Merced al abandono del exministro Rubalcaba, el Gobierno del que formaba parte importantísima ha sido retocado con dos pinceladas que están secando al tiempo que le doy a la tecla. Digo pinceladas porque su lugar lo ocupará, por poco tiempo, quien era su segundo, y el cargo de portavoz será ejercido por quien ya lo ejercía bajo manga, el inefable y omnipresente Blanco. Pero el país está más pendiente de las idas y venidas de Fredy y del estrangulamiento de la deuda española que de los cuentos que siguen contándonos desde Moncloa Pepeluis y Pepiño. Mientras tanto no se sabe nada del partido que gobierna ni del gobierno del partido. Parecen una cohorte romana fuera de formación, silbando apoyada en sus escudos y con la vista perdida en las nubes, mirando las golondrinas, como en las aventuras del galo. Es lo que trae consigo la bicefalia que se ha asentado en el Pesoe. Un Presidente y otro que quiere serlo, y un Secretario y otro que lo será. En esta tesitura, nos preguntamos quién manda actualmente en uno y otro lugar. ¿Nadie, ambos dos o solo Rubalcara? No me cabe ni la menor duda que en preparación de lo que está por venir, y me refiero al agravamiento de la economía y a las elecciones generales, quien lo está haciendo “in pectore” es el antiguo jefe de la poli y la menetérica, que diría Chiquito.
Aunque este latinajo (en el pecho: el cardenal designado por el Papa y aún no proclamado) tuvo un significado eclesiástico, tiene también la acepción de ser un nombramiento ya decidido y no hecho público. Y nadie duda de que Fredy será el próximo mandamás como Secretario de los socialistas, quizás a la vuelta de las vacaciones. Además para cimentar su candidatura y su programa a los próximos comicios, no puede ser que por un lado se tengan unos determinados planteamientos de gobernanza -como se dice ahora- y por otro lado haya unos bien distintos para cuando llegue al poder. Si es que llega, que mucho lo dudamos. Por eso mismo estamos seguros de que es el poderoso Alfredo quien, in pectore, ahora gobierna el partido y el gobierno. De otra forma sería una locura.
Locura es en cualquier caso que en el momento más delicado por el que atraviesa nuestro país, los ciudadanos desconozcan el camino próximo que les queda por delante. Hasta principios de octubre. Cierto que no conviene, y no es el momento de una convocatoria de generales, ya que ello llevaría consigo una paralización de toda la actividad pública, la política y la económica que al fin y al cabo son lo mismo. De todas formas que no le pregunten a Zetapé si va a adelantarlas o no, que le pregunten a Rubalcara que será quién al final tenga la última palabra. La palabra de Fredy, que ye más listu que los ratones coloraos, y tién más tables que to los aserraeros canadienses del Canadá. Él decidió el momento de irse y él mismo decidirá cuándo será el momento para convocar elecciones. Otras.
Imágenes de Google
Aunque este latinajo (en el pecho: el cardenal designado por el Papa y aún no proclamado) tuvo un significado eclesiástico, tiene también la acepción de ser un nombramiento ya decidido y no hecho público. Y nadie duda de que Fredy será el próximo mandamás como Secretario de los socialistas, quizás a la vuelta de las vacaciones. Además para cimentar su candidatura y su programa a los próximos comicios, no puede ser que por un lado se tengan unos determinados planteamientos de gobernanza -como se dice ahora- y por otro lado haya unos bien distintos para cuando llegue al poder. Si es que llega, que mucho lo dudamos. Por eso mismo estamos seguros de que es el poderoso Alfredo quien, in pectore, ahora gobierna el partido y el gobierno. De otra forma sería una locura.
Locura es en cualquier caso que en el momento más delicado por el que atraviesa nuestro país, los ciudadanos desconozcan el camino próximo que les queda por delante. Hasta principios de octubre. Cierto que no conviene, y no es el momento de una convocatoria de generales, ya que ello llevaría consigo una paralización de toda la actividad pública, la política y la económica que al fin y al cabo son lo mismo. De todas formas que no le pregunten a Zetapé si va a adelantarlas o no, que le pregunten a Rubalcara que será quién al final tenga la última palabra. La palabra de Fredy, que ye más listu que los ratones coloraos, y tién más tables que to los aserraeros canadienses del Canadá. Él decidió el momento de irse y él mismo decidirá cuándo será el momento para convocar elecciones. Otras.
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