jueves, 13 de octubre de 2011

YA ESTÁ BIEN

Lo irresoluble de la economía europea

Merkel y Sarkozy prometen un nuevo paquete anticrisis para ayudar a quienes ya han tenido ayudas muchimillonarias y las han depilfarrado. Los bancos, y no precisamente los del parque. Todo ello para recapitalizarlos -aún más si es que cabe- y dar una respuesta sostenible a los problemas de Grecia. Miren ustedes, esto nos suena a música celestial. Ya está bien que sean Nico y Gela, o Geles y Colás, los que marquen las pautas en todo este maremágnum de barbaridades a las que asistimos en los tres últimos años mudos y acojonados. Ya es hora de que las ayudas y las recapitalizaciones de las que tanto cacarean sean efectivas y en mortadelos contantes y sonantes, y no en ese dinero etéreo e intangible que se esfuma y desaparece en los bolsillos de los mercados y de los altos ejecutivos de la banca y de las Cajas. Es hora de desglobalizar, de pinchar tanto globo y tanta historia y, si es necesario, mandarlo todo al carajo para empezar de nuevo, desde la peseta o el real. O los doblones de las narices.

Oía el otro a un economista afirmar que hoy día el dinero no es representativo del oro que tiene el Banco de España o los Bancos Centrales en sus mazmorras, sino que lo es de la confianza que los demás tienen en nosotros. En nuestra economía. De ahí que estos ociosos de Moody’s, Fitch y Standard & Poor’s, las tres principales agencias de calificación de deuda, sean quienes decidan si un país determinado entra en suspensión de pagos o en quiebra, rebajando su deuda soberana hasta donde a ellos les sale de sus partes más íntimas. Y claro, dependiendo de lo que dicen estos sobráos, cuando se pone deuda a subasta pueden tener que pagarse intereses por ella incrementados en medio, en uno o en más puntos. Y comas. Eso, cuando se emiten bonos por cuatro o cinco o quince mil millones de euros, es una pasta gansa. Y así no hay cristiano que se recupere y pueda rebajar su déficit. Esto es lo de la pescadilla que se muerde la cola, emitir deuda a más alto interés del pagado en las anteriores emisiones para pagar los intereses de esas deudas. Es lo mismo que aquel fulano al que habían concedido un préstamo bancario y tiró de talonario hasta que lo agotó. Cuando el director de la entidad le llamó para advertirle de que estaba en números rojos, sacó su chequera y le extendió al bancario un talón para cubrir el descubierto.

Siempre que, cada miércoles, escucho las noticias y en ellas se da cuenta de que el gobierno ha sacado a subasta tres o cuatro mil millones a corto, medio o largo plazo, da igual, se me ponen los vellos como ucalitos y Duke empieza a arrascarse detrás de las orejas. Y ambos nos preguntamos qué nuevas medidas de ajuste traerá aparejadas en un futuro esta barbaridad, en qué medida nos afectará a los españolitos y quién será el caradura aprovechado de una caja, de un banco, de un gobierno o de un mercado cualquiera en Asia o en un país emergente que sacará una tajada impresionante para comprarse una isla, un yate o un chalet en Pola del Tordillo. O todo a un tiempo, como quien se toma la tapa y la caña del mediodía. ¡Cuestión de confianza…! Nos ha jodido.

Imágenes de Google

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