jueves, 20 de mayo de 2010

CON CUENTAGOTAS



Tenemos un gobierno que es igual que el ejército de Pancho Villa. Ni menos, ni más. Todavía en la mañana de ayer miércoles el Ministro de Trabajo afirmaba que no había nada encima de la mesa acerca de la subida de impuestos, exactamente lo mismo que el día anterior había dicho los Vicepresidentes Salgado y Cháves, segunda y tercero respectivamente, pero todo lo contrario a lo manifestado por la Primera, De la Vega, que parece ser quien más manda junto al baranda Zapatero. Y a escasos minutos de las manifestaciones de Corbacho va el de León y anuncia públicamente la próxima subida de impuestos a los que más tienen, sin especificar quiénes son éstos o desde qué cantidad se considera que alguien tiene más, qué impuestos se subirán y desde cuándo se procederá al incremento. Eso sí ha afirmado que será “limitada” y “no afectará a las clases medias”. Todo ello para reducir el déficit público.

Últimamente llegan los miércoles de cada semana y Duke se pone a temblar. Siempre se pregunta con qué nos llegará este inventor. Hace dos semanas en Moncloa con Rajoy no había medidas, pese a las exigencias del presidente popular; la semana pasada se sacó de la manga o de la chistera, como quieran, nueve medidas impuestas por Bruselas, Berlín, Washington o Pola del Tordillo, pero obligado y con las orejas gachas -no había más que verle en sede parlamentaria-, al tiempo que no descartaba la adopción de otras medidas como las que ayer, miércoles, dio a conocer al país. El caso es que no entendemos cómo es posible que éstos, que dicen que no improvisan, son capaces de decidir una medida fiscal del calado de ésta sin que lo sepa la ministra del ramo, ni Campa que es quien debe de saber del tema, ni el de Trabajo, ni nadie en el gobierno salvo, claro está, la De la “Vogue” -que diría Losantos- que es quien estaba con él en la cumbre de IFEMA. En consecuencia el miércoles que viene tocará otra, posiblemente aún más gorda que las que hemos tenido hasta ahora. Si no lo hace antes, anunciará quienes tienen que arrascarse los bolsillos, en qué medida y, lo que aún será peor, que no se descartan otras medidas. Nos las irá comunicando con cuentagotas, semana tras semana. Amárrense los cinturones y apriétenlos bien.

Si Angela Merkel exigía una reducción de 35.000 millones en dos años y se nos ha dicho que las medidas reducirían 15.000, queda el resto que nadie sabe aún –ni ellos mismos- de dónde se van a sacar. Quizás los tuvieran si hubieran hecho caso a quienes les aconsejaban hace dos años y, además, no hubieran experimentado con el Plan A y el E y la madre que lo parió. ¿Le habrá llamado de nuevo su admirado Obama?, ¿habrá tenido lugar la confluencia astral de la Pajín?, o ¿se le habrá aparecido en sueños la Canciller alemana?, porque, no lo duden, ZP sueña. Lleva soñando seis años, desde que, desgraciadamente para este país, ganó las elecciones de 2004, y aún no ha llegado el príncipe que le despierte de su profundo y cada vez más irrealizable sueño.

Y ya que no descarta nada, Duke piensa que tampoco tendrá por descartada una negociación bilateral con el reino alahuí para tratar de la soberanía sobre Ceuta y Melilla y, posteriormente, sobre las Islas Canarias. Al paso que lleva se las vende en almoneda y de un plumazo acaba con la crisis.

Imágenes obtenidas de Google

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