viernes, 31 de agosto de 2012

"CARLOS", EN SU SALSA

Las ocurrencias de mi amigo
Tengo un amigu que ye escritor, ya vos lo conté una vez. Llámase Carlos. El célebre Carlinos. Pero no ye un escritor cualquiera como Duke o como yo, no. Carlos ye de los buenos, de esos que rompen moldes, que componen una estrofa, un poema o una epopeya en menos de un “Ay”, igual que Lope de Vega. Hay que reconocelo, ye muy buenu. Como Camilo José en “La Colmena” cuando decía que era inventor de palabras y se las regalaba a quienes le caían bien, Carlos no solo inventa palabras, sino que es un creador del idioma. Ahí le duele a mi amigo, porque en su labor creativa, inmensa y prolífica, no sigue ni respeta las normas gramaticales, sintácticas o fonéticas, ni siquiera las de circulación. Carlos circula por el lenguaje como él sabe, por la izquierda, por la derecha o el centro, y si le hace falta por los arcenes. Ye metafóricu, hiperbólicu, epitéticu, redundáncicu, perifrásicu y eufemísticu. To junto. Sobre tó, ye surrealista que lo flipas, colega. Además tá muy morenu y ye buen rapaz. Y aunque haz poco que empezó en esto de dái a la tecla ya tién un montón de fieles seguidores y, sobre todo, seguidoras. Como no podría ser de otra forma. 

Para que vean ustedes que no les engaño, he aquí uno de sus últimos “bet seller’s”. Cada uno que lo titule como le salga de sus partes pudendas. Yo lo titulo “La molinera”. No se lo pierdan, tiene su “copirrí”: 

“cuando yo vivia en el pueblu "frieres" siempe taba voluntariu pa llevar el maiz a moler pues yo era un chavalucu y ya me gustaven les neñes y mi madre menuda neña que tenia la molinera yo faciane el interesau de to aquel funcionamientu pero claro era pa estar toltiempu que pudiera biendo la neña, un dia boy deci que si quier dar un paseo pero claro tengo que llebar el maiz en la vespa de mi guelu, que se que me la deja, haver si impresiono los paisanos y puedo day una vuelta, pa que se agarre a la mio cintura pues yo con to la picardia quitey donde se tenia que agarrar ella, jajaja ya de pequeñu era un poco cabroncete pa estes cuestiones de neñes, y fuy creciendo con ella.........” (sic). 

Aún no está en las librerías pero, como diría Ánsar, “estamos trabajando en ello”. Queda solo descolocar puntos, comas, y colocar algunas faltas ortográficas en el lugar apropiado para darle un toque de frescura. Sigue así, Carlos. Las chicas te adoran.

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