Negociar la Investidura
Empieza el mes de agosto y ya tengo ganas de que termine. Me
pasa lo mismo que a un amigo a quien su mujer le había convencido para hacer un
viaje del IMSERSO a Benidorm y, tres meses antes, me lo contaba: “No marché y
ya estoy deseando volver a casa”. Pues este mes estival va a ser clave para
resolver nuestro asunto político, sobre todo en sus dos primeras semanas,
porque si para finales de la cuarta no se ha logrado investir a un presidente
se llegará a tarde a la aprobación de nuevos presupuestos, habrá que prorrogar
los actuales y, muy posiblemente, entraremos en nueva campaña para unas
terceras elecciones en un año, algo que, de producirse, todo apunta que
perjudicaría a los partidos de izquierda y a C,s. como ha quedado demostrado en
las últimas del 26J. Mientras tanto el Lehendakari las ha convocado para el 25S,
al igual que en Galicia, intentando así que estas autonómicas lleguen a
solaparse con las nacionales y la tropa las interprete en la misma clave. De
manera que, puestos a hacer números, nos entra la leve sospecha de que los del
PNV están pensando muy seriamente en dar su apoyo a la investidura de Rajoy si
al final C,s. hace lo mismo.
Pero, de momento, en este país de pandereta las cosas se presentan de forma similar a
como lo hicieron tras la elecciones del pasado diciembre, todos dicen “no” por
activa, pasiva y perifrásica antes de sentarse a hablar y sin saber qué es lo
que va a proponer el candidato encargado por el Rey de formar gobierno. Parece
que nadie tiene prisas para solucionar la apurada situación que agobia a la
ciudadanía. Se llenan la boca con expresiones de “acuerdo” y de la
imposibilidad de unos terceros comicios porque, dicen, sería bochornoso para
nuestro país. Así que en este mes que empieza Duke recomendaría a todos que
tuvieran menos agitación y más movimiento. Que el tiempo vuela y llegará el
momento en que nos coman los mosquitos.
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