sábado, 16 de enero de 2010

YA ESCAMPARÁ


Sorprendido e incrédulo me entero de que el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Langreo reconoce que el temporal del pasado fin de semana “desbordó el operativo” y de que “a pesar del trabajo realizado, el resultado no ha sido el esperado por la ciudadanía”. Nos sentimos sorprendidos porque, de ningún modo, esperábamos una respuesta de estas características ante la crítica ciudadana. Los políticos no acostumbran a reconocer más que sus pretendidos logros y hazañas. De todas formas ese reconocimiento tiene truco. Si se han utilizado todos los medios técnicos, materiales y humanos disponibles, como afirman, nada habría que objetar a la actuación municipal. Se habría hecho todo lo posible, y punto. Pero es que no nos creemos que se haya hecho todo lo posible, sino todo lo contrario: no se ha hecho absolutamente nada. Durante los días en que el temporal arreció con mayor crudeza que fueron viernes, sábado y domingo no se vio en las calles de Langreo operativo alguno que facilitara la circulación de vehículos o, cuanto menos, de personas, abriendo sendas peatonales que facilitaran un mínimo tránsito ciudadano, aminorando de esta forma las posibilidades de caídas. Dicen haber agotado cincuenta toneladas de sal que tenían en sus depósitos y cuatro más que pudieron conseguir y echaron durante la jornada del lunes. Lo único que hemos visto de todo lo que dicen que hicieron fue a dos operarios echando sal a puñados en el puente entre Sama y La Felguera, poco más arriba del cuartel de la Guardia Civil, y eso ha quedado testimoniado en una fotografía publicada por LNE el pasado domingo.

Por otro lado hay que tener en cuenta que de poco sirve la sal cuando la nieve ya se ha congelado, y esto ya tuvo lugar en la madrugada del domingo. La sal es un medio de prevención y no un remedio contra el hielo. Sus propiedades consisten en trasmitir un punto de congelación más bajo a la nieve, evitando de esta forma que se convierta en hielo. En cualquier caso nos gustaría saber dónde han echado esos cincuenta y cuatro mil kilos de sal porque en el casco urbano del distrito de Sama nada hemos visto, ni nosotros, ni muchas personas a las que hemos consultado. Lo mismo parece ser que se observó, mejor dicho no se vio, en el resto de distritos del concejo. Ni en zona urbana, ni en zona rural. La presencia del personal municipal de obras, limpieza, parques y jardines, policía local, así como los voluntarios de Protección Civil también pasó desapercibida para la ciudadanía langreana. Me gustaría que alguien de ese equipo de gobierno explicara a los ciudadanos el quién, el cómo y el cuándo de eso que afirman. Cuando lo normal en situaciones de estas características es disponer de Planes de Emergencia y, en consecuencia, crear unos retenes permanentes de personal para combatir los efectos del temporal, lo que se ha hecho aquí y, por lo que se vio, en gran parte de Asturias fue esperar a que escampara. Y cuando escampó todo estaba cubierto de hielo y poco o nada podía hacerse, salvo tirar de pala y arrascar.

No sirve ahora, a toro pasado, reivindicar un “Protocolo” para actuar en el Valle en casos como el que acabamos de sufrir porque seguramente no volverá a nevar de esta forma hasta pasados quince o veinte años. El calentamiento global no perdona y los protocolos quedan muy bonitos sobre el papel, pero a la hora de la verdad lo que se necesitan son medios materiales y humanos, y sobre todo voluntad y diligencia para manejarlos con criterio y eficacia. Esa voluntad es la que ha faltado en esta ocasión en la que todos los operarios municipales debieron de haber sido llamados y preparados para actuar en el momento en que fueran requeridos para ello. Pero, claro, era fin de semana y con el frío que hacía se estaba mejor tomando un caldín en casa o en el bar. Eso sí, con curruscos y una pizca de sal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario