domingo, 10 de julio de 2011

HAS CESADO


No es que nos alegremos de lo que le pasa al presidente de la República Bolivariana de Venezuela, no. Todo lo contrario. Duke y yo estamos muy preocupados por su estado de salud y, aún más, por otras cosas que han venido sucediendo estos últimos días. Por ejemplo, no nos parece nada normal que sea el propio paciente quien haga lectura de su parte médico. ¿Dónde se vio eso? Estuvimos acostumbrados a recibir información de este tipo cuando a S.M. el Rey le operaron del pulmón y de la rodilla, cuando los nacimientos de las infantas, cuando la lesión de Iniesta y, retrocediendo a tiempos de la oprobiosa, cuando el Generalísimo estaba a punto de cascar. Son los médicos que atienden a un enfermo, los que saben de su enfermedad, quienes deben de dar las explicaciones oportunas, aunque a la hora de la verdad con tanto término médico no nos enteremos de nada. Lo que denota la comparecencia ante los medios del sátrapa caribeño es que (no me resisto a decirlo) ahí hay un hombre que dice ay, vamos que dijo lo que le dio la dictatorial gana para justificar su desaparición del panorama venezolano e irse con su colega Fidel, que también está un poco jodido. Así que con lo único que nos hemos quedado es que el amigo Hugo tenía un tumor abscesado, que lo habían cesado por su humor, o algo por el estilo, y que se lo han quitado todo. No se si el tumor, el asiento o los pequeños ahorros. Por si acaso hoy mismo, cuando le doy a la tecla, se ha vuelto a la bolivariana república bananera como si tal cosa. Es decir, se marchó por sorpresa y por sorpresa retornó, como él mismo llegó a manifestar. Y dicen las crónicas que se bajó por su propio pie del avión o, lo que es lo mismo, no tuvo necesidad de lanzarse en paracaídas.

Y ¿qué me dicen del pijama que lucía? Hay que tener valor -y mal gusto- para salir en todas las teles del mundo mundial, y también del bananero, vestido de esa guisa. Con esas trazas de “comprapaisa, barato, barato”, con todos los respetos a los interfectos. Siete estrellas y un escudo sobre franjas amarilla, azul y roja. Una estampa floreá, parecía el tío. ¿Se imaginan al del Ferrol de sí mismo, con un pijama de Carolina Herrera rojo y gualda sobre yugo, flechas y la madre que lo parió, intubado hasta las cejas y ya con ganas de celebrar su primer 20-N? Pues éste lo mismo, oigan. Y el otro igual. Porque ya me dirán, qué significa lo de Castro. Eso sí, con un pijama más discreto. Caqui, creo que era. Y su gorra de comandante o furriel, o lo que sea ahora, para no desentonar con la revolución. Y para más nota, dándoselas de entendido en la materia.

En resumidas cuentas que no sabemos si Chávez se fue a Cuba a operarse de un absceso en los mismos, si es que lo cesaron por parlanchín -mira que ya se lo dijo Don Juan Carlos-, o se tomó unas vacaciones anticipadas para echar una partida de dominó con el ex sátrapa de la isla caribeña. El caso es que volvió a su país. Y ya en Caracas, sigue cacareando lo que le hicieron los galenos cubanos, cuando no tiene ni la mas remota idea de por donde cae el colon. Esto debe de ser contagioso.

Imágenes de Google

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