sábado, 21 de noviembre de 2009

CON EL CULO AL AIRE

Vaya por delante nuestra satisfacción por el feliz desenlace del secuestro del “Alakrana” y la liberación de sus 36 tripulantes, y vaya también por delante nuestro rechazo a la forma a través de la que se ha llegado a la solución del asunto, aunque bien es cierto que desconocemos qué es lo que el gobierno ha hecho, a parte de pagar un pastón, para poner fin a esa situación. La ministra Chacón ha afirmado el martes pasado que todo ha sido gracias al trabajo realizado en todos los ámbitos, el político, el diplomático, el militar, el de los servicios de inteligencia que, a la luz de los resultados, de inteligentes tienen poco. Pero se ha olvidado, o no ha querido ni mentarlo, del más importante y definitorio que ha sido el económico, porque, si no, ya me contará qué es lo que importaba a los piratas si no era la tela marinera (nunca mejor dicho). ¿Les preocupaba acaso el destino de sus compinches detenidos en Madrid?, lo dudo, lo que sobran son piratas qué reclutar. ¿Les preocupaba tal vez la armada española?, a la vista está que nuestros aguerridos soldados no quitaron el sueño a los corsarios. Lo que de verdad les importaba era abalanzarse como lobos al recuento y reparto del jugoso rescate servido en bandeja y en efectivo por un helicóptero. Y eso es lo que han hecho, para después reírse de nosotros y dejarnos con el culo al aire.

¿Dónde habíamos oído que el gobierno español no negocia con terroristas?, ¿fue quizás el propio presidente y algún miembro o miembra de su gobierno quienes reiteradamente hicieron esa aseveración? Pues va a ser que estos piratas somalíes son monjitas de la caridad y como tales han sido tratados, con cortesía y generosidad. Dicen en Defensa que, desde el principio, nuestras fuerzas armadas estaban prestas a la intervención militar, y lo dicen sin ponerse colorados. Para pagar al final, como lo han hecho, y plegarse a las condiciones de los secuestradores, no hubiera sido necesario el transcurso de más de mes y medio y, sobre todo, el sufrimiento de los secuestrados y de sus familias durante ese tiempo. Lo hubieran hecho al principio y asunto concluido. Lo que no está nada claro, ni concluido, es lo que se refiere a la situación y al futuro de los dos detenidos. Si el juicio se celebra en dos o tres semanas -y todo parece indicar que va a ser así-, se cumplirán con toda probabilidad nuestras previsiones de hace una semana. Esto es que completaremos el vodevil y expatriaremos a los dos piratas, pese a que el fiscal pide para cada uno de ellos más de doscientos años de prisión. Sólo faltará que nos den por saco.

"El “Alakrana” navega libremente y todos los miembros de la tripulación están sanos y salvos". Este fue el anuncio del fin del secuestro comunicado al país por el presidente con la solemnidad propia de las grandes gestas. Como si hubiéramos recuperado Gibraltar, vamos. Ahora lo que toca es dar explicaciones, con pelos y señales. Decirle al país cómo se desarrollaron los acontecimientos desde el primer día hasta el último. Darle cuenta de la trazabilidad de los actos y decisiones de cada una de las carteras implicadas en el asunto. Y cuando hablo de carteras quiero referirme también a la del dinero. Decirles, de igual forma, a los españoles qué es lo que el Presidente dijo a las familias de los secuestrados en su reunión en Moncloa para que, de repente, se impusiera entre ellos la ley del silencio. En fin, ahora toca rendir cuentas de la gestión que ha hecho el gobierno de la crisis. No es tan solo que los españoles tengan el derecho a saberlo todo, sino que todos los partidos de la oposición ya lo están pidiendo a gritos. ¿Caerán cabezas? Por lo pronto el jefe de la oposición ya ha anunciado que pedirá la reprobación de tres ministros. Mensajes de distracción y nuevo tema de interés para desviar la atención de lo que ahora verdaderamente importa. La otra crisis.

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