Texto íntegro del Pregón pronunciado en las Fiestas de San Román en Lada el 31 de Julio de 2010
Reina. Damas de Honor: Esto que pasa aquí y lo que va a pasar en los próximos minutos se hace por Lada y por sus mujeres guapas. Con la venia de vuestras bellezas.
Señora Concejal de Cultura, Autoridades. Señor Presidente de la Comisión, Damas, Caballeros.
Queridos amigos:
Si hace cuatro o cinco años me hubieran dicho que estaría hoy aquí, hablando en mi pueblo, ante mis amigos y vecinos, no me lo habría creído. La verdad es que todavía no entiendo muy bien qué es lo que pinto aquí. Como tampoco tengo claro qué es eso de pronunciar un pregón de Fiestas. Últimamente asistí a alguno para ver de que iba la historia y me encontré con una conferencia técnica sobre urbanismo comercial, otra sobre el tabaco y sus beneficios (los beneficios de dejar de fumar, claro), otra sobre los chigres donde se comía bien…, en fin, que estoy peor que al principio.
Un Pregón debe de se algo así como proclamar a los cuatro vientos lo que uno piensa sobre cualquier tema. De manera que iré a mi aire aunque, anticipadamente, les ruego que no me hagan mucho caso. Esto es pura literatura especulativa y barata.
No debería de empezar este mensaje precursor del Chupinazo de las fiestas sin antes agradecer a Enrique Camporro el haber cometido la locura de invitarme a pronunciarlo. Sí, Enrique. Locura. Lo has hecho hace más de un año y has persistido en ella. Tú, como siempre erre que erre. Neciu como tú solu. De todas formas, para mí, esta es una hermosa locura. Algo entrañable y que agradezco con toda mi alma. Porque uno se siente halagado y orgulloso de dirigirse a los que fueron sus paisanos durante más de dos décadas. Desconozco Enrique lo ha hecho por mi condición de ladense, o por la de ser, en compañía de mi amigo Duke, el tostón habitual de las páginas de La Nueva España. Me gustaría que hubiera sido por lo primero. Porque si uno maneja la pluma como buenamente puede -más bien tirando a mal-, difícil resulta que la lectura o declamación de lo escrito pueda mejorarlo. Mis disculpas por ello. De todas formas he intentado pulir mis maneras literarias en la medida de lo posible para ofrecerles a todos unos minutos amenos y lo más agradables posible. Estoy convencido de que todos ustedes vienen aquí a divertirse y no a escuchar un tostón de pregonero. Con esa esperanza empiezo.
Aún recuerdo, siendo un niño, mis peripecias en este entrañable barrio de Lada, donde me crié, donde aprendí, donde viví y donde siempre añoro volver. Si doy al resorte de mi memoria viene a ella aquella carretera a La Felguera, aún sin asfaltar y sin aceras, aquel puente de hierro con las pasarelas peatonales que lo flanqueaban, y por donde dos coches no podían cruzarse porque no había espacio para ello; aquel río “negro de minerales” como diría nuestro juglar más universal, y también negro de residuos, de natas carboníferas y de olores nauseabundos. Y, ¿cómo no?, aquel campo de fútbol que era nuestro segundo hogar, donde no solamente jugábamos a eso, sino también a juegos ancestrales: a “Roma” que consistía en clavar estacas afiladas en la tierra y derribar la del contrincante; al Pañolín -¿quién no jugó a eso?-; al Pío Campo; a Tijera Navaja Ojo…; o simplemente donde los más jóvenes nos juntábamos para intercambiar cromos de futbolistas o fabricar nuestras chapas, fichas como llamábamos; donde nos conjurábamos para retar a alguna pandilla rival; o donde veíamos caer la nieve y cubrirlo todo para luego hacernos la fotografía de rigor. ¿Alguno de ustedes no tiene una fotografía de aquellas?
Pero el campo de Lada no solo servía para eso, sino que en él las mujeres tendían su ropa o vareaban la lana de sus colchones. Pocos campos habrá en España tan llenos de historia y de anécdotas como aquel campo nuestro, donde hoy se sitúa el Centro de la Tercera Edad, donde se formaron Nieves y Monchu, Lopez y Mortera… Donde vive el espíritu de un pasado reciente.
No puedo evitar decir que esta evocación está unida de forma inseparable a la imagen que guardo de mi madre y de mi hermano Boni que siempre me acompañó en mi infancia. Ambos me escucharán desde allá arriba.
¡Que diferencia con el tiempo en que vivimos! Hoy nuestros hijos o nuestros nietos se bastan con una consola y un móvil. Nada dejan a la imaginación, todo viene hecho, pensado y acompañado del marketing oportuno. Sin embargo nuestra historia era imaginativa, nuestro juego la invención, nuestro sino la aventura. Y así crecimos, sobreviviendo con ingenio y soñando con nuevas aventuras.
Hasta que nos hicimos mayores, entre comillas. Mayores para poder fumar, para ver las películas de dos rombos en la tele, o para ir al baile y salir con chicas, casi siempre a escondidas ¡Cuántos amores inconfesados, pero siempre recordados por ser los primeros!
Y, sin darnos cuenta, llegó un punto de inflexión que todo lo cambió. En 1975 falleció quien se había preocupado de que permaneciéramos en ese estado cataléptico de inocencia y de ignorancia. Fueron suficientes casi cuarenta años para sumirnos en ese tiempo prehistórico que habíamos vivido y al que acabo de referirme. Pero, como antes dije, todo cambió. Llegó una nueva savia de ilusión, de esperanza, de proyectos, de posibilidades que nadie, o muy pocos, conocían. Aparecieron aquellos que desde hacía tiempo habían desaparecido. Felipe, Carrillo, el Honorable Tarradellas, Alberti, Dolores y el Paisano… Europa llegó a nuestro pueblo con sus logros democráticos, con sus novedades, con sus modas… Y con Europa se acercó también la América perdida y lejana donde muchos de nuestros parientes y conocidos habían tenido que irse en los peores tiempos de la oprobiosa dictadura.
Como por arte de magia llegó la libertad. Se abrieron los horizontes y el cielo se despejó. Los españoles tuvimos la suerte de contar con una generación de prohombres, y también de mujeres ¿por qué no decirlo? -aunque no se las viera-, todas ellas personas generosas y desprendidas que hicieron posible el trayecto hacia la dignidad. Comenzamos a saber qué era aquello que oíamos que ocurría tras los Pirineos, aquel misterio que no acabábamos de entender cuando alguien que volvía de allí a pasar unas vacaciones aquí, algún emigrante forzado por las circunstancias, orgulloso, envanecido y, sin duda, animado por nuestra ignorancia, nos hablaba acerca de sus conquistas sociales, económicas y libertarias.
Fueron tiempos de transición, y por ese nombre se los conoce, como se conoce a los tiempos de la Ilustración, los del Siglo de Oro, o los de las propias dictaduras. Hoy, hace mucho tiempo, que las cosas son distintas. Son momentos en que nuestro país, nuestras ciudades y nuestros pueblos están en cabeza de las conquistas que propició aquella época transitoria. Han pasado pocos años, pero nos hemos apresurado en ponernos al día. Ya ganamos Europeos y Mundiales, ganamos en Roland Garros y en Winbledom, y tenemos grandes ciclistas y a David Villa y Fernando Alonso. Petenecemos a la OTAN. Hemos entrado en el Mecado Común, que ahora es la Unión Europea, nos invitan al G-20 y alguna vez al G-8, y somos respetados en todo el mundo pues no en vano somos unas de las diez primeras economías del orbe, o eso dicen. Economías, por cierto, que en estos momentos se ven resentidas por la depredación de personas y organismos sin escrúpulos. Que se han visto atacadas por los violadores del Mundo. La Crisis Global. La mayor depresión económica desde antes de la primera Gran Guerra.
Y por mucho que se diga, por mucho que se escriba, y por mucho que algunos insistan en que la culpa de esto la tiene el Gobierno de este país, eso no es más que la excusa de aquellos que solo pretenden arrimar el ascua a su sardina y sacar provecho del “Río revuelto”. No lo duden. Aunque en ocasiones me lean y entiendan algo parecido, por favor: no me malinterpreten. Hay veces que uno también se confunde con este lío de idas y vueltas de la economía, de la bolsa, del NASDAC, del IBEX 35 y de la madre que lo parió. Y es que…
Miren ustedes. Esto de la política ye el demonio. La gente diz que ye apolítica y que no entiende de ello. Pero al final resulta que la política yélo tó. Está en to los sitios. Ye una palabra que vien del griego “polis” y que se utilizaba para referirse a las ciudades estado de la antigua Grecia. Así denominaban a la ciudad y al territorio que ésta reclamaba para sí. Como ahora les automíes y les ciudades de Ceuta y Melilla, pa que me entiendan. Y con polis ye con lo que se limpia la chapa de los coches. ¿o no?. Algunos de estos que tenemos ya desde haz años, y refiérome a los de un lao y a los de otru, creyeron que con la polis, con la política, podíen limpiase también otres coses, como les perres. A eso llámase ser inteligente… Pero ye mentira, tan equivocaos. Les perres solo les limpien los cacos y los narcos, además de algún constructor que otru. Pero no se crean que voy a disertar sobre la política, no.
El que ye apolíticu, ¿qué pasa?, ¿Qué ye cura?, porque el fíu del Jefe decía que al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. Por lo que se ve no había más gente pa repartir y les perres teníen que ser pa los políticos o pa los curas. Como ahora. Porque los banqueros, ¿Qué son? Políticos, claro. No van a ser curas, aunque a los curas gustenyos mucho les perres. Pero uno no se convierte en banqueru de la noche a la mañana después de haber ido al Seminario y haber repartío por ahí unes cuantes hosties.
¿Y cómo se empieza en esto de la política? Pues en la fábrica, si no tienes ná, como todo. Y si tienes algo, o aunque no lo tengas, con que tengas cara ye bastante. Además hay que saber hablar y, sobre tó, metéte con el contrariu, aunque luego vayas a tomar con él unos culetes. Hay que saber decir tonteríes y barbaridaes sin ponete coloráu. Tienes que estar dispuestu a que te pongan a parir y poner cara de risa, o de tontu como diciendo “a mí que me registren”. También a tar con presidentes y ministros; con intelectuales aunque no los entiendas y asistir a recepciones oficiales y cocktails. A venir a actos como esti y escuchar les tonterías del pregoneru. Tienes que acostumbrate a da-i la mano a to quisque y besos a to quisca. En fin, pa ser políticu hay que estar muy preparáu. Mucho.
Además, esto de ser políticu ye muy complicao. Ye como ser aficionáu al fútbol. Cada uno tién una alineación y sabe la de dios. Más que el entrenador, que siempre lu critiquen como lo van a hacer hoy conmigo. Que si vaya mierda de pregoneru, que si ya podíen haber contratao a Maná… Como si cayera del cielo. Y tienes que aguantalo. ¿Qué remediu te queda?
Yo tenía un amigu, del derecho como yo, que taba de juez en Madrid, muy bien colocáu por cierto. Tocáben-i to los asuntos de la prensa rosa: que si Jesulín, la Campanario y Belén Esteban. Que si el torero, la muyer y el fíu que-i salió del armario… La Preysler, los neños y les neñes, por supuesto. En fin, el mi amigu estaba ya un poco hasta los mismos de tener que resolver capulláes de éstes, y como se había hecho famosu por culpa de eso, metiose a políticu porque pensaba que iba a arreglar les coses sin poner sentencies y multes, y sin mandar a la gente pa Alcalá Meco. Que va, peor tovía. Lo único que consiguió fue crítiques furibundes…, tremendes. Así que dejólo y ahora tá en La Haya, porque si no ye él el que va pal furacu.
De to les maneres, créanme, ye to política, y el que no se meta en ella ye tontu. O tonta. Señora Concejala no quiero molestala. Y que no se moleste nadie, porque yo no venía a hablar de política. Pero según veo, aquí tamos todos por lo mismo. Aquí tol mundo ye presidente de algo. Presidente de Festejos, Presidente de corporaciones municipales, Presidente de fundaciones. Presidente de Langreanos p’ol mundo y otres asociaciones, y hasta haylos que lo son de comunidades de vecinos. ¡Hay que jodese! Así que el que no ye Presidente ye porque no quier. Les primeres files tán aquí por culpa de la dichosa política, y les files de atrás vienen pa ver si el añu que vién puén sentáse en les de delante. Pues métanse en política. No tienen otru remediu. Ye así, boba.
La política ta en to los laos, y en to les cases. Hasta en la de los suegros y les suegres. A ver, ¿quién no tién un suegru o una suegra? Los padres políticos, vamos. Esos que tan tol día diciéndote “hay que hacer esto…., hay que decir lo otro”. Política pura, y de esto sabe tol mundo. Sobre tó si ya ye suegru o suegra. Estos sí que saben. Dicen ellos: “¿Vas decímelo a mí, ho? Lo que yo te diga”. Y la verdá ye que yo no sé como saben tanto. Debe de ser de ver el programa esi de la tele…, el que ven les suegres y luego y cuenten al su hombre. No se me ocurre otra explicación. Y ye que no solo los suegros son políticos. Todos los somos. Igual que pa poner una alineación -como antes decía-, tol mundo sabe cómo arreglar les coses. Cómo arreglar la economía y el paro. Cómo arreglar un puente, una caleya, como arreglar el parque… No hay más que ver a los paisanos cuando hay una obra cualquiera por ahí. Saben tos más que el ingeniero. Pa ellos los técnicos están como burros: “esa zapata tenía que ir al otru lao”. Eso ye saber y lo otro ye tontería. A ver: sin estudiar pa de ello, ¿no hizo política el Guanchi, aquí presente? Pues claro que la hizo, pero política de la buena. Política pal pueblu. La política que me gustaría a mí si yo fuera políticu… Voy pensalo.
Y ya que hablamos antes de ellos, si me apuren también los curas hacen política o al menos quién metese en ella, y con ella. Si no mira tú lo del obispo auxiliar de aquí que no quier que nos quememos porque diz que si nos incineramos no vamos a resucitar en cuerpo y alma como el su Jefe. Menuda pijada. Que me cuente a mí qué pasa con los santos y los mártires que murieron en la hoguera. Además fueron los mismos curas los que yos prendieron fueu. La verdá ye que animales húbolos en to los tiempos históricos, desde Nerón hasta Hitler y Franco, pasando por Torquemada y algún purpuráu que otru.
¿Y qué me dicen de los curas pederastas? No digo de esos delincuentes pervertidos con sotana porque van a llamáme anti-álgo y hasta igual me excomulguen. Pero ¿qué pasa con esos tíos?, que los hubo, los hay y los habrá. ¿Que van a hacer lo que yos salga de los santos y marchar de rositas? ¿Van a abusar de los neños y de les neñes y después predicar que no puén cometese actos impuros? No pué ser, que va!. Esti Papa, Benedito…, dije Benedito, no bendito… Esti Papa tenía que cambiar algunes coses: Dejar que los curas se casen, al menos a los que anden un poco salíos. Y sin quién casase con un paisano, pues también. Permitir a les muyeres profesar, porque son les más religioses, salvo alguna excepción. Y sobre to dejar que la sociedá civil se valga por sí misma sin andar diciendo-i lo que ye bueno y lo que ye malo. Esta sociedá tién más años que San Pedro y ya sabe lo que-i sienta bien y aquello a lo que no pué ni acercáse, como ye el casu de de algunos de estos. Que dejen de hacer política que no ye lo d’ellos. Además hay cola pa entrar.
Lo que pasa ye que esto de la política cansa mucho. Uno o una, cuando se mete en esto, piensa que va a ser un políticu pa la eternidá y tá muy equivocáu. Al poco salen-i les canes y les ojeres. Encojen y adelgacen la de dios. Sí ho. Sin embargo a elles no se yos nota porque tiñénse, píntense y ponen tacones de esos de aguja. Eso sí, tan delgaínes de pasarela. Si no, cuando la vean, miren pa la nuestra Alcaldesa, lo guapa, fina y joven que se conserva. No tién ni una arruga ni un pelu blancu. Ni de tonta. Por eso, pa metese en política vale más ser muyer. De ahí que repitan. Lo que yo os diga, que pa eso soy el pregoneru de esta fiesta. Aunque sea por un día, mandaré algo. Vamos, digo yo. Eso sí con el permisu de les autoridáes, que por lo menos hay que ser educáu. Como son to los políticos. Educáu, cordial, dialogante y con talante.
Pero hay que tener en cuenta que, sea paisano o muyer, el políticu tién que ser honráu y, además parecelo, como la muyer del César ya que hablábemos antes d’él. Y no digo de la mi amiga Maria Amor que está ahí sentá con Pablo…, la muyer y el fíu de César. Si né, el que me presentó y tá ahí poniendo la música y cuidando de que todo salga bien. Aquel. Lo que decía, el políticu tién que decir la verdá, aunque-i duela. Y llamar a les coses por su nombre. Que vién una crisis del copón, pués que estamos jodíos y no que vamos desaceleraos; que tenemos que meté-i mano a les pensiones, pues que a los jubilaos tocoyos la china; que va a subir la luz, pues que los de les eléctriques son unos buitres. Y ya está. ¿Veis que fácil ye?
Claro que no vale solo con eso. Hay que ser un poco lógicu, técnicu, y tar un poco pendiente de les coses que se hacen. Y haceles con criterio. No se puén gastar un montón de millones de les pesetes antigües en arreglar un lavaderu de finales del siglo XIX, porque ye históricu, y luego no poner grifos, o que los que hay no echen agua, que al fin y al cabu ye lo mismo. Eso ye lo que pasó en esti pueblu haz muy poco, y les coses siguen como taben entonces: con un lavaderu arregláu pero que va estropiándose con el tiempu porque no tién agua y nadie pué usalu. Les coses no se puen hacer solo pa que ten guapes y mirales, tienen que tener una utilidá, ¿o no? Doña Esther, hay que pone-i grifos al lavaderu de esti barrio. En serio, que ye un lavaderu con mucha historia. Si yo i contase…
¿Y qué nos diz de la llamarga pestilente que tenemos aquí al lao, camín de Sama pol paseo del Nalón? Dentro poco van crecer les sacaveres y convertise en cocodrilos, o aligatores, y van come-i un cadril a un paisanín, o a una muyerina. Bueno, tampoco se preocupe mucho. Usté estará acostumbrá a que-i pidan coses cuando va a to los sitios. Y claro, como trabaya en Sama y la gente vela por allí, pidiéron-i un minigolf y pusóyoslu. Y como vive en La Felguera y allí la gente tovia la ve más, pidió-i otru munigolf y no iba a hacer un agraviu a los sus vecinos. Así que también yos lu va a poner. ¿Y por qué no pa Lada? Por golf que no quede. Ye que aquí somos tos unos golfos…, digo unos golfistas. Como si no fuese bastante con el Mirage esi que tién previstu pa una glorieta cuando acaben eso del soterramientu. No se yo si una retonda, como la llamamos aquí, aguantará esi pesu. No se. Va haber que postiala bien postiá.
Pero, ¿qué ye, que no y sobren unos euros pa poner dos grifos, o pa que el agua llegue a ellos? Claro que ella no pué estar en tó. Pero yo dígoilo al encargáu, que en esti casu ye la alcaldesa. Eso sí también y lo digo con tol cariño y respeto que sabe que-i tengo.
Sólo y pido una cosa más, no deje a nuestros pueblos de la mano de Dios, que últimamente Dios, desde que-i retiraron la confianza, está muy tacañu. Ye mejor que lo arregle ella, que ye la mandakari.
Ustedes se preguntarán por qué esti pregoneru habla así, en asturiano, como si estuviese tomando una botella en el chigre. La respuesta ye muy sencilla: Porque en el mi pueblu hablo como hablen los del mi pueblu, aunque sea en el Pregón de les Fiestes. ¿O ye que nadie me entiende? Los políticos entiéndeme porque tán moviéndose en el asientu y parez que tienen ganes de algo. No creo que sea de mordeme la yugular. Será que “quieren puntualizar ciertos extremos que han quedado poco claros”, como dicen ellos, los políticos. No ye pa reñime, no.Quiérenme mucho. Tanto como yo a ellos.
Pero esto ya se alarga y estoy desolándome, como esti de la canción. Y además, debo de estar aburriéndoles soberanamente, porque veo a mucha gente abrir la boca. Seguro que tienen ya ganes de ir a tomar un culetín. De to les maneres, si no atienden al pregoneru, al menos tienen la músiquina esa que suena de fondo. Si quién puén bailala un poco, así descansen de esti pesáu que yos habla y estiren les piernes. Venga, venga, anímense.
Pues va a ser que no tán cansaos. Así que sigo. Pero no se inquieten que no tardo en terminar.
Aquí presente tengo un amigu de 92 años años que haz siete días dio el pregón en Sama. Eso sí, un Pregón más seriu que esti. Se que tá encantáu de estar aquí conmigo porque quierme como a un fíu. Lo cierto es que yo le tengo un enorme aprecio. Va por ti Ceferino. Esti amigu míu díjome que pa dar un pregón había que ser breve porque si no movíes los corazones en el primer cuartu de hora y captabes la atención de la tropa, después lo que se movíen eren los culos y les silles. No quiero que se muevan los culos, al menos por ahora. Por eso acabo de pedíyos que se levanten y bailen. Lo de les silles ye otru cantar. Lo que pasa ye que a esta milonga que yos estoy contando, anadí el IVA y, claro, paséme dos pueblos…
Y no quiero que se muevan de sus asientos porque tengo aún algo más que decirles: Que amo a Lada. Y mi pueblo: Lada de niñez y mis recuerdos, Lada de mis amigos, Lada de mis padres y de mi familia…. Lada languidece desde hace años. Lada se muere. Mi pueblo estaría ya enterrado si no fuera por gentes como éstas, como Enrique y los suyos, o como los de arriba de La Flor, que dan la vida por que todos ustedes tengan tres días de fiestas. Después de nueve años las personas que han hecho posible este acto al que hoy asisten, al igual que el de hace un año, han conseguido a base de esfuerzos y sacrificios rehabilitar unas celebraciones señeras que fueron referente en otras localidades. No en vano su principal benefactor, Marino Gutierrez Suarez (q.e.p.d), tenía una especial predilección por San Román, y la muestra de ello fue la presencia en actos como este de su esposa Sagrario Fernández Ariznavarreta, nuestra Presidenta Honoraria, presencia que hoy no ha sido posible, pero que siempre recompensó e infundió ánimos a la organización para continuar en la brecha.
Como con Marino, ¿por qué no hacer un recuerdo de todos los que lucharon por este pueblo y dejaron en él sus vidas? ¿Y por los que prematuramente se marcharon sin siquiera darles tiempo a decir adiós?, como Manuel que fue Presidente de esta sociedad. Y tantos otros. ¿Por qué no acordarnos de todos ellos? Al tiempo que Ceferino recuerda a su esposa Josefina y yo me acuerdo de los míos: de mi madre y de mi hermano.
Por todos ellos pido que nos pongamos en pié y les rindamos un minuto de respeto y de silencio.
Pero éste no es un momento de tristeza. Todo lo contrario, es un momento de algarabía, pese a esta intervención, pese a las inundaciones recientes y pese a que hayamos ganado el mundial. Es momento de amistad, de baile y de romería. Es momento de ilusión. Es momento de mirar al futuro con esperanza.
Como les decía cuando inicié mi intervención. Hemos llegado a estas tesituras porque hemos avanzado en libertad de una forma insospechada por aquellos tiempos, no hace tantos años. Y a estas alturas, pese a todo lo que tenemos y se nos viene encima, queda un poso de optimismo y de ganas de luchar por lo que queremos.
Hay quienes prefieren volar, hay quienes prefieren soñar, hay quienes saben que vivir es más que comprar, comer e irse de vacaciones. La libertad es una decisión, es una búsqueda, un viaje, una aventura para encontrar nuestro propio propósito. Volar más alto, alcanzar nuestras metas, nuevos horizontes…, tener nuevos pensamientos, nuevas preguntas…, hacer crecer nuestra espiritualidad son la clave del éxito. Caer y levantarnos es lograr un poco de perfección. La libertad es una decisión, no la desperdiciemos. Nunca dejemos de aprender ni de esforzarnos. La esperanza existe.
No les canso más. Tendría mucho que decirles, habría mucho que escuchar… Pero nuestro tiempo no es eterno. No da para más.
En mi nombre y en el de mi amigo Cesar Alario que es Presentador de este evento y al que imploro perdón por el lío en que le he metido, al tiempo que le agradezco su inestimable ayuda, no solo en lo verbal sino también en lo musical y, como no, por todos los ánimos que me dio a lo largo de estos últimos días… Digo, en nombre de ambos gracias por su presencia, gracias por su atención. Reina, damas, Autoridades, queridos amigos: sobre todo, gracias por su paciencia y hasta siempre.
Diviértanse y, con la licencia de nuestra reina. Por fin, ya era hora. ¡LA FIESTA PUEDE EMPEZAR! ¡VIVA LADA!
Reina. Damas de Honor: Esto que pasa aquí y lo que va a pasar en los próximos minutos se hace por Lada y por sus mujeres guapas. Con la venia de vuestras bellezas.
Señora Concejal de Cultura, Autoridades. Señor Presidente de la Comisión, Damas, Caballeros.
Queridos amigos:
Si hace cuatro o cinco años me hubieran dicho que estaría hoy aquí, hablando en mi pueblo, ante mis amigos y vecinos, no me lo habría creído. La verdad es que todavía no entiendo muy bien qué es lo que pinto aquí. Como tampoco tengo claro qué es eso de pronunciar un pregón de Fiestas. Últimamente asistí a alguno para ver de que iba la historia y me encontré con una conferencia técnica sobre urbanismo comercial, otra sobre el tabaco y sus beneficios (los beneficios de dejar de fumar, claro), otra sobre los chigres donde se comía bien…, en fin, que estoy peor que al principio.
Un Pregón debe de se algo así como proclamar a los cuatro vientos lo que uno piensa sobre cualquier tema. De manera que iré a mi aire aunque, anticipadamente, les ruego que no me hagan mucho caso. Esto es pura literatura especulativa y barata.
No debería de empezar este mensaje precursor del Chupinazo de las fiestas sin antes agradecer a Enrique Camporro el haber cometido la locura de invitarme a pronunciarlo. Sí, Enrique. Locura. Lo has hecho hace más de un año y has persistido en ella. Tú, como siempre erre que erre. Neciu como tú solu. De todas formas, para mí, esta es una hermosa locura. Algo entrañable y que agradezco con toda mi alma. Porque uno se siente halagado y orgulloso de dirigirse a los que fueron sus paisanos durante más de dos décadas. Desconozco Enrique lo ha hecho por mi condición de ladense, o por la de ser, en compañía de mi amigo Duke, el tostón habitual de las páginas de La Nueva España. Me gustaría que hubiera sido por lo primero. Porque si uno maneja la pluma como buenamente puede -más bien tirando a mal-, difícil resulta que la lectura o declamación de lo escrito pueda mejorarlo. Mis disculpas por ello. De todas formas he intentado pulir mis maneras literarias en la medida de lo posible para ofrecerles a todos unos minutos amenos y lo más agradables posible. Estoy convencido de que todos ustedes vienen aquí a divertirse y no a escuchar un tostón de pregonero. Con esa esperanza empiezo.
Aún recuerdo, siendo un niño, mis peripecias en este entrañable barrio de Lada, donde me crié, donde aprendí, donde viví y donde siempre añoro volver. Si doy al resorte de mi memoria viene a ella aquella carretera a La Felguera, aún sin asfaltar y sin aceras, aquel puente de hierro con las pasarelas peatonales que lo flanqueaban, y por donde dos coches no podían cruzarse porque no había espacio para ello; aquel río “negro de minerales” como diría nuestro juglar más universal, y también negro de residuos, de natas carboníferas y de olores nauseabundos. Y, ¿cómo no?, aquel campo de fútbol que era nuestro segundo hogar, donde no solamente jugábamos a eso, sino también a juegos ancestrales: a “Roma” que consistía en clavar estacas afiladas en la tierra y derribar la del contrincante; al Pañolín -¿quién no jugó a eso?-; al Pío Campo; a Tijera Navaja Ojo…; o simplemente donde los más jóvenes nos juntábamos para intercambiar cromos de futbolistas o fabricar nuestras chapas, fichas como llamábamos; donde nos conjurábamos para retar a alguna pandilla rival; o donde veíamos caer la nieve y cubrirlo todo para luego hacernos la fotografía de rigor. ¿Alguno de ustedes no tiene una fotografía de aquellas?
Pero el campo de Lada no solo servía para eso, sino que en él las mujeres tendían su ropa o vareaban la lana de sus colchones. Pocos campos habrá en España tan llenos de historia y de anécdotas como aquel campo nuestro, donde hoy se sitúa el Centro de la Tercera Edad, donde se formaron Nieves y Monchu, Lopez y Mortera… Donde vive el espíritu de un pasado reciente.
No puedo evitar decir que esta evocación está unida de forma inseparable a la imagen que guardo de mi madre y de mi hermano Boni que siempre me acompañó en mi infancia. Ambos me escucharán desde allá arriba.
¡Que diferencia con el tiempo en que vivimos! Hoy nuestros hijos o nuestros nietos se bastan con una consola y un móvil. Nada dejan a la imaginación, todo viene hecho, pensado y acompañado del marketing oportuno. Sin embargo nuestra historia era imaginativa, nuestro juego la invención, nuestro sino la aventura. Y así crecimos, sobreviviendo con ingenio y soñando con nuevas aventuras.
Hasta que nos hicimos mayores, entre comillas. Mayores para poder fumar, para ver las películas de dos rombos en la tele, o para ir al baile y salir con chicas, casi siempre a escondidas ¡Cuántos amores inconfesados, pero siempre recordados por ser los primeros!
Y, sin darnos cuenta, llegó un punto de inflexión que todo lo cambió. En 1975 falleció quien se había preocupado de que permaneciéramos en ese estado cataléptico de inocencia y de ignorancia. Fueron suficientes casi cuarenta años para sumirnos en ese tiempo prehistórico que habíamos vivido y al que acabo de referirme. Pero, como antes dije, todo cambió. Llegó una nueva savia de ilusión, de esperanza, de proyectos, de posibilidades que nadie, o muy pocos, conocían. Aparecieron aquellos que desde hacía tiempo habían desaparecido. Felipe, Carrillo, el Honorable Tarradellas, Alberti, Dolores y el Paisano… Europa llegó a nuestro pueblo con sus logros democráticos, con sus novedades, con sus modas… Y con Europa se acercó también la América perdida y lejana donde muchos de nuestros parientes y conocidos habían tenido que irse en los peores tiempos de la oprobiosa dictadura.
Como por arte de magia llegó la libertad. Se abrieron los horizontes y el cielo se despejó. Los españoles tuvimos la suerte de contar con una generación de prohombres, y también de mujeres ¿por qué no decirlo? -aunque no se las viera-, todas ellas personas generosas y desprendidas que hicieron posible el trayecto hacia la dignidad. Comenzamos a saber qué era aquello que oíamos que ocurría tras los Pirineos, aquel misterio que no acabábamos de entender cuando alguien que volvía de allí a pasar unas vacaciones aquí, algún emigrante forzado por las circunstancias, orgulloso, envanecido y, sin duda, animado por nuestra ignorancia, nos hablaba acerca de sus conquistas sociales, económicas y libertarias.
Fueron tiempos de transición, y por ese nombre se los conoce, como se conoce a los tiempos de la Ilustración, los del Siglo de Oro, o los de las propias dictaduras. Hoy, hace mucho tiempo, que las cosas son distintas. Son momentos en que nuestro país, nuestras ciudades y nuestros pueblos están en cabeza de las conquistas que propició aquella época transitoria. Han pasado pocos años, pero nos hemos apresurado en ponernos al día. Ya ganamos Europeos y Mundiales, ganamos en Roland Garros y en Winbledom, y tenemos grandes ciclistas y a David Villa y Fernando Alonso. Petenecemos a la OTAN. Hemos entrado en el Mecado Común, que ahora es la Unión Europea, nos invitan al G-20 y alguna vez al G-8, y somos respetados en todo el mundo pues no en vano somos unas de las diez primeras economías del orbe, o eso dicen. Economías, por cierto, que en estos momentos se ven resentidas por la depredación de personas y organismos sin escrúpulos. Que se han visto atacadas por los violadores del Mundo. La Crisis Global. La mayor depresión económica desde antes de la primera Gran Guerra.
Y por mucho que se diga, por mucho que se escriba, y por mucho que algunos insistan en que la culpa de esto la tiene el Gobierno de este país, eso no es más que la excusa de aquellos que solo pretenden arrimar el ascua a su sardina y sacar provecho del “Río revuelto”. No lo duden. Aunque en ocasiones me lean y entiendan algo parecido, por favor: no me malinterpreten. Hay veces que uno también se confunde con este lío de idas y vueltas de la economía, de la bolsa, del NASDAC, del IBEX 35 y de la madre que lo parió. Y es que…
Miren ustedes. Esto de la política ye el demonio. La gente diz que ye apolítica y que no entiende de ello. Pero al final resulta que la política yélo tó. Está en to los sitios. Ye una palabra que vien del griego “polis” y que se utilizaba para referirse a las ciudades estado de la antigua Grecia. Así denominaban a la ciudad y al territorio que ésta reclamaba para sí. Como ahora les automíes y les ciudades de Ceuta y Melilla, pa que me entiendan. Y con polis ye con lo que se limpia la chapa de los coches. ¿o no?. Algunos de estos que tenemos ya desde haz años, y refiérome a los de un lao y a los de otru, creyeron que con la polis, con la política, podíen limpiase también otres coses, como les perres. A eso llámase ser inteligente… Pero ye mentira, tan equivocaos. Les perres solo les limpien los cacos y los narcos, además de algún constructor que otru. Pero no se crean que voy a disertar sobre la política, no.
El que ye apolíticu, ¿qué pasa?, ¿Qué ye cura?, porque el fíu del Jefe decía que al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. Por lo que se ve no había más gente pa repartir y les perres teníen que ser pa los políticos o pa los curas. Como ahora. Porque los banqueros, ¿Qué son? Políticos, claro. No van a ser curas, aunque a los curas gustenyos mucho les perres. Pero uno no se convierte en banqueru de la noche a la mañana después de haber ido al Seminario y haber repartío por ahí unes cuantes hosties.
¿Y cómo se empieza en esto de la política? Pues en la fábrica, si no tienes ná, como todo. Y si tienes algo, o aunque no lo tengas, con que tengas cara ye bastante. Además hay que saber hablar y, sobre tó, metéte con el contrariu, aunque luego vayas a tomar con él unos culetes. Hay que saber decir tonteríes y barbaridaes sin ponete coloráu. Tienes que estar dispuestu a que te pongan a parir y poner cara de risa, o de tontu como diciendo “a mí que me registren”. También a tar con presidentes y ministros; con intelectuales aunque no los entiendas y asistir a recepciones oficiales y cocktails. A venir a actos como esti y escuchar les tonterías del pregoneru. Tienes que acostumbrate a da-i la mano a to quisque y besos a to quisca. En fin, pa ser políticu hay que estar muy preparáu. Mucho.
Además, esto de ser políticu ye muy complicao. Ye como ser aficionáu al fútbol. Cada uno tién una alineación y sabe la de dios. Más que el entrenador, que siempre lu critiquen como lo van a hacer hoy conmigo. Que si vaya mierda de pregoneru, que si ya podíen haber contratao a Maná… Como si cayera del cielo. Y tienes que aguantalo. ¿Qué remediu te queda?
Yo tenía un amigu, del derecho como yo, que taba de juez en Madrid, muy bien colocáu por cierto. Tocáben-i to los asuntos de la prensa rosa: que si Jesulín, la Campanario y Belén Esteban. Que si el torero, la muyer y el fíu que-i salió del armario… La Preysler, los neños y les neñes, por supuesto. En fin, el mi amigu estaba ya un poco hasta los mismos de tener que resolver capulláes de éstes, y como se había hecho famosu por culpa de eso, metiose a políticu porque pensaba que iba a arreglar les coses sin poner sentencies y multes, y sin mandar a la gente pa Alcalá Meco. Que va, peor tovía. Lo único que consiguió fue crítiques furibundes…, tremendes. Así que dejólo y ahora tá en La Haya, porque si no ye él el que va pal furacu.
De to les maneres, créanme, ye to política, y el que no se meta en ella ye tontu. O tonta. Señora Concejala no quiero molestala. Y que no se moleste nadie, porque yo no venía a hablar de política. Pero según veo, aquí tamos todos por lo mismo. Aquí tol mundo ye presidente de algo. Presidente de Festejos, Presidente de corporaciones municipales, Presidente de fundaciones. Presidente de Langreanos p’ol mundo y otres asociaciones, y hasta haylos que lo son de comunidades de vecinos. ¡Hay que jodese! Así que el que no ye Presidente ye porque no quier. Les primeres files tán aquí por culpa de la dichosa política, y les files de atrás vienen pa ver si el añu que vién puén sentáse en les de delante. Pues métanse en política. No tienen otru remediu. Ye así, boba.
La política ta en to los laos, y en to les cases. Hasta en la de los suegros y les suegres. A ver, ¿quién no tién un suegru o una suegra? Los padres políticos, vamos. Esos que tan tol día diciéndote “hay que hacer esto…., hay que decir lo otro”. Política pura, y de esto sabe tol mundo. Sobre tó si ya ye suegru o suegra. Estos sí que saben. Dicen ellos: “¿Vas decímelo a mí, ho? Lo que yo te diga”. Y la verdá ye que yo no sé como saben tanto. Debe de ser de ver el programa esi de la tele…, el que ven les suegres y luego y cuenten al su hombre. No se me ocurre otra explicación. Y ye que no solo los suegros son políticos. Todos los somos. Igual que pa poner una alineación -como antes decía-, tol mundo sabe cómo arreglar les coses. Cómo arreglar la economía y el paro. Cómo arreglar un puente, una caleya, como arreglar el parque… No hay más que ver a los paisanos cuando hay una obra cualquiera por ahí. Saben tos más que el ingeniero. Pa ellos los técnicos están como burros: “esa zapata tenía que ir al otru lao”. Eso ye saber y lo otro ye tontería. A ver: sin estudiar pa de ello, ¿no hizo política el Guanchi, aquí presente? Pues claro que la hizo, pero política de la buena. Política pal pueblu. La política que me gustaría a mí si yo fuera políticu… Voy pensalo.
Y ya que hablamos antes de ellos, si me apuren también los curas hacen política o al menos quién metese en ella, y con ella. Si no mira tú lo del obispo auxiliar de aquí que no quier que nos quememos porque diz que si nos incineramos no vamos a resucitar en cuerpo y alma como el su Jefe. Menuda pijada. Que me cuente a mí qué pasa con los santos y los mártires que murieron en la hoguera. Además fueron los mismos curas los que yos prendieron fueu. La verdá ye que animales húbolos en to los tiempos históricos, desde Nerón hasta Hitler y Franco, pasando por Torquemada y algún purpuráu que otru.
¿Y qué me dicen de los curas pederastas? No digo de esos delincuentes pervertidos con sotana porque van a llamáme anti-álgo y hasta igual me excomulguen. Pero ¿qué pasa con esos tíos?, que los hubo, los hay y los habrá. ¿Que van a hacer lo que yos salga de los santos y marchar de rositas? ¿Van a abusar de los neños y de les neñes y después predicar que no puén cometese actos impuros? No pué ser, que va!. Esti Papa, Benedito…, dije Benedito, no bendito… Esti Papa tenía que cambiar algunes coses: Dejar que los curas se casen, al menos a los que anden un poco salíos. Y sin quién casase con un paisano, pues también. Permitir a les muyeres profesar, porque son les más religioses, salvo alguna excepción. Y sobre to dejar que la sociedá civil se valga por sí misma sin andar diciendo-i lo que ye bueno y lo que ye malo. Esta sociedá tién más años que San Pedro y ya sabe lo que-i sienta bien y aquello a lo que no pué ni acercáse, como ye el casu de de algunos de estos. Que dejen de hacer política que no ye lo d’ellos. Además hay cola pa entrar.
Lo que pasa ye que esto de la política cansa mucho. Uno o una, cuando se mete en esto, piensa que va a ser un políticu pa la eternidá y tá muy equivocáu. Al poco salen-i les canes y les ojeres. Encojen y adelgacen la de dios. Sí ho. Sin embargo a elles no se yos nota porque tiñénse, píntense y ponen tacones de esos de aguja. Eso sí, tan delgaínes de pasarela. Si no, cuando la vean, miren pa la nuestra Alcaldesa, lo guapa, fina y joven que se conserva. No tién ni una arruga ni un pelu blancu. Ni de tonta. Por eso, pa metese en política vale más ser muyer. De ahí que repitan. Lo que yo os diga, que pa eso soy el pregoneru de esta fiesta. Aunque sea por un día, mandaré algo. Vamos, digo yo. Eso sí con el permisu de les autoridáes, que por lo menos hay que ser educáu. Como son to los políticos. Educáu, cordial, dialogante y con talante.
Pero hay que tener en cuenta que, sea paisano o muyer, el políticu tién que ser honráu y, además parecelo, como la muyer del César ya que hablábemos antes d’él. Y no digo de la mi amiga Maria Amor que está ahí sentá con Pablo…, la muyer y el fíu de César. Si né, el que me presentó y tá ahí poniendo la música y cuidando de que todo salga bien. Aquel. Lo que decía, el políticu tién que decir la verdá, aunque-i duela. Y llamar a les coses por su nombre. Que vién una crisis del copón, pués que estamos jodíos y no que vamos desaceleraos; que tenemos que meté-i mano a les pensiones, pues que a los jubilaos tocoyos la china; que va a subir la luz, pues que los de les eléctriques son unos buitres. Y ya está. ¿Veis que fácil ye?
Claro que no vale solo con eso. Hay que ser un poco lógicu, técnicu, y tar un poco pendiente de les coses que se hacen. Y haceles con criterio. No se puén gastar un montón de millones de les pesetes antigües en arreglar un lavaderu de finales del siglo XIX, porque ye históricu, y luego no poner grifos, o que los que hay no echen agua, que al fin y al cabu ye lo mismo. Eso ye lo que pasó en esti pueblu haz muy poco, y les coses siguen como taben entonces: con un lavaderu arregláu pero que va estropiándose con el tiempu porque no tién agua y nadie pué usalu. Les coses no se puen hacer solo pa que ten guapes y mirales, tienen que tener una utilidá, ¿o no? Doña Esther, hay que pone-i grifos al lavaderu de esti barrio. En serio, que ye un lavaderu con mucha historia. Si yo i contase…
¿Y qué nos diz de la llamarga pestilente que tenemos aquí al lao, camín de Sama pol paseo del Nalón? Dentro poco van crecer les sacaveres y convertise en cocodrilos, o aligatores, y van come-i un cadril a un paisanín, o a una muyerina. Bueno, tampoco se preocupe mucho. Usté estará acostumbrá a que-i pidan coses cuando va a to los sitios. Y claro, como trabaya en Sama y la gente vela por allí, pidiéron-i un minigolf y pusóyoslu. Y como vive en La Felguera y allí la gente tovia la ve más, pidió-i otru munigolf y no iba a hacer un agraviu a los sus vecinos. Así que también yos lu va a poner. ¿Y por qué no pa Lada? Por golf que no quede. Ye que aquí somos tos unos golfos…, digo unos golfistas. Como si no fuese bastante con el Mirage esi que tién previstu pa una glorieta cuando acaben eso del soterramientu. No se yo si una retonda, como la llamamos aquí, aguantará esi pesu. No se. Va haber que postiala bien postiá.
Pero, ¿qué ye, que no y sobren unos euros pa poner dos grifos, o pa que el agua llegue a ellos? Claro que ella no pué estar en tó. Pero yo dígoilo al encargáu, que en esti casu ye la alcaldesa. Eso sí también y lo digo con tol cariño y respeto que sabe que-i tengo.
Sólo y pido una cosa más, no deje a nuestros pueblos de la mano de Dios, que últimamente Dios, desde que-i retiraron la confianza, está muy tacañu. Ye mejor que lo arregle ella, que ye la mandakari.
Ustedes se preguntarán por qué esti pregoneru habla así, en asturiano, como si estuviese tomando una botella en el chigre. La respuesta ye muy sencilla: Porque en el mi pueblu hablo como hablen los del mi pueblu, aunque sea en el Pregón de les Fiestes. ¿O ye que nadie me entiende? Los políticos entiéndeme porque tán moviéndose en el asientu y parez que tienen ganes de algo. No creo que sea de mordeme la yugular. Será que “quieren puntualizar ciertos extremos que han quedado poco claros”, como dicen ellos, los políticos. No ye pa reñime, no.Quiérenme mucho. Tanto como yo a ellos.
Pero esto ya se alarga y estoy desolándome, como esti de la canción. Y además, debo de estar aburriéndoles soberanamente, porque veo a mucha gente abrir la boca. Seguro que tienen ya ganes de ir a tomar un culetín. De to les maneres, si no atienden al pregoneru, al menos tienen la músiquina esa que suena de fondo. Si quién puén bailala un poco, así descansen de esti pesáu que yos habla y estiren les piernes. Venga, venga, anímense.
Pues va a ser que no tán cansaos. Así que sigo. Pero no se inquieten que no tardo en terminar.
Aquí presente tengo un amigu de 92 años años que haz siete días dio el pregón en Sama. Eso sí, un Pregón más seriu que esti. Se que tá encantáu de estar aquí conmigo porque quierme como a un fíu. Lo cierto es que yo le tengo un enorme aprecio. Va por ti Ceferino. Esti amigu míu díjome que pa dar un pregón había que ser breve porque si no movíes los corazones en el primer cuartu de hora y captabes la atención de la tropa, después lo que se movíen eren los culos y les silles. No quiero que se muevan los culos, al menos por ahora. Por eso acabo de pedíyos que se levanten y bailen. Lo de les silles ye otru cantar. Lo que pasa ye que a esta milonga que yos estoy contando, anadí el IVA y, claro, paséme dos pueblos…
Y no quiero que se muevan de sus asientos porque tengo aún algo más que decirles: Que amo a Lada. Y mi pueblo: Lada de niñez y mis recuerdos, Lada de mis amigos, Lada de mis padres y de mi familia…. Lada languidece desde hace años. Lada se muere. Mi pueblo estaría ya enterrado si no fuera por gentes como éstas, como Enrique y los suyos, o como los de arriba de La Flor, que dan la vida por que todos ustedes tengan tres días de fiestas. Después de nueve años las personas que han hecho posible este acto al que hoy asisten, al igual que el de hace un año, han conseguido a base de esfuerzos y sacrificios rehabilitar unas celebraciones señeras que fueron referente en otras localidades. No en vano su principal benefactor, Marino Gutierrez Suarez (q.e.p.d), tenía una especial predilección por San Román, y la muestra de ello fue la presencia en actos como este de su esposa Sagrario Fernández Ariznavarreta, nuestra Presidenta Honoraria, presencia que hoy no ha sido posible, pero que siempre recompensó e infundió ánimos a la organización para continuar en la brecha.
Como con Marino, ¿por qué no hacer un recuerdo de todos los que lucharon por este pueblo y dejaron en él sus vidas? ¿Y por los que prematuramente se marcharon sin siquiera darles tiempo a decir adiós?, como Manuel que fue Presidente de esta sociedad. Y tantos otros. ¿Por qué no acordarnos de todos ellos? Al tiempo que Ceferino recuerda a su esposa Josefina y yo me acuerdo de los míos: de mi madre y de mi hermano.
Por todos ellos pido que nos pongamos en pié y les rindamos un minuto de respeto y de silencio.
Pero éste no es un momento de tristeza. Todo lo contrario, es un momento de algarabía, pese a esta intervención, pese a las inundaciones recientes y pese a que hayamos ganado el mundial. Es momento de amistad, de baile y de romería. Es momento de ilusión. Es momento de mirar al futuro con esperanza.
Como les decía cuando inicié mi intervención. Hemos llegado a estas tesituras porque hemos avanzado en libertad de una forma insospechada por aquellos tiempos, no hace tantos años. Y a estas alturas, pese a todo lo que tenemos y se nos viene encima, queda un poso de optimismo y de ganas de luchar por lo que queremos.
Hay quienes prefieren volar, hay quienes prefieren soñar, hay quienes saben que vivir es más que comprar, comer e irse de vacaciones. La libertad es una decisión, es una búsqueda, un viaje, una aventura para encontrar nuestro propio propósito. Volar más alto, alcanzar nuestras metas, nuevos horizontes…, tener nuevos pensamientos, nuevas preguntas…, hacer crecer nuestra espiritualidad son la clave del éxito. Caer y levantarnos es lograr un poco de perfección. La libertad es una decisión, no la desperdiciemos. Nunca dejemos de aprender ni de esforzarnos. La esperanza existe.
No les canso más. Tendría mucho que decirles, habría mucho que escuchar… Pero nuestro tiempo no es eterno. No da para más.
En mi nombre y en el de mi amigo Cesar Alario que es Presentador de este evento y al que imploro perdón por el lío en que le he metido, al tiempo que le agradezco su inestimable ayuda, no solo en lo verbal sino también en lo musical y, como no, por todos los ánimos que me dio a lo largo de estos últimos días… Digo, en nombre de ambos gracias por su presencia, gracias por su atención. Reina, damas, Autoridades, queridos amigos: sobre todo, gracias por su paciencia y hasta siempre.
Diviértanse y, con la licencia de nuestra reina. Por fin, ya era hora. ¡LA FIESTA PUEDE EMPEZAR! ¡VIVA LADA!
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