miércoles, 20 de agosto de 2014

ABANDONO


Fuente y lavaderos en La Nisal

La dejadez de los pueblos de Langreo

Hace unos días me acerqué a mis raíces. Con Duke de compañía subí a La Nisal, el pueblo de mis abuelos, de mis padres y de mi llorado hermano, donde pasé los momentos más felices de mi infancia y primera juventud. Mi propósito era recordar aquellos tiempos ya tan lejanos y, para ello, comprobar in situ si aquellos recuerdos eran fiel reflejo de la actual realidad. Hacía más de veinte años que no iba por allí y, con tristeza pude comprobar que los recuerdos eran más bellos, más luminosos, más deseables que la cruel situación actual. Aquella era una casa perdida en medio del bosque y alejada unos quinientos metros de las más próximas en el propio pueblo, una casa de aldea que, como tal estaba rodeada de praderías bien cuidadas que pertenecían a la familia, aunque no son ya propias desde hace muchos años. Hoy una gran parte de esos prados están tomados por la maleza, ausentes la multitud de árboles frutales que por entonces tenía y con unos caminos sólo transitables para las cabras, que no para las personas. Su actual propietario está rehabilitando la casa y reconvirtiendo la cuadra y el pajar en estancias habitables, porque el ganado vacuno y caballar hace tiempo que han desaparecido del pueblo. La Nisal rural, de campesinos y ganaderos, es ahora un pueblo de segunda residencia para algunos que han decidido comprar y rehabilitar. Y eso sí está adecentado. El resto es monte, puro abandono en el que tienen mucho que ver los vecinos que se fueron y, aún más, el ayuntamiento. Porque no es sólo La Nisal quien sufre la dejadez administrativa sino que también lo son la multitud de pueblos de este concejo que tienen sus carreteras de acceso tomadas por la vegetación que no se desbroza, sus cunetas atascadas de forma que el agua circula libremente por la calzada que, a su vez, sufre los desperfectos ocasionados por el paso del tiempo. Y no nos extraña nada que esto sea así porque las propias zonas urbanas padecen este abandono. El parque Dorado en Sama da pena, el paseo fluvial hacia Lada da asco y dolor, algunas calles y aceras del centro de Sama son cauce del agua cuando diluvia y muchas casas de todos los distritos urbanos de Langreo están en completo estado de ruina. He ahí la responsabilidad de nuestros representantes que están ahí para vigilar, mantener y dar soluciones a estos problemas y no para dejar la ciudad y los pueblos en brazos del abandono.

No hay comentarios:

Publicar un comentario