sábado, 6 de febrero de 2010

BREAKFAST IN AMERICA



Este jueves pasado la titular de Economía Elena Salgado dijo en una entrevista radiofónica que “no ve riesgos para el futuro de la economía española, ni desde luego para el futuro de los españoles”. Y Duke piensa que para decir eses babayaes no haz falta ser ministro. Claro, la ministra no veía el riesgo porque, en ese momento, el peligro estaba lejos, orando junto a su idolatrado Barack Obama en el Hilton de Washington. También en esos momentos el IBEX 35 perdía más de 10.000 puntos en la mayor caída de la bolsa española en los últimos dos años. Al mismo tiempo, su jefe reunido en un almuerzo con directivos de empresas americanas con intereses en España aseguraba que
“nuestro gobierno es impulsor de una economía innovadora, europea y eficiente". ¡Hay que joderse!

Y es que cada vez que el Presidente cruza el charco le entra el subidón. No había más que ver su rostro henchido de felicidad y su orgásmica sonrisa en el momento de acceder a la mesa presidencial del Desayuno de Oración Nacional, que es para lo que fue a Washington, a desayunar. Sin embargo lo que él pretendía era despachar con Obama durante los minutos previos al ágape para, a su vez, invitarle a venir a España. Lo que pasa es que el americano, haciéndole un “feo”, se retrasó una hora y no le dejó decir nada más que “gudmonin”, “para que te acuerdes de mi bandera” -debió de pensar-. Después se situó tras el atril y, con voz trémula y poco convencida, leyó un pasaje del Deuteronomio diciéndoles a los allí presentes que tenían que pagar a sus jornaleros antes de ponerse el sol. A más de uno le sacaría los colores.

Duke no sabe qué es lo que pinta un agnóstico y redomado laicista dando lecciones bíblicas a tres mil cristianos ultraconservadores americanos que no saben ni por donde cae España. Y para más INRI en “castellano”, como si el “español” fuera vergonzante. Desconocemos lo que diría la traductora pero, al fin y al cabo, da igual porque nadie de los presentes se había puesto los cascos del traductor simultáneo. ¡Vaya marrón!, tener que cruzar el charco para hacer en público lo que nunca hizo ni en privado y, para encima, que nadie preste atención a lo que estás diciendo. Además, que no puedas hablar con el baranda de la tropa que es el motivo principal del largo desplazamiento. Pues si lo que quería era invitar a Obama a venir a España, no sabemos si a comer huevos fritos en Casa Lucio o Fabada en La Máquina, podía haberlo llamado al móvil o mandarle un mail y haberse ahorrado el viaje. Y si no, ¿para qué está el Embajador? El caso es que fue allí invitado por The Family que es el grupo de poderosos que organizan este sarao, y fue acompañado de una troupe de personalidades de la empresa, la política y la prensa que posiblemente hayan sido los únicos que hicieron negocio porque lo que hizo el presidente solo fue el ridículo. Ante los americanos y ante el mundo entero.

Ahora llega a nuestro país y se encuentra con el patio revuelto, los sindicatos rebotados con el tema del “pensionazo”, tildando al Gobierno de “Cuadrilla de aficionados” y preparando una gran manifestación en todas las provincias para finales de mes, y el partido de la oposición amagando con una moción de censura al tiempo que afirman que están preparados para gobernar, cosa que dudamos. No sabemos si Don José Luis le habrá cogido el gusto a la plegaria pero, dado que se pasa más tiempo por las nubes que con los pies en el suelo, no estaría de más que se encomendase a alguien de por allí arriba porque va a tener muy crudo aguantar dos años más en el gobierno. Los españoles empiezan a descubrir la verdadera personalidad y la nula valía de quien hace seis años rige sus destinos. ¡Ay ZP, quien te vio y quien te ve!

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