Un Langreano de Honor
Siempre pensó que Langreo necesita de gentes que
divulguen sus costumbres, su historia y su cultura, que es importante que se
den a conocer a esas gentes que trabajan por el municipio y algo diría a esos
jubilados jóvenes, como tantos que hay aquí con sus necesidades cubiertas, “que
dejen de pasearse por el parque, que hay muchas cosas que hacer y muchas
personas a las que ayudar”. Él es el primero en hacer lo que predica y en justo
reconocimiento al incuestionable hecho este año ha sido distinguido como
LANGREANO DE HONOR por la Sociedad de Festejos del Carbayu y el Ayuntamiento de
Langreo. Es Florentino Martínez Roces,
cabeza visible y uno de los fundadores de la Asociación Langreanos en el
Mundo, joven de espíritu, lleno de
fuerza y proyectos, impetuoso, febril y vehemente. El punto de referencia de la emigración
langreana y, como tal, conocedor de los de aquí y de los de afuera. Estoy
seguro de que cuando le llamaron para comunicarle la distinción se le cayó más
de una lágrima porque, en el fondo, para él no existe mayor reconocimiento que
éste. Es langreano hasta lo más recóndito de sus entrañas y ejerce como tal
donde quiera que esté.
A Florentino, residente en
Torremolinos, sus obligaciones para con Langreo le traen a menudo a sus raíces. Nació en el 34, poco antes de que estallara la Revolución y sus
primeros recuerdos a ello se refieren. Recuerda los bombardeos y cuando iban
corriendo hacia los túneles para resguardarse. También el Colegio de las Monjas
de Sama, donde empezó a la escuela; la Salle de Ciaño y El Frailín, donde con
dieciocho años se hizo Profesor Mercantil. Bien joven, tras la muerte de su
padre, empezó a trabajar como pinche en Carbones Asturianos donde tuvo dos
accidentes, uno de los cuales estaría a punto de costarle la vida. Cuando viene se asoma al pequeño ventanal de
la Torre de la Quintana y desde la “Cortejera” contempla, añorante, el lugar
donde trabajó tantos años de su juventud y se siente rejuvenecer. Allí
coincidió con Dimás Quirós, fallecido recientemente. “Dimas Quirós es para mí
una persona entrañable por muchas razones. Nos criamos y trabajamos juntos y
siempre mantuvimos nuestra amistad. ¿Qué te voy a decir de él?, es un
conversador nato, tiene una memoria de elefante. Es un hombre con el que
coincido en muchas ideas y que, además, admiro. Se que sois muy amigos porque
hace tiempo, cuando yo no te conocía, me hablaba mucho de ti”, me dijo en
aquella ocasión, ya hace más de seis años.
Langreano de Honor y Embajador voluntario de su
pueblo, considero a Florentino justo merecedor de ese nombramiento que, junto
al de los que le precedieron, quedará esculpido de forma imborrable para la
posteridad al lado de nuestra Patrona, la Virgen del Carbayu. ¡Felicidades,
amigo!
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