domingo, 10 de enero de 2016

VIAJE A LISBOA



Los experimentos de Pedro Sánchez



Todos sabemos que en la ciencia matemática los factores del mismo signo suman y los de signo contrario restan. Eso lo sabe hasta Duke. Sin embargo, el secretario general de los socialistas parece querer cambiar la ley matemática y, un día como ayer, se fue a Lisboa para estudiar in situ cómo habían hecho sus homónimos lusos para formar gobierno cuando quienes habían de constituirlo -y de hecho lo hicieron durante doce días- fracasaron en el intento. De mucha enjundia es el reto que tiene Pedro Sánchez por delante. O logra formar un gobierno, caso de que los populares no lo hagan, que lo tienen difícil, o, con toda probabilidad, deberá de abandonar la secretaría del partido y se le agotarán las posibilidades de encabezar la candidatura para unas eventuales y más que seguras elecciones anticipadas. Lo que pasa es que, para alcanzar su propósito, deberá de pactar con los grupos independentistas y con el partido de Pablo Iglesias que no renuncia a su promesa electoral de la convocatoria del referéndum soberanista en Cataluña. Es la única forma de alcanzar los 176 escaños que necesita, y lo hemos dicho en estas mismas páginas.
Nada impide que Podemos renuncia a su promesa electoral del plebiscito, pero ya sabemos de qué sirven las promesas cuando se trata de tocar poder. Por otro lado, su transversalidad favorece el hecho de que puedan aliarse con tirios y troyanos, pero aunque esto llegara a suceder (que mucho lo dudamos) quedan los de DyL (Convergencia), o PNV, y los de ERC, y éstos son los que no van a apearse de su montura independentista, a no ser que, a su vez, los socialistas se suban al mismo caballo. No creemos que los socialistas incumplan su compromiso por la unidad de España firmado por todos los grupos, salvo los mencionados anteriormente. De ahí que el pacto a la portuguesa se nos antoja poco más que inalcanzable porque en Lusitania han formado gobierno todos los partidos del arco de la izquierda, mientras que aquí el arco es mucho más heterogéneo y tiene un ingrediente muy específico: El Independentismo. Nos parece más plausible un pacto entre los dos grandes partidos, pero ya se han negado al apoyo y a la abstención en el acto de investidura. De manera que Pedro sólo fue a comer bacalao, y quedan por delante nuevas elecciones.

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