Populares ante el Juez.
“No se acuerdan,
no les consta, no saben…”, y así una contestación tras otra a preguntas de la
fiscalía y acusaciones en sede de Audiencia Nacional. Estos que fueron todo
entre los populares y alguno que aún lo es parecen seguir los pasos del de
Tuilla, de repente son unos desmemoriados y repiten todos lo mismo como una
letanía, todos adoptando una misma postura ante el tribunal, con la misma cara.
Con el mismo rostro. Cascos, Rato, Acebes, Arenas y Mayor Oreja no tienen ni
pajolera de lo que pasaba ante sus propias narices en los tiempos en que la
viruta negra entraba a espuertas en Génova para financiar el partido y engrosar
la fortuna de Bárcenas y, según él mismo, de algunos más. Sobres por aquí y
mordidas por allá durante años y años, y la cúpula del partido en la inopia.
Parece que han levantado un muro infranqueable.
Ahora, el próximo 26 de julio, toca lo propio a quien quizás
haya tenido menos que ver con toda esta vergüenza, al propio Presidente del
Partido y del Gobierno, Mariano Rajoy. Tras denegarse su comparecencia y
declaración mediante videoconferencia, se encuentra ante la humillante tesitura
de hacerlo en persona, en vivo y en directo. Y cuando hemos de presumir que
será interrogado en los mismos términos que lo hicieron sus cinco antecesores,
nos preguntamos si sus contestaciones serán idénticas y si su gestualidad la
misma. Poner cara de tonto -y el gallego sabe hacerlo a las mil maravillas-,
como preguntándose por qué le llevaron allí si él no se ocupaba de la tesorería
y esas bagatelas.
Todo ello nos hace volver a plantearnos una duda que nos
atormenta desde hace tiempo: ¿dónde están todos los empresarios, sindicalistas
y políticos que se vieron beneficiados por los manejos de Villa, todos los que
fueron palmeros del viejo exsindicalista, que parece clonado de los dirigentes
populares, y que ahora callan como afogáos?
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