viernes, 1 de agosto de 2014

SÓLO PARA HOMBRES

 Las colas que montan algunas

Estoy hasta los ventrículos de esperar en el super colas de quince minutos y más, sólo para pasar una baguette y una botella de agua. No hay derecho, oiga. Y el caso es que nunca acierto con la cola que va más rápido. Yo observo las dos o tres que se forman, miro a la cajera y la pinta de los esperantes para optar por una de ellas y no se por qué pero el último de las dos filas que deseché siempre pasa primero que yo. ¡Hay que jodese! Lo hablaba hace poco con un colega que estaba en la misma situación que yo. Comentábamos que si íbamos a por pocas cosas cuando más gente había, y más llenaban los carros. Que si teníamos la mala suerte de ponernos detrás de esas damas que se ponen a hablar con la cajera de lo guapu y listu que ye el so nietu, que luego empieza a rebuscar en el bolsu y no encuentra la cartera, que cuando la encuentra empieza a tirar de cremalleras hasta que da con el sitiu que tan los billetes, y luego diz “espera que igual tengo suelto” -mientras los de atrás echamos humo, sin tar fumando porque no se pué-, que cuando encuentra lo suelto ponlo to en la mano, calderilla, pa que lo coja la neña de la caja y empiece a contar hasta treinta y tres, céntimu a céntimu; que luego y pregunte si tien tarjeta de puntos: “sí, pera fía”, y entre quince o veinte plásticos d’esos que non valen pa na, solo pa ocupar sitiu tarda mediu verano en encontrar la puta tarjeta; y cuando ya pagó y entregó la cacharra va la neña, saca una tira de papel, day un bolígrafo y diz “firme ahí, ye el vale de descuentu por los puntos”, y la moyer vuelve a decir: “pera, fía, voy buscar les gafes, y cuando les encuentra diz “¿y cómo firmo?”. “Con la su firma, señora, o como quiera…”, con los brazos en jarras. Y la caravana llegando hasta Astorga, o Badalona que ta más lejor tovía. Y decía-i yo al mi amigu (porque en esi tiempu hicímosnos íntimos), “¡joder, macho!, ¿qué ye…, no hay buzón de sugerencias, protestes o la madre que lo parió? Teníen que poner una caja sólo pa los paisanos, que somos más rápidos, llevamos ya la suma hecha, les perres preparáes y non traemos la tarjeta esa de los co…”. Y diome la razón, oye.

El casu ye que, además, pa dos coses que lleves podíen dejate pasar delante. Vamos digo yo. Pero no, ye que ni miren p’atrás pa ver la cola que están formando, que parecen domingueros en una carretera comarcal. Eso sí hay alguna amable excepción que te dice cortésmente, “pasa fíu que lleves poco y yo no tengo prisa”. Y con los ojos como platos le das las gracias y lo cuentas en el periódico.

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