Si es que este monarca nuestro es un fenómeno, ¿alguien lo dudaba? No se si lo han visto. Uniforme de gala. Recepción por todo lo alto para la presentación de credenciales de nuevos embajadores. Un fulano vestido de Mustafá y otro con atuendo occidental, como procede -vamos digo yo-. Y en esto suena el móvil real olvidado encima del taquillón, momento egregio en que pudimos comprobar que la realeza, al menos la nuestra, se suma a eso de los politonos y multitonos, cuando estábamos convencidos de que solo frecuentaban aquello de los barítonos. Pero nuestro Rey es de otra pasta. Le va la marcha. Sobre todo si se trata de sus nietos o, especialmente, de ese que tiene cara de cachondo. Froilán, el primer vástago de la primera Infanta. El tono de llamada es la risa de un bebé. Y Sumajes, sonriendo se dirige hacia el taquillón, coge el móvil y cuelga. ¡Joder, qué marrón! Ye el mi nietu mayor, debió de decir a los presentes. No se cómo estaba el móvil ahí puestu. Debió de dejálu Sofía.
Y es que la Reina y Él para esto de los nietos son de lo más tradicional y han acordado que si llama cualquiera de ellos suene el tono del bebé. Al igual que si llama Rajoy se oiga la sintonía de Pepé, si lo hace Más -como simuladamente ocurrió hace unos días- sea “Els Segadors”, o si lo hace Zapatero todos los que puedan escuchar se den cuenta de que “Susanita tiene un ratón chiquitín”. Están estudiando qué politono ponerse en el Satsung para cuando llame Cascos. Dudan entre el Tanhauser de Wagner y la B.S.O. de Apocalipsis Now de Los Doors, porque es que el “Asturias patria querida” se lo tienen adjudicado a Graciano, por aquello de la antigüedad.
O es que pensaban ustedes que el Rey no tenía móvil, o que nadie lo llamaba. Pues claro que lo tiene, aunque no lo entiende muy bien y solo lo utiliza para recibir llamadas. Como todos los abuelos. Y le llaman, aprovechando que lo tiene, todos los que tienen su número, que suponemos será el 600 00 00 01 de Moviestar, como el carné. Prueben y podrán comprobar cómo no descuelga. Y no lo hace porque no va a coger el teléfono al primero que llame. Eso sí, a Froilán se lo coge aunque esté en firmes, saludando a la bandera en el día de las Fuerzas Armadas, de la Constitución o de la lotería del Niño. Faltaría más. “Yayo, si tienes la moto preparada, cuando termines con el coñazo ese a ver si me llevas a lo del “Biberón”, que está muy güay”.
Y, como harían todos los abuelos, Su Majestad se quitará el uniforme de gala, se pondrá unos vaqueros y una cazadora, y junto a su nieto se irá a disfrutar de lo mejor que tiene la vida. De paso también le irá enseñando las otras cosas, y cuando las haya aprendido le cambiará el tono de llamada por algo así como aquello de Sabina de “Y nos dieron las diez, y las once. Las doce y la una, y las dos y las tres…”. Para entonces mejor que no se deje el móvil olvidado encima de cualquier mueble. Aunque sea de épocas pretéritas.
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