Después de la bronca a los periodistas antes de su ingreso en una clínica madrileña porque “estáis empeñados en matarme”, el Rey recibió el alta hospitalaria, que no médica, el pasado domingo y, rodeado por los medios, salió del Centro contento y sonriente. No habría podido ser de otra forma porque siendo importante ya de por sí el éxito de la intervención a que fue sometido, no lo es menos las facilidades que se le han brindado para su recuperación. Y es que unas muletas así no se las dan a cualquiera. Provistas de amortiguación, luces y claxon, da toda la impresión de que andan solas. Son el Ferrari, el último grito, la repanocha de las muletas. Las que, pasado el tiempo e introducidas en una urna blindada, serán admiradas por los adeptos al Juancarlismo como las primeras inteligentes de la historia de la Ortopedia. Un símbolo más de nuestra monarquía que camina con alguna dificultad. No hay más que ver el curioso debate que una joven mantuvo con el príncipe reivindicando un referéndum para reinstaurar la república. La tercera.
También como símbolo de mandato municipal, es el bastón de mando el que esta semana interesa. Por él lucharán hoy sábado muchos candidatos para hacerse con el sillón de Alcalde. O de Alcaldesa. Es éste un bastón de los de antes, desprovisto de nuevas tecnologías, pero apetitoso donde los haya. Un bastón sin freno pero dotado de algo muy importante: la marcha atrás. No tardaremos en comprobarlo. Algunos y algunas que lo fueron y volverán a serlo, en algunos casos sin la holgura que tuvieron para gobernar, merced a los pactos se verán obligados, y también obligadas, a dejar sin efecto decisiones adoptadas cuando lo mandaban todo y entrar por el aro de la negociación, el cambio de cromos o el agache de orejas, ahora que mandarán menos. Y en muchos casos no les servirá solo con el Bastón, sino que tendrán que agarrarse a las muletas. Como don Juan Carlos. Cosas de la política y de lo efímero del poder.
Lo que pasa es que el reparto que han deparado las recientes elecciones es tozudo. Y cuando en otras ocasiones todos los grupos presentaban a su candidato, en ésta muchos se retiran del ruedo, colocando frente al toro de la crisis y las arcas vacías al partido más votado. Arréglatelas como puedas, parecen querer decir con esa cómoda postura. Así es que muchos alcaldes y alcaldeas sudarán tinta en este mandato, sin que sea descartable que algunas y algunos abandonen sus sitiales buscando mejor acomodo para sus económicas y políticas pretensiones.
Es prometedor, por tanto, el futuro próximo. Interesante y estresante, que diría un viejo conocido del celuloide. Los más necesitarán de bastones inteligentes para esta legislatura. Con amortiguación, luces, bocina y, sobre todo airbags. Eso no lo tiene Sumajes. A Él no van a lloverle los golpes por todos lados.
Imágenes de Google
También como símbolo de mandato municipal, es el bastón de mando el que esta semana interesa. Por él lucharán hoy sábado muchos candidatos para hacerse con el sillón de Alcalde. O de Alcaldesa. Es éste un bastón de los de antes, desprovisto de nuevas tecnologías, pero apetitoso donde los haya. Un bastón sin freno pero dotado de algo muy importante: la marcha atrás. No tardaremos en comprobarlo. Algunos y algunas que lo fueron y volverán a serlo, en algunos casos sin la holgura que tuvieron para gobernar, merced a los pactos se verán obligados, y también obligadas, a dejar sin efecto decisiones adoptadas cuando lo mandaban todo y entrar por el aro de la negociación, el cambio de cromos o el agache de orejas, ahora que mandarán menos. Y en muchos casos no les servirá solo con el Bastón, sino que tendrán que agarrarse a las muletas. Como don Juan Carlos. Cosas de la política y de lo efímero del poder.
Lo que pasa es que el reparto que han deparado las recientes elecciones es tozudo. Y cuando en otras ocasiones todos los grupos presentaban a su candidato, en ésta muchos se retiran del ruedo, colocando frente al toro de la crisis y las arcas vacías al partido más votado. Arréglatelas como puedas, parecen querer decir con esa cómoda postura. Así es que muchos alcaldes y alcaldeas sudarán tinta en este mandato, sin que sea descartable que algunas y algunos abandonen sus sitiales buscando mejor acomodo para sus económicas y políticas pretensiones.
Es prometedor, por tanto, el futuro próximo. Interesante y estresante, que diría un viejo conocido del celuloide. Los más necesitarán de bastones inteligentes para esta legislatura. Con amortiguación, luces, bocina y, sobre todo airbags. Eso no lo tiene Sumajes. A Él no van a lloverle los golpes por todos lados.
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