jueves, 6 de mayo de 2010

UNA PROPOSICIÓN DIFERENTE



Nos gustaría saber con total seguridad si eso que Rajoy dijo que iba a decirle al Presidente en su reunión del pasado miércoles en Moncloa realmente se lo llegó a decir, porque es muy habitual que estos que manejan la cosa pública y aquéllos que se oponen a sus manejos digan una cosa y luego hagan la contraria. ¿De qué hablaron? Si iban a hacerlo de economía, ¿por qué no estaban allí los responsables económicos de cada partido?, ¿o es que ambos ya saben sumar y restar?, porque lo que es multiplicar (los problemas) y dividir (a la tropa) saben hacerlo de puta madre, con perdón. ¿Siguieron las pérfidas indicaciones de la Pajín de no tirarse los trastos a la cabeza y acordar soluciones?, ¿o por el contrario seguiremos en las mismas o peor, si cabe? Ante estos interrogantes el gallego solo ha dicho que, a su vez, lo más importante que dijo al Presidente del Gobierno es que “el tiempo se ha acabado”. ¡Hay que joderse!

No nos cabe ni la menor duda de que se han acostado, aunque en la tele hayan salido sentados y bien separaditos. Todo lo que Rajoy le tenía que decir, e iba a decir, a Zapatero sobre la urgente necesidad de reducir el déficit público, la reforma del mercado laboral, el fin de los tiempos y la música en Pravia, quedó en eso, en un acuerdo bilateral sobre las dos cuestiones para las que ZP le había llamado a Moncloa: La conformidad sobre el Pan de Ayuda a Grecia (véase nuestra última columna en LNE, “Increíble”, del martes pasado) y la reestructuración de las Cajas. Pues, ¿qué quieren que les diga?, que para santificar en forma de concordato lo que ya estaba decidido, aprobado, comprometido y, además, anunciado que seremos los primeros en soltar las pelas, para eso no era necesaria esa solemne convocatoria. Lo de las Cajas, sus futuras fusiones, y las actuales, es otro cantar. Después de más de año y medio sin que estos dos “relajáos” se hayan juntado para hablar, y que solo se hayan visto, aparentemente, para darse de hostias en el Parlamento, no nos parece de recibo que, habiendo cuestiones perentorias y de seguridad nacional que resolver, se vean, se quieran y se deseen después de jurarse odio eterno . Lo dicho, se han acostado. Queda por ver quién es el primero de ellos en dar el gatillazo, porque todo nos hace pensar que llevan flirteando hace tiempo.

Y ante lo evidentemente previo que ha tenido lugar para esto -una proposición “indecente”-, nosotros (Duke y yo) sugerimos algo distinto, a lo que ninguno de los dos están acostumbrados: Disuelvan el Parlamento, convoquen elecciones y preséntense juntos a ellas. Oficialicen su amor, certifiquen su cariño y santifiquen su pasión. Les aseguro que será la forma de acabar con los partidos nacionalistas, separatistas y la madre que lo parió. Volvamos al “Unipartidismo y de las JONS”, sea de izquierdas o de derechas, da igual, será la única forma de aclararse de todo este lío en el que nos tienen metidos unos y otros.

Si la ayuda a Grecia, que a la mayoría de los españoles se la trae al pairo, y posibilitar los acuerdos entre las Cajas es lo que mueve al Gobierno y Oposición para sentase a hablar, después de año y medio, con la que está cayendo, el paro y la virgen de las medias coloradas, apaga y vamos (a tomar por saco -por no decir otra cosa-). Hay doscientas razones más.

Imágenes obtenidas de Google

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