jueves, 2 de septiembre de 2010

DIPLOMACIA INTELIGENTE


En la región de Campania, al sur de Italia, hay un alcalde con veleidades ludópatas. Melito Irpino es un municipio con cerca de dos mil habitantes cuyo Mandamás ha tenido recientemente la brillante idea de emplear fondos municipales para jugar a la lotería con la loable intención de emplear las posibles ganancias en eximir a sus habitantes de impuestos municipales. El condenáu ye listu como una ardilla. Mucho nos extraña que a los barandas de aquí, que también son muy listos, no se les haya ocurrido algo parecido. Por ejemplo, si a la autovía del Cantábrico aún le quedan cien kilómetros para terminarse y no hay dinero para más de diez, ¿por qué no se emplea ese dinero que hay en loterías, quinielas, ciegos, e incluso en el bingo para ver si en una de estas suena la flauta y terminamos de una pu… vez la dichosa autovía? ¡A que no ye mala idea!, total, si no toca, por diez kilómetros de ná no va a retrasase mucho más la historia. ¿Qué más nos da ya que sea p’al 2014 que p’al 2018? Pepiño Blanco tendría que pensar esto bien pensáo.

Es lo mismo que lo que en estos días está intentando su jefe que se ha ido a China para ver si los orientales nos echan una mano y nos sacan de la crisis, es decir a ver si nos toca la lotería. Lo primero que les ha dicho es que “el tamaño del futuro de España es el tamaño del niño, de Miguelín”, en clara referencia al bebé robot que preside el Pabellón español en la Expo Universal de Shanghai, sin embargo no ha mencionado nada acerca de si el tamaño de su inocencia y candidez es como la del neonato. Y para vender mejor sus milongas les ha llevado la recién conquistada Copa del Mundo de Fútbol. No ha pensado en que los chinos lo copian todo y que, en unos días, réplicas igualitas se venderán en todos los bazares chinos del mundo mundial. Desconocemos si en su equipaje viajan también la Copa de los Mosqueteros de Nadal, el entorchado de Contador o el dedo incorrupto de Santa Teresa, como si esos trofeos y reliquias fueran las enseñas de sus logros y gestiones de gobierno. Desde la final del Mundial faltó poco tiempo al Presidente para utilizar la Copa en provecho propio. Nos lo temíamos. Terminará por llevársela a su idolatrado Obama y ponerla en su salón de la Moncloa a mayor gloria de su paso por el Gobierno.

Esto es diplomacia inteligente, como ha calificado a las gestiones que se llevan a cabo con el gobierno alahuí para resolver el conflicto de Melilla y las agresiones sufridas por los activistas españoles, gestiones, por otro lado, que ha consistido en aceptar la versión de Rabat y dar el asunto por zanjado. No cabe duda, viven en un juego, en un enredar permanente, en una apuesta aleatoria, y como el alcalde de Melito, que no ha previsto cómo repondrá los fondos empleados en el caso de que falle la fortuna, tampoco saben qué hacer con los marrones que tienen encima.

Imágenes obtenidas de Google

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