Mi capitán, que vienen los indios, dice el centinela de Fort Spain. ¿Cuántos son?, pregunta el estrellado. Como dos mil uno, mi capitán. ¿Y por qué lo sabes?, vuelve a preguntar. Porque viene uno delante y como dos mil detrás, mi capitán. Cuando se trata de contar mucha gente suceden cosas parecidas a esta, que unos se quedan cortos y otros se pasan tres pueblos. Lo que en realidad cuentan unos y otros son sus propios intereses. Veamos la incidencia y seguimiento de la huelga de funcionarios del martes pasado. Según los convocantes no fueron a trabajar ocho de cada diez funcionarios y según la Secretaría de Estado de la Función Pública solo faltó uno. No dijo si estaba enfermo o es que había sufrido un pinchazo en carretera. Lo que les decía el miércoles, los sindicatos le ponen polvo al asunto y el Gobierno se lo quita. ¿Será posible que alguna vez en este país alguien nos cuente la verdad, sin tapujos? ¿No se dan cuenta de que los españoles ya no se tragan estas milongas? ¿A qué juegan? La verdad solo tiene un camino y ese camino solo tiene una cifra porque “lo que es, es”, independientemente de quien lo mire. Lo cierto es que nos da toda la impresión de que en este caso, por una vez y sin que sirva de precedente, quien ha dicho la verdad, o se ha quedado muy próximo a ella, ha sido el Gobierno. Y es que cuando ya les están quitando un buen pellizco de sus salarios y no hay marcha atrás, porque el Decreto ya ha sido aprobado con complicidad y alevosía, no resulta conveniente para nadie echar más leña al fuego y perder el día de trabajo. Eso es lo que habrán pensado la mayoría de los servidores públicos. Así que todo el mundo a currar que la cosa está muy malita.
Y después de esto, ¿qué? Después de reunirse Gobierno, Patronal y Sindicatos no han llegado a ningún acuerdo acerca de la ya podrida “Reforma Laboral”, algo que ya huele mal y, según dicen, es la clave para el inicio del crecimiento económico. Lo que haya pasado en esa reunión que han mantenido hasta las seis de la mañana es otro cantar. Porque es que, cuando ya van apurados porque el Gobierno ha amenazado con otro decretazo, a los sindicatos no les interesa el acuerdo porque vienen amenazando con la huelga general y en las manifestaciones del martes se han desgañitado asegurando que la habrá. El acuerdo no les dejaría justificación para convocarla. Por tanto no habrá acuerdo y sí habrá huelga, previsiblemente para el 30 de junio. ¡Hay que joderse! ¿Se creen estos tíos de UGT y CCOO que los quince o veinte millones de españoles que anhelan la llegada de ese día para irse de vacaciones, y olvidarse durante un mes de Zapatero, Sindicatos y la madre que lo parió, van a quedarse ese día sin ir a trabajar y asistir a manifestaciones y otras zarandajas cuando les espera la carretera, el sol y el “yes very well”? Duke está seguro de que no se lo creen y que por eso precisamente la convocarán para ese día, para que pocos o nadie la sigan y para que todo pase desapercibido y puedan seguir diciendo mentiras y chupando del bote. Cinismo en estado puro.
Imágenes obtenidas de Google
Y después de esto, ¿qué? Después de reunirse Gobierno, Patronal y Sindicatos no han llegado a ningún acuerdo acerca de la ya podrida “Reforma Laboral”, algo que ya huele mal y, según dicen, es la clave para el inicio del crecimiento económico. Lo que haya pasado en esa reunión que han mantenido hasta las seis de la mañana es otro cantar. Porque es que, cuando ya van apurados porque el Gobierno ha amenazado con otro decretazo, a los sindicatos no les interesa el acuerdo porque vienen amenazando con la huelga general y en las manifestaciones del martes se han desgañitado asegurando que la habrá. El acuerdo no les dejaría justificación para convocarla. Por tanto no habrá acuerdo y sí habrá huelga, previsiblemente para el 30 de junio. ¡Hay que joderse! ¿Se creen estos tíos de UGT y CCOO que los quince o veinte millones de españoles que anhelan la llegada de ese día para irse de vacaciones, y olvidarse durante un mes de Zapatero, Sindicatos y la madre que lo parió, van a quedarse ese día sin ir a trabajar y asistir a manifestaciones y otras zarandajas cuando les espera la carretera, el sol y el “yes very well”? Duke está seguro de que no se lo creen y que por eso precisamente la convocarán para ese día, para que pocos o nadie la sigan y para que todo pase desapercibido y puedan seguir diciendo mentiras y chupando del bote. Cinismo en estado puro.
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