lunes, 20 de septiembre de 2010

PUJANZA FEMENINA

El mundo occidental se ha abierto a la mujer postergada a lo largo de la historia y relegada a las labores domésticas y a la crianza de la prole. Hoy día que ya no hay proles y las tareas del hogar son solucionadas por las máquinas, las mujeres han salido al mundo, se han formado y han irrumpido en la sociedad de tal forma que, cada vez más, están adquiriendo una mayor relevancia en todos y cada uno de los aspectos que conforman la sociedad. La cultura, la economía, el ocio, la política… Hay mujeres al frente de organismos internacionales como la OMS, de grandes empresas, de algunos bancos; las hay formando parte de las fuerzas armadas, y también dirigiéndolas; han sido candidatas a presidir los países más poderosos, como es el caso de Hilary Clinton, y las hay que lo han logrado como la Merkel, o en su día la Tatcher. Por lo que se refiere a nuestro país tenemos chicas ocupando dos de las tres vicepresidencias del gobierno, a otra presidiendo el constitucional, a otra como secretaria del partido en la oposición… Y tenemos a la Aído. En fin, son todas ellas las modernas mandakaris, mujeres con empuje.

Resulta paradójico que en el país del macho ibérico sean ellas quienes ocupen más cargos de importancia, del mismo modo que también es paradójico que en nuestras Cuencas Mineras, donde siempre nos vieron con cuernos y rabo, donde los rudos y rebeldes mineros y metalúrgicos, sean dos damas quienes muy posiblemente regirán nuestros destinos durante los cuatro años siguientes al próximo mayo. Por dar un orden aleatorio, la primera de ellas, Esther Díaz, lo viene haciendo en Langreo desde hace ocho, y no lo habrá hecho nada mal cuando sus compañeros la han elegido como candidata a continuar en esa tarea. La segunda, Diana González, actual edil de cultura de Mieres y con un abundante currículo municipal, es una incógnita que no tardará en ser despejada. Evidentemente todo depende del resultado de los próximos comicios pero en unos valles tradicionalmente de izquierdas es difícil prever un escenario distinto al que siempre hemos tenido en tiempos democráticos. Y este es un caso que, si la tendencia persiste, estará claramente marcado por la pujanza femenina. Algo que celebramos.

La mandakari que nos afecta a Duke y a un servidor, nuestra alcaldesa Esther, ha adquirido con el tiempo un marchamo de mujer con fuerte carácter, y lo tiene. En una ocasión le preguntamos si se consideraba la Dama de Hierro de Langreo y, riéndose, nos replicó que su abuela decía que “donde dicen que hay jamones, hay gavitos pa colgalos” y que “el que nunca se equivoca es el que nunca se decide”. Su determinación es clara y así lo ha demostrado los últimos ocho años. Si la oposición se lo permite tendrá otros cuatro para terminar sus grandes proyectos, pero desde estas páginas Duke le ruega que, si tripite, gaste los dineros con criterio y prescinda de centros ecuestres, campos de golf y grandezas impropias de los tiempos que corren.

1 comentario:

  1. Y todo eso con tacones, con el cucharón en la mano y sin perder la dulzura.

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