miércoles, 21 de diciembre de 2016

FARTUCOS DE TURRÓN



Larga Navidad.



Siempre, por estas fechas, recuerdo los últimos días de colegio del año en espera de la llegada de las añoradas vacaciones navideñas. El último día era el 21 de diciembre, antesala del sorteo de la lotería y a los fastos que vendrían a continuación que, como era de rigor, comenzaban en Nochebuena con aquello de la sopa de curruscos, el pitu de caleya, los turrones y El Gaiteru. La Misa de Gallo y a mear y pa la cama. Lo demás ya no tenía tanta importancia hasta la llegada de los Reyes de Oriente. Nada de Papá Nöel, ni eses coses importáes de casa su madre. Hoy en día sin embargo, y desde hace ya tantos años que ni lo recuerdo, las fiestas navideñas ya empiezan casi después de terminar las anteriores, de modo que la lotería ya se vende en pleno agosto, los anuncios de los productos propios de las fiestas comienzan en noviembre, justo cuando también lo hacen las célebres cenas de empresa. De modo que, a no tardar, llegará el año en que veremos el habitual concierto de la Filarmónica de Viena dirigida por los Zubin Metta y Cía. del primero de año retrasmitido desde la playa de Levante en Benidorm, los músicos en bañador, el dire en bermudas y el público poco menos que en pelotas palmeando la Marcha Radeski esa.
Y es que a estas alturas ya todos estamos fartucos de turrón y peladillas, de bugres, besugos y mirlotos, de lechazo y chuletes de corderu, y de sidra y vino de lo chachi. De cava no, ¡que lo beban ellos! Claro, los expertos recomiendan hacer las compras alimentarias con tiempo suficiente para evitar la subida de precios en las fechas clave, y ya me diréis quién ye el guapu que aguanta quince o veinte días con esas ambrosías y néctares en la nevera y esos dulces en el armario. ¡Nadie!, de manera que, después de callos, nabos, cebolles, pimientos y fabada, poco a poco sacamos, cocinamos y jalamos. Luego, cuando llega la hora de la verdá, a comprar otra vez como llocos o a conformase con dos güevos ¿?, un sindicalista -que diría el mi amigu, Tonín- y unes patatines frites. Una Coca-Cola, una sonrisa y en casa, que ya ta bien de fartures. ¡Qué rico!

No hay comentarios:

Publicar un comentario