El paralelismo Grecia-España
Si se cumple lo que anuncian los sondeos más recientes, y los
anteriores, efectuados en Grecia la coalición de izquierdas SYRIZA estaría
justo al borde de obtener la mayoría absoluta en el parlamento heleno y su
líder, Alexis Tsipras dispuesto y en condiciones de proceder a cumplir algunos
puntos de su programa. No hace muchas semanas el candidato anunciaba que su
país abandonaría la eurozona, caso de tener el gobierno. Es decir los griegos
se saldrían del Euro para volver a la moneda primitiva, el Dracma, algo que
ahora niega porque eso llevaría aparejada la suspensión de pagos de la inmensa
deuda que tienen y dejaría a sus tenedores poco menos que con el culo al aire.
De todas formas, si esto no fuera así -que esperemos que no lo sea- lo que sí
es seguro es que deberán renegociarla con una quita o una espera, figuras
jurídicas conocidas en la institución del Concurso de Acreedores. De manera que
deberían ir de forma inminente a tratar de rebajarla o aplazarla, más bien
ambas cosas. El próximo domingo están llamados a las urnas y Europa entera
estará pendiente del resultado que arrojen. Y acongojada.
Aquí, en la España de nuestros amores (y desamores), con una
situación económica menos apremiante que la de los griegos, pero con un paro
muy similar, quizás sufriremos ese domingo electoral heleno con más nervios (y
diarreas) que en el resto de la UE por aquello de la similitud que el nuevo
partido balcánico tiene con el nuevo partido hispano, y también por el parecido
que hay entre las promesas de SYRIZA y PODEMOS, y el paralelismo entre aquello
que están haciendo ambas formaciones de “donde dije digo, digo Diego”. De todas
formas a España le quedan por delante muchos meses para que lleguen las
elecciones generales y para que durante todo ese tiempo los electores se vayan
dado cuenta de los cantos de sirena que proclaman los de Pablo Iglesias.
Aquello del salario social, “hoy no, mañana” y, en general, todas las
propuestas que hasta a los más inocentes les han chirriado y parecido algo tan
utópico e imposible de llevar a cabo que están como muy mosqueados con la
Arcadia Feliz que nos pinta el de la coleta. Ellos mismos estarán observantes y
tomarán la debida nota de lo que ocurra en el país de la Acrópolis el próximo
domingo, y en los días que vengan detrás.
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