Duke semieclipsado |
El fenómeno fracasado
Porque mucho me temo que hasta aquí llegan los recortes.
Tantu anunciu del famosu eclipse y nosotros, que tábemos pendientes y
emocionáos con el fenómeno -parecíu a aquel que había anuncíáo la Pajín de la
confluencia de dos fenómenos (Obama y Zetapé)- no nos enteramos de nasti de
plasti, tía. Duke por poco pon el pijama porque pensaba que iba a hacese de
noche, o casi, y lo que hizo fue salir a la calle a ver que ye lo que pasaba. Y
lo que pasó fue que, pa engañalu (como a los neños), tuve que poneí delante una
sartén pa que pareciese que era la luna. Pero el inocente fui yo, probe de mí.
Na más que la vio díjome que-í hiciese un buen chuletón de buey a la plancha
como de kilo y mediu, o casi. Y como les coses tan muy jodíes hicéi unes
chuletines de cerdo, o cerda, y agradeciómelo en su noble alma.
Bueno, el caso es que ni eclipse parcial al 90 % ni
nada de nada. Como suele ocurrir por estos pagos cuando se anuncia algo grande
como aquello del Auditorio y recintos feriales de los Talleres del Conde, o lo
del Mirage en una glorieta del soterramiento de las vías, o aquel edificio de
la de dios de pisos en lo que sería el solar del antiguo edificio del cuartel
de la Guardia Civil, entre otras muchas cosas. Promesas, mentiras, grandezas.
Mucho lerele al principio y poco larala al final. De manera que estábamos
equipados con el equipo apropiado (valga la redun): prismáticos de veinte mil
aumentos, o casi, para verlo de cerca (como si estuviéramos allí mismo, o casi)
y gafas homologadas y polarizadas que compramos en la óptica (que es donde las
hay) y nos costaron una pasta, y como hasta dentro de once años no va a haber
otra interposición de la luna entre la tierra y el sol, fuimos a devolverlas
porque seguro que para entonces las
habrá con telescopio incorporado de casi un millón de aumentos. Entramos en la
óptica y nos dice la dependienta que ni ella ni el establecimiento al que sirve
son culpables de que el cielo estuviera encapotado y casi no se haya observado
el puto fenómeno. De todas formas yo vi el eclipse, nos dice. ¿No notaron una
cierta oscuridad?, remata la pava. ¡Ah, sí!, diz Duke. El apague ya venimos
notándolu haz muchu tiempu, guapina. No se ni cómo podéis ver en la ótica esta.
Y nos envainamos las gafas; quedamos sin perres y sin eclipse. O casi
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