Lo bueno y lo malo que tiene esto de escribir un artículo en estas páginas y dar nuestra modesta opinión sobre temas diversos, sean o no de actualidad, es que te ponen también en Internet. Para aquellos que están fuera de la región y no tienen acceso al periódico, para quienes no tienen el euro que vale, par quienes prefieren gastárselo en vino peleón o, simplemente, para quienes no les importa un carajo noticias, columnas y ecos de sociedad y lo utilizan para divertirse mientras observan su ciruelo. Es lo que tiene la red de redes. Su difusión generalizada, acceso indiscriminado e inmediatez. Tiene también algo malo -a lo que hacía referencia al principio- y es la posibilidad de interactuar en las redes con total impunidad, de manera que cualquier usuario, desde el intelectual más ponderado hasta el cretino más tarado, pueden dar su opinión de forma anónima o no sin que nadie les pida cuentas por ello. Evidentemente los primeros suelen identificarse con nombre y apellidos, sin embargo su opinión viene a resultar una opinión más, como la de cualquier paisano analfabeto que no tiene más que hacer y decide poner cuatro chorradas con faltas de ortografía para gloria de su ego y después contemplar como crecen sus votos a favor o en contra, mientras practica el onanismo. Fulanos que, además, descontextualizan la noticia o la columna para referirse a lo que en ese momento les apetece, para insultar o dejar sembrada la insidia sobre cualquiera que firme un artículo o resulte mencionado en él.
Antes de este invento cualquiera que quisiera dejar reflejada su opinión en los diarios debía redactar la oportuna carta con un formato predeterminado y acompañarla de sus datos personales. Aún así debía de aguardar unos días para ver su comentario publicado. Aunque algunos siguen utilizando este medio, hoy día ya no es necesario. Basta con tener un ordenador conectado a la red o entrar en un cíber, y por una módica cantidad puedes despellejar a cualquiera que odies o se te haya metido entre ceja y ceja. Aunque mees fuera del tiesto, aunque tu estupidez te haga meterte en jardines prohibidos o reservados a jardineros titulados. Esto es Internet señores. Para aquellos que desprecian lo que ignoran y odian lo que envidian, para tiñalpas desocupados, para fulanos sin vergüenza, para los de fuera y los de dentro, para ellos, para ellas, para miembros y miembras… Pasen y opinen.
Es igual que se hayan suplantado los argumentos y el hecho real referido en la noticia. Al final el divertimento está en enviarse mensajes de unos a otros. Acusar a fulanito de maltratador o a menganita de fulana, decirle al seleccionador que hay que poner a Raúl o sugerir a un juez los años de prisión que debe de imponer a un criminal. Todas opiniones respetables y prescindibles, si se tiene en cuenta que el tema opinable no tiene nada que ver con lo opinado. Quienes lo facilitan deberían de moderarlo. No puede ser que cualquier imbécil recién caído de un guindo se ponga a hablar de física cuántica o de filosofía trascendental.
Imágenes obtenidas de Google
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