes qué trabajo hubieran tenido, tanto la benemérita, como los servicios sanitarios y los medios de comunicación, en esperar a los resultados de la autopsia que se habría de practicar a Aitana, la niña fallecida accidentalmente en Tenerife la pasada semana. Si esas partes a las que nos hemos referido hubieran tenido la discreción de esperar, se hubieran evitado los irreparables daños causados al chico acusado del gravísimo delito que no existió más que en las mentes calenturientas de los irresponsables profesionales que intervinieron en la chapuza. Este es un doloroso ejemplo que, para concluir, nos demuestra que nunca se deben de adelantar acontecimientos, máxime cuando están en juego cuestiones tan importantes como las vidas o el prestigio social de las personas. Duke lo dice y también lo decía Campoamor: “Nun cuerras, que ye peor”.

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