La situacón del Valle.
Pues claro que hay muchas, tantas como entradas. Hacia
Oviedo, Gijón, Siero, Mieres y Laviana.
Lo que pasa es que en estos últimos años parece que las vías de
comunicación con el exterior de Langreo están hechas en una sola dirección,
sólo para salir, dado que aquí ya no queda nada, puesto que en este concejo
sólo hay agujeros. Los sitios de lo que fue y ya no es. Pozos mineros,
industrias metalúrgicas, comercios y hasta las campanadas de la plaza de España
ya no están. Queda el sitio, el recuerdo y no hay lugar ni siquiera para la
esperanza. Eso sí están a punto de finalizarse las obras de un refugio
antinuclear que estaba previsto como una salida más pero que acabará por
taponarse o inundarse como se hizo con los pozos. El soterramiento de la
vergüenza por donde nada podrá circular. Porque, como ocurrió con el nuevo
cuartel de la Guardia Civil, tardarán años en ponerse de acuerdo en quién ha de
correr con el gasto de las vías, la catenarias y los servicios de seguridad. El
Principado, el Gobierno Central, el ADIF y quienes hayan ideado la faraónica
obra. Entretanto nos comerán los mosquitos, que en este país se empiezan las
cosas sin saber cómo van a terminarse ni a cuánto ascenderán los sobrecostes.
No es mi intención excederme en el pesimismo, pero ¡queremos
mentiras nuevas!, y si alguien cree que Langreo tiene solución y futuro -de que
tenemos arreglo- me gustaría que me lo explicase claramente, con ideas,
proyectos reales y no imaginarios, todo ello con puntos y comas, y con
seriedad. Estamos escarmentados de tanta palabrería que no conduce más que a un
enconamiento del cabreo de la fiel (e inocente) infantería. Los ciudadanos ya
han tragado demasiado y estamos en el momento de decir a todas las
administraciones que ¡basta ya de tanta demagogia! Porque parece que están en
campaña permanente y tan solo tienen soluciones para ellos mismos, para
asegurar “sus alubias” y su futuro.
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