domingo, 19 de julio de 2015

EL PLAN "A"



El plebiscito catalán

Convergencia Democrática de Cataluña y su asociado Ezquerra Republicana del mismo sitio acaban de presentar la lista de candidatos a las cacareadas elecciones del 27-S que, dicho sea de paso, aún no han sido convocadas. Aquí siempre empiezan las cosas por el final. En esa lista, donde están componentes de otros partidos soberanistas, los barandas principales de este tinglado, Arturo y Oriol, van en cuarto y quinto lugar, respectiviguonder. Qué raro, ¿no? Lo lógico y normal sería que fueran primero y segundo, si realmente lo que se pretende con este vodevil es la celebración de unos comicios. Pero no, lo tienen anunciado y lo que quieren hacer es un referéndum disfrazado para, si ganan, ir a una declaración de independencia. Pero es que además, si llega a ser así, Mas sería Presidente y Junqueras Vicepresidente. ¿Por qué este paripé?
Duke lo tiene muy claro. Es la guerra moderna, la de las galaxias. En tiempos pretéritos cuando dos ejércitos se enfrentaban en sangrienta batalla los comandantes al mando de cada parte encabezaban sus tropas, siendo los primeros en entrar en fiero combate y, en ocasiones, también en ser escabechados por el enemigo. Así lo hicieron Alejandro con sus macedonios, Custer con su Séptimo de Caballería y nuestro Cid, aún cuando ya le habían hecho fosfatina en una batalla anterior. Después llegaron las nuevas guerras en las que los que comandaban las tropas se quedaban en la retaguardia o en una colina para ver mejor la evolución de la contienda, como si fuera en la tele. Y últimamente ya dirigen las batallas desde sus despachos tomando un bourbon o, en este caso, un cava con fuet de Casatardellas. Eso sí, cuando ganan para ellos es el triunfo, pero si pierden la culpa la tiene el gilipollas que iba delante por no percatarse del peligro que tenía el enemigo.
En esto del problema catalán la cosa se presenta del mismo modo. Los que liaron la madeja desde hace tiempo van bien resguardados entre vanguardia, flancos y retaguardia, no sea que les caiga la primera hostia. Y las que van detrás. Sin embargo para ellos serán los laureles en el triunfo, y de no ser así -que es a lo que apunta-, la culpa será del Chachachá. De los pringáos que ocuparon los tres primeros puestos de la lista. Mas estará pasado de rosca con su locura soberanista, pero tonto no es. Y Junqueras, menos aún.

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