sábado, 10 de abril de 2010

ALERGOFOBIA


Después de un invierno crítico -a éste pasado también le afectó la crisis (como a todo y a todos)- por fin despunta la primavera. Ya saben esa de las espichas, de los campos salteados de florecillas, el trinar de los pajaritos y para muchos, entre los que nos encontramos Duke y quien suscribe, el tiempo de las alergias, por aquello de que “la primavera la sangre altera”. No está falto de razón el adagio popular porque quien más quien menos tiene alergia a algo. De hecho tengo un amigo que se la tiene a todo, al polen, al polvo, al acetilsalicílico, a las lentejas con chorizo y hasta al vino peleón. Así es que desde marzo hasta junio el pobre hombre tiene unas erupciones cutáneas del copón y no para de arrascarse a todas horas. Le he dicho en muchas ocasiones que deje de tomar “matarratas” y se pase al “rioja” o al “ribera”, pero no me hace caso y sigue con el morapio empolvado, quiero decir con el vino hecho a base de polvos y, claro, las alergias insisten igual que él insiste. Dice que es el mejor desinfectante, y a lo mejor tiene razón.

Con motivo de uno de esos episodios en que te salen ronchas hasta en los dientes, hace años consulté a un especialista. Después de ponerme no sé cuántas gotas paralelas sacadas de frascos diminutos a lo largo del antebrazo me dijo que no padecía enfermedad alérgica alguna, al menos de las conocidas. Por las gotas y el dictamen del galeno pagué tropecientasmil, todo para permanecer en la más absoluta ignorancia del verdadero origen de aquellos insoportables picores. Un día me enteré de las fechorías de Roldán y empezaron otra vez; otro día supe de lo de Vera, y lo de De La Rosa y de lo Mariano Rubio, y siguieron; y otro de lo de Camps y Matas, Correa, Bárcenas y la madre que lo parió, y ya no paro de arrascarme, como mi amigo. A Duke le pasa lo mismo. Así es que con el tiempo fui dándome cuenta de que nosotros solo tenemos alergia a los políticos. No a todos, sino a los corruptos, los trepas y los mentirosos compulsivos. O quizás sí tenga alergia a todos porque no dejo de arrascarme. Será que no hay ni uno que diga la verdad, aunque sea una sola vez en su puñetera vida. Y es que la clase política de este país es distinta a la de los demás países de nuestro entorno geográfico y económico. En ésos te pillan en una y has cavado tu propia tumba, mientras en el nuestro se descubre que un determinado personaje político ha mentido, o ha prevaricado, o se ha dejado sobornar, o ha metido la mano en la saca…, y le ponen una calle, le llaman a televisión para que cuente cómo lo hizo, y al final se edita un best seller con sus gloriosas memorias. Los políticos en nuestro país son más parecidos a los de esas repúblicas bananeras que tanto se critican.

Tenemos fobia a esta alergia. Alergofobia. De manera que nuestro castigo es que estamos arrascándonos durante todo el año, da igual que sea primavera o no. Muchas veces, a parte de esos molestos pruritos, nos entra una risa incontenible, para mearse, y otras, sin embargo, unas ganas de llorar insoportables. Al final nos arrascamos, reímos y lloramos, qué remedio. Solo nos vemos un poco aliviados cuando le damos a la tecla como ahora y contamos a todo el mundo lo mucho que nos escuece, aunque cuando lo hacemos también algunos se piquen. Pues que se arrasquen.

Imágenes obtenidas de Google

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