lunes, 23 de enero de 2012

SENSACIÓN TÉRMICA

La realidad y las apariencias
Tengo una pestaña en el ordenata que me indica en todo momento el tiempo que hace hoy en Langreo, y el que va a hacer los próximos días. La verdá ye que no me fío mucho de esos pronósticos, porque además aquí somos muy torcíos pa esto. Ye la mandakari la que más lu consulta por aquello de si pon la lavadora, si tiende la colada pa que seque y así planchala en el día, o pa si Duke la saca a pasear. Aunque ya saben ustedes que Duke sólo pasea al marqués. A lo que vamos, la pestaña esta dizme si va a llover o hacer sol, la humedá, la velocidá del viento y la temperatura. De un simple vistazu entéreste de to sin tener que aguantar a los pesáos esos de la tele que hablen de anticiclones, borrasques y la madre que lo parió. Pero, además, el mi parato tien una cosa que no tienen los hombres y les muyeres del tiempu. Tien un apartáo que ta en una esquina -por eso se llama así, porque ta apartáo- que pon “sensación térmica”. Y eso ye el no va más, el último adelantu de la ciencia meteorológica, la repanocha de los pronósticos. Por ejemplo, ahora que-i doy a la tecla marca una temperatura de 11º, y el apartáo esi dizme que la sensación térmica ye de 11º. Normal hasta ahí. Pero ye que ayer a estes mismes hores marcaba una temperatura de 3º y la ST era de 7º. ¡Hay que jodese! Digo yo que eso será porque el mi ordenador, que ye muy listu (como toos los PC,s.), veme salir de casa muy abrigáu, con chaquetón, bufanda, guantes y sombreru, y piensa que no voy a pasar frío. Haz un cálculo matemáticu rápidu y diz esti va a tener una sensación de 7º. Y acierta el cabrón. Pasa lo mismo al contrario, miro el termómetro marca 12º, salgo en chaqueta y na más asomame a la calle llégame un cutu que escarabaya la pelleya. Olvideme de mirar la ST, así que subo, mírola y, claro, marca 4º. Por eso ye conveniente no salir de casa sin consultar la ST, no sea que haga un frío que se caga la perra y pilles un trancazu de la virgen.

Y ye que les coses nunca son como aparenten ser. Dicen les males lengües que el baranda de UGT tien un Rolex y cuatro relojes más que cuesten 25.000 mortadelos, que ye un potentáu en eso de medir el tiempu. Pero, lo que yo vos diga, ye to mentira. Lo que pasa ye que a esos que lo anden diciendo no se yos ocurrió mirar el copirrí del reló, ni tampoco se enteraron del últimu viaje que hizo el sindicalista a China de donde trajo los cinco pilucos por 200 €. Hay que hablar con conocimientu de causa y mirái la ST a tu dios antes de decir tonteríes. A Cándido seguro que-í atrasen esos relojes, y a Toxo también. Por eso no tan sintonizáos ni sincronizáos con los de la patronal, la CEOE ésa. Porque los Rolex d’esos son de los buenos, de los que compren en Suiza cuando van a llevar les perres en bolses de basura. De manera que la semana pasá, cuando el nuevu Gobiernu, yos dio un plazu pa llegar a un acuerdu en lo de la reforma del mercáu laboral, lo que hicieron hasta que se agotó el tiempu fue discutir sobre cuál de los relojes de los que taben allí era el que tenía buena hora. El casu ye que tantu Rolex y tantu cuentu y, cuando llamaron al ujier pa que yos diera la hora buena, resulta que por un Casio de mil pesetes compráu en el Rastro taben toos pasáos de tiempu. Ahora va a ser Mariano el que reforme. Eso sí, consultando la ST, no sea que…

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