sábado, 17 de abril de 2010

BALONES FUERA


Ya que el martes pasado hablábamos de fútbol, continuemos con el tema. ¿Se han preguntado alguna vez por qué el estado Vaticano no tiene Selección?, dado que países tan diminutos como Liechtenstein, o Islas Feroe y muchos más sí la tienen. Sería todo un espectáculo ver evolucionar en el terreno de juego a sus Reverendísimas e Ilustrísimas, o a la guardia vaticana todos vestidos de corto con un número a la espalda, en romanos, claro está. La respuesta a este interrogante la tienen en la expresión que da título a esta columna. Efectivamente, no tienen Selección de fútbol, ni de baloncesto, ni de ningún deporte que tenga balón, porque no hacen más que echarlos fuera. Lo que ocurre es que en ese ansía por desprenderse de los esféricos no hacen más que meterlos en propia puerta. Hablando del candente tema de la pederastia en el seno de la Iglesia, el Secretario de Estado Vaticano, en una reciente visita a Chile, ha dicho que “no hay relación entre celibato y pederastia y que ésta sí tiene que ver con la homosexualidad”. Según él lo dicen psicólogos y psiquiatras. Acabáramos.

Permítannos unas reflexiones en voz alta y discúlpeme todos aquellos que puedan sentirse ofendidos. No es nuestra pretensión. Con esta afirmación el mitrado Bertone parece querer insinuar que solo los curas homosexuales son los predispuestos a cometer actos de pederastia, quizás sea mejor decir en este caso “sodomía”, con los menores. También parece insinuar que el resto, es decir los “hetero”, guardan escrupulosamente el voto de castidad y se abstienen cristianamente de toda relación. Que ni piensan en ello, vamos. Con estas manifestaciones claramente tendenciosas su Eminencia, en nombre del Vaticano, demoniza a todo lo que tenga que ver con el mundo homosexual y santifica a los célibes. Pero esto no nos resulta nada extraño porque la homosexualidad ya era condenada por la Curia antes de que estallaran todos estos escándalos que les agobian y les hacen decir estas barbaridades. Lo que sí nos resulta curioso es que, al igual que Nerón les echó la culpa a los cristianos del incendio de Roma, éstos las hagan caer sobre los sacerdotes gays, arrimando el ascua a su sardina y exculpando a todos aquellos sacerdotes heterosexuales que delinquieron y cometieron actos de pedofilia hace años y siguen cometiéndolos en la actualidad. Lo que pasa es que “salidos” los hay en ambos bandos dentro del sacerdocio, en el hetero, en el homo y en de los que les va tanto la carne como el pescado, que también los hay. Y, claro, como el de la perlesía, cuando se les presenta la ocasión, disparan a todo lo que se mueve.

Duke sabe que esto de la pederastia es igual que otro tipo de delincuencia -más grave, en este caso, por tratarse de personas que ejercen tutoría sobre los perjudicados-, e igual que el ser tonto, guapo, cojo o ciego. También sabe que la estadística puede tener sus sesgos pero que jamás se equivoca. Si los números nos dicen que un “x” por ciento de la población es imbécil, ese porcentaje vale para toda la población, sean médicos, ingenieros o peones de la construcción. Y ese porcentaje en cuanto a la pederastia afecta también a los curas sean homosexuales o no. No vengan después a decirnos en sus cartas pastorales que con esto no se puede bromear. Empiecen sus Eminencias por ser serios y asuman lo que se les ha venido encima con coraje, y sin mentiras.

Imágenes obtenidas de Google

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