Los dineros que se van a Suiza
Listo que es el macarroni este, que ya hace años elaboró una
lista que, por entonces, fue un escándalo y ahora, desde hace diez días está
haciendo temblar a los muchimillonarios de medio mundo y, sobre manera, a
aquellos que han utilizado los paraísos fiscales para evadir sus obligaciones
tributarias en su país de residencia. Cada día que pasa nos sorprenden con
nuevos nombres que figuran en la lista y que no por ello ha de suponer
forzosamente que sean evasores fiscaLiles pero que, a fuer de ser sinceros, es
lo primero que nos viene a la mente. En
estos tiempos que vivimos de gentes que aparentemente son inmaculadas y
entreabren una puerta a los reporteros que se interesan por los motivos y las
circunstancias de su inclusión en el rol, pero que niegan, no saben nada del
asunto y, en definitiva, afirman que no poseen la viruta que figura en la lista
Falciani, que nunca estuvieron en Suiza ni sabían de la existencia de ese
banco, para cerrar el asunto y la puerta que han entreabierto asomando un
focicu algo sospechosu.
Que nombres como los de Vallejo Nájera o Kovacs, ambos de
larga trayectoria científica y honorable, figuren en esa lista da mucho que
pensar. Con respecto a este último, creador de la Fundación (altruista) que
lleva su apellido, tiene su sede en Gijón y, a decir de algunos, hombre
brillante y con un coeficiente intelectual que lo rompe, con más de tres
millones dólares en HSBC, hace que Duke piense si para tanto da una clínica
especializada en traumatismos y dolencias de cuello y espalda, sin ánimo de
lucro, o hay asuntos más oscuros que propician que todo ese dinero se haya ido
a Suiza, máxime si tenemos en cuenta la privilegiada fiscalidad de las fundaciones
en nuestro país. A no ser que todo ello sea un bulo y Hervé se haya confundido
al darle a la tecla. Si esto fuera así
cualquier día los medios publicarán que Duke está también en esa lista
con 50 céntimos, así como la chica rumana que pide frente a la iglesia de Sama
y manda sus haberes pordioseros al banco inglés de Suiza. El casu ye que estuve
buscando por si veía al del bigote olvidadizu o al otru, que no se qué tien
contra los homosexuales. Como si por les urbanizaciones del Picu-Pío no hubieran
pasáo unos cuantos. No los encontré, pero ye que la lista ye tan larga que
cansé de buscar. Por la “D” no venimos, y eso ya nos… “cabrea”.
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