miércoles, 17 de diciembre de 2014

DE TUDELA, NÖEL



Constumbres foráneas
 
 
La importación de costumbres foráneas y la progresiva pérdida de las nuestras es algo que nos enerva. Ya casi se nos ha ido el Tenorio en tiempo de difuntos y ha llegado “Jalowín”, ese horripilante remake del Carnaval; el bocadillo de chorizo se ha visto sustituido por la MaC-hamburguesa, así mismo una mala copia de nuestro picadillo; y, en fin, ahora que llega la Navidad, nuestra fiesta más hermosa que es el día de Reyes se ve preterido por Papá Nöel y su recua de enanitos trepadores. El síntoma más flagrante de esto que les digo es la multiescalada de ventanas y balcones por parte de esa brigada de personajes de trapo vestidos de rojo y blanco que vienen de China o Taiwán, y no precisamente de Laponia. En muchas ocasiones escalan hasta con los renos colgados a la espalda. No se lo que pensarán nuestros amigos los niños al respecto. A Duke no le gusta nada, desde luego. Él que tiene instinto guardián se enfurece cuando ve al “caco” a punto de entrar en una casa. Siempre está a punto de la invasión, un día tras otro, pero nunca entra hasta que llega el momento de la vuelta al cole en los primeros días de enero. Y a mí personalmente me entran ganas de armarme con la recortada y espanzurrarlos a todos para que no vuelva a ocurrírseles la práctica del alpinismo y hacer de Pérez de Tudela. Con todos mis respetos.
Con el trascurso del tiempo las cosas cambian que es una barbaridad. Hasta tal punto que ya se habló de quitarle el rojo del 6 de enero al calendario. Lo que nos faltaba. Ahora ese día, o antes, todos a la escuela y a trabayar. Y ye que aquí, en los tiempos que corren, no nos dura ná. Perdimos los fondos mineros,  la Duro Felguera, muchos árboles del Parque Dorado y se acabó la prosperidad de estas cuencas que en otros tiempos fueron pujantes y enriquecedores, cultos y alegres. Y perderemos hasta la “Paz”, porque con esta crisis y estos inventos extranjeros nos está desapareciendo la Felicidá cuando tanta falta nos hace, sobre todo en “Navidá”. Mi blanco amigo y yo estamos estrujándonos las neuronas para ver cómo felicitamos las fiestas este año a nuestra familia y amistades. “Duke” me ha propuesto que lo haga con un tarjetón ribeteado en rojo donde diga “De hoy n’un añu”, como aquel que fue a dar un pésame a la familia de un conocido y, no ocurriéndosele nada mejor que decir, les espetó esa asturianada. Hubo otro que, ante idéntica tesitura, se acercó a un hijo del difunto y le susurró al oído “Ganamos uno cero”. Pues eso, que aún nos queda mucho fútbol, y el único que no pierde es el Sporting.

Y es que lo estamos perdiendo todo. Se nos va Duro Felguera, la “d” de la Navidad, de la Felicidad y de la Prosperidad, se nos irá la festividá de los Reyes Magos y, por desgracia, también se irá nuestro querido y admirado doctor Blanco, eminente neumólogo del Hospital Valle del Nalón, y se va triste y dolorido, afectado por el último dislate de la sanidá del Principado. Tengan ustedes “Merry Chistmas”. Mientas puedan y les dejen. Y ¡ánimo, doctor Blanco!, estamos con usted.


Marcelino M. González



Marcelino M. González

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