jueves, 19 de noviembre de 2009

REFLEXIONES EN VOZ ALTA

Crear bienestar en una sociedad presupone la existencia de una premisa fundamentalísima que es tener actividad económica. Sin ella no hay bienestar que valga, los pueblos se mueren, las gentes se van a otros lugares que les ofrezcan perspectivas de futuro más halagüeñas y, en definitiva, queda una sociedad donde solo impera el silencio y la tristeza. Sama es un ejemplo palpable de ello. Al margen de ser capital administrativa del concejo, sede de Hacienda y del INSS, Sama no tiene movimiento de gentes ni de capitales. Aquellos tiempos en que los dos distritos principales de Langreo tenían una definición clara, “La Felguera, industrial y Sama, capital” -que decía un cobrador de los autobuses (cuando aún había cobradores)-, esos tiempos pasaron a la historia. Hoy día, cuando ya hace años que se denominó a todo ello Langreo, somos una única ciudad que en un espacio de poco más de cinco kilómetros aglutina a la gran mayoría una población cercana, cada vez menos, a los cincuenta mil . Y es hoy cuando, tras haber perdido gran parte de ella, resurgen los localismos por una y otra parte reivindicando cuestiones sin mayor importancia, en la mayor parte de los casos. Sama, que fue mucho más comercial que La Felguera, perdió la mayor parte de ese comercio, y no precisamente en beneficio del distrito adyacente que, a su vez, lo ganó poco a poco y gracias a la iniciativa de sus ciudadanos. Actualmente La Felguera, sin ser un distrito comercialmente próspero, es Hollywood comparado con Sama, hablamos de comercio, servicios y hostelería. Nadie de ustedes me lo negará. De hecho algunos comerciantes originarios de Sama, cierto es que no muchos, han abierto un segundo establecimiento en el distrito felguerino. ¿Por qué? La respuesta es evidente, a la par que significativa.

Quienes soñaron e idearon “Langreo Centro” fueron visionarios. Nadie que falte de aquí desde hace ocho o diez años podrá reconocer la fisonomía de esta ciudad. Y ese cambio está justamente donde los dos distritos se unen, de ahí su denominación. Consecuencia de ello es que Langreo, durante estos últimos cinco años, ha crecido hacia adentro, y se ha modernizado, algo inimaginable hace dos décadas. Sin embargo la crisis que afecta a este mundo globalizado no ha pasado de largo por aquí y lo que dio riqueza y prosperidad, quizás engañosas, a este país en general y a Langreo en particular que fue el sector de la construcción, ahora está en dique seco. No se construye y lo construido no se vende. ¿Por qué íbamos a ser diferentes del resto del país? Cuando se cierne sobre nosotros la desubicación de las empresas que fueron estandarte de la comarca y cuando, año tras año, las estadísticas nos dicen que perdemos población porque los jóvenes van a labrarse su futuro a donde pueden tenerlo, en esta situación no creemos conveniente destinar terrenos públicos a la construcción de viviendas sino todo lo contrario. Si puede atraerse inversión, esos terrenos del antiguo Lavadero de Modesta, deberían de ser destinados a equipamientos empresariales, a crear riqueza. Porque, de no ser así, ¿quién se atreverá a construir?, y ¿quién a adquirir las viviendas? En la situación económica por la que pasamos, y que tardará en “pasar”, sería un verdadero dislate hacerlo así. En ese análisis y en esa decisión, Duke y yo, estamos plenamente de acuerdo con la alcaldesa que afirmó que la construcción de un área empresarial en los terrenos del antiguo lavadero es la gran oportunidad de Sama para recuperar su vigor económico, y que el proyecto puede ser un revulsivo para la generación de actividad económica y empresarial en el distrito. Después, si es necesario, encontraremos dónde construir.

Si para todos tuviera más peso la lógica y el sentido común que el arrimar el ascua a una determinada sardina, que inclinarnos por una idea solo pensando en de dónde proviene, defendiendo intereses espúrios, y no si la idea es positiva y realizable. En fin, si todos fuéramos más sensatos y menos tendenciosos otro gallo nos cantaría.

2 comentarios:

  1. Coincido plenamente con el planteamiento de este artículo, primero actividad ecómica (empleos) y luego residencia.
    Recuerdo en mi Juventud, inmigración de muchas partes de España, fundamentalmente de Andalucía, trabajo, recuerdo cuando Hunosa iba en busca de personal a Portugal, trabajo, y no había viviendas, dos o tres matrimonios en la misma vivienda (con derecho a cocina), chabolas, o en una casa (en la mía por ejemplo ) hasta 9 posaderos. Las viviendas vinieron después.

    Ahora en Langreo no hay trabajo y sobran viviendas, ¿quienes demandan Zona Residencial en la Modesta? ¿tienen hijos o nietos? fuera de Langreo.

    Creo que es un tema en el que tenemos mucho que decir los que hemos trabajado o trabajamos en el exterior, o tenemos hijos y sobrinos fuera de Langreo. A todos nos gusta tener la labor cerca de la raíz.

    Florentino Martínez Roces

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  2. Hoy se celebra en Langreo una manifestación por el empleo, cuyo lema es : Unas cuencas "para vivir y trabajar"

    Debería tenerse en cuenta en el PLAN MODESTA

    Manuel Fernando (Málaga)

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