La debacle de UPyD
Bién por Toni Cantó. El actor reconvertido en político ha
renunciado a su candidatura a la presidencia de la Generalitat Valenciana por
UPyD y a su acta de diputado por estar en desacuerdo con el proceder de la
dirección del partido y especialmente de su presidenta, Rosa Díez. Con un par
de bemoles. Sin embargo ha manifestado que no abandonará su militancia en el
partido hasta que en junio se celebre Congreso Nacional. Él, que llegó como
fichaje estrella de la formación magenta -que se dice ahora-, continuará como
miembro de la fiel infantería. Entre otros, parece que los motivos son
idénticos a los aducidos en su momento por su excompañero, Francisco Sosa
Wagner: la negativa de la mandakari a mantener conversaciones con Ciudadans, el
emergente partido de Albert Rivera, para, en su caso, formalizar acuerdos de
colaboración y acudir juntos a las urnas. El actor no es el primero que se va,
ni seguramente será el último, dado que los modos y procedimientos de Rosa Díez
no parecen los más apropiados para dirigir un partido que se tilda y proclama
como democrático. Y lo ha hecho humildemente, sin hacer ruido para nada. Se
marcha del mismo modo que llegó. En silencio. Cuando lo más lógico para los que
forman, según algunos, la casta política sería haber permanecido en su status
actual, arronchado en espera de lo que suceda tras las elecciones. Sin embargo
ha dicho que en cuanto llegue a Madrid entregará su acta de diputado.
En cambio abundan los ejemplos de otros políticos de esta
formación que, no estando en la sintonía de quien la dirige, juegan a dos
cartas con otros grupos al tiempo que aguardan a que escampe o que los
resultados de las próximas autonómicas y municipales les lleve a la nada. Eso
se llama estar en política por interés, que no por vocación de servicio. Ahí
tenemos como ejemplo el del Ignacio Prendes, único diputado magenta por
Asturias, del que llegó a decirse que, junto al actor valenciano, sería uno de
los próximos en abandonar el partido. Pero mientras estaba que si sí, que si
no, que si puede, le echaron por negociar en la sombra con Ciudadanos. No puede
ser un partido fucsia dentro de otro magenta, Rosa se niega a ello. Pero a
Nacho le gustan las pruebas, de manera que seguro que inventa una plataforma de
algo. (Continuará…)
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