sábado, 5 de septiembre de 2015

UNA BROMA



Reformas ad hoc


 
Con la proposición de ley presentada el martes pasado por el Partido Popular en el registro del Congreso de los Diputados para la reforma de la Ley que regula el Tribunal Constitucional a tramitar por la vía de urgencia da toda la impresión de que el gobierno popular teme encontrase desvalido ante la eventual declaración unilateral de independencia de Cataluña. Sin saber qué hacer para evitarla y con una ignorancia evidente de que exista normativa alguna de la que puedan echar mano en su momento. Cierto es que cualquier tribunal que se precie de tal debería de tener la competencia de ejecutar sus sentencias, algo que ahora no tiene el TC, pero no es menos cierto que, tras la proclamación el 1978 de nuestra Carta Magna, nunca la tuvo y la multitud de legislaturas que pasaron desde entonces tuvieron tiempo para dársela y no esperar a ahora, a pie de elecciones catalanas y generales, para hacerlo, además, sin los informes consultivos y preceptivos previos de los órganos que están ahí para ello, como es el Consejo de Estado. La iniciativa popular nos chirría, como también nos desconcierta el hecho de que haya sido Javier Albiol, exalcalde de Badalona y candidato conservador a los próximos comicios catalanes, quien haya patrocinado la iniciativa legislativa expresando, para su justificación, que “la broma se ha terminado”, cuando todo parece indicar que carece de atribuciones orgánicas para ello.
Esto es lo que si nos parece una broma. Política y jurídica. Donde se ve a las claras unos espurios intereses partidistas y electorales. Ello no es obstáculo para que no aprobemos esa eventual declaración independentista, y lo hemos dicho aquí en multitud de ocasiones. Creemos que, una vez que se produzca si es que así llega a suceder, habrá medios en nuestra legislación para afrontar ese dislate. Y de no haberlos, en el pecado llevarán la penitencia, y la misma UE será la encargada de ponerles en su sitio al quedar fuera de esa organización y del euro. Tendrán que crear su propia moneda: “El Mesi”.  Por otro lado tendrán que hacerse cargo de la parte correspondiente en la deuda española, que tampoco es ninguna broma. Lo cierto es que, al margen de esta iniciativa popular, ya se oyen voces discrepantes como la Editorial Planeta, Freixenet, La Caixa o el Banco de Sabadell. Correrán ríos de tinta, pero pronto saldremos de dudas.

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