domingo, 14 de febrero de 2010

AHORA QUE...


Duke se está volviendo noctámbulo, como los vampiros. No se si se está haciendo mayor -ya saben que los mayores duermen menos- o es que piensa demasiado, como no hace mucho me indicó mi galeno oficial. El caso es que me tiene en un “sin vivir”. No para de decirme y de azuzarme. Estoy seguro que de esto no tiene la culpa el Gobierno, aunque algo sí que influye, como en todo. El caso es que, ahora que le doy a la tecla, son las dos de la madrugada y, como en la noche todos los gatos son pardos, he decidido contarles un secreto: estoy pensando en profesar. En meterme a cura, a fraile, a monja (voy pensalo), o a la madre que lo parió. Da igual. En estos momentos que hay carestía de vocaciones religiosas no va a venirle mal a la institución que alguien les eche una mano y les haga un poco de marketing avanzado. Además, ya que ha llegado Don Jesús, es el momento de renovar la empresa con nuevas ideas y proyectos. ¿O no? Bueno, digo yo porque como a ellos no les ha llegado la crisis económica siempre cabe la posibilidad de invertir en I + D + i. Ya que Campa no va a poder hacerlo por aquello de reducir el déficit, que lo hagan los barandas clericales que ya va siendo hora.

Cuando profese empezaré por proponer anticipar las jubilaciones de los reverendos dos años menos. Pa chulos nosotros. ¿Qué no va a haber curas bastantes? Nada, creamos una subvención a fondo perdido de diez mil millones de €uros (o más) para cursos acelerados en los seminarios, inserción eclesiástica y plus de estrés y peligrosidad, como los controladores aéreos. Eso sí, el tema voy a controlarlo yo, igual que Pepiño. Después de que tenga a la nueva tropa satisfecha con sus emolumentos y posición social, propondré darles dos meses de vacaciones en verano y otros dos en invierno para que mediten y, de paso, hagan proselitismo. Doy por descontado que tengo cubiertos los servicios porque voy a nombrar un furriel que se encargue de ello y así no se me desmanda ni uno. De igual forma, y este es el último nivel de mi reforma, pediré la instalación de dispensadores automáticos de hostias, previo paso del carné por la bacaladera episcopal. De esta forma tendré controlado quién comulga y quién no, porque haylos que dicen que son, y luego resulta que no son. Pues eso, o yes o nos yes.

Antes de empezar las misas el alcalde pedáneo, o lo que sea, deberá de leer un capítulo del Deuteronomio y decirles a los que tengan empleados que tienen que pagarles antes de que cante el gallo, porque pa eso trabajen. Ah, y como las vacas en India, el gallo es sagrado. Se acabó comer “Pitu de Caleya”. A partir de ya, pavo, como los americanos. Y nada de vino en la misa, eso que lo beban en Logroño. Aquí sidra, y que la escancie el monaguillo. En les escueles, donde estaba el crucifijo, voy a proponer que se ponga el símbolo del Festejos de San Pedro con les llaves cruzaes debajo de la tiara y si yos parez mal que pongan un retratu de Angel Gabilondo, el ministro de esto. Para terminar pondré en marcha una gran campaña publicitaria en todas las televisiones convocando a la feligresía a la adquisición de “deuda canónica”, no sea que me pase del presupuesto y me embarguen la catedral. Después de hacer todas estas mejoras, y ya en pleno funcionamiento, convocaré a la tropa para que no se alarmen y explicarles el talante de la reforma. El Plan “Z”, el últimu y definitivu.

Son las tres de la mañana y Duke duerme como un benditu. Está tranquilu y sueña que, con estes proposiciones que vamos a llevar a cabu, si nos dejen, vamos a ganar muchos puntos con Benedito y seguro que, no tardando, nos nombra Cardenales, Obispos, o Párrocos de Pola del Tordillo. Pero, pensándolo mejor, ahí dejamos la propuesta pa que alguien con más talante que nosotros se haga cargo de ella. Lo nuestro ye dar idees y asesorar al personal. Amén.

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