martes, 11 de septiembre de 2012

"¿ESTÁS TONTO, O QUÉ?"

Los cabreos del Rey
Su Majestad tiene malas pulgas, no nos cabe la menor duda. Supongo que se acuerdan ustedes de aquel “¿Por qué no te callas?”, dirigido hace unos años a Hugo Chávez. Pues el caso es que entre dictadores caribeños, conductores oficiales, yernos y algún que otro periodista están despertando la cólera real. El Rey ya está pasando de las palabras a los hechos. “Aparca ahí”, le dice a su chófer el otro día en una visita a la D.G.T. Ni caso. El monarca le da un pescozón. “¿Tú estás tonto, o qué? Aparca donde te digo, ¡joder!, que aquí ponen multa. No te digo con el Fernandoalonso éste”. Y tiene razón don Juan Carlos. La gente piensa que, como es un cachondo, se lo puede tomar a cachondeo, y no pué ser. Pa algo ye el Rey, pa mandar y pa que lu obedezcan. Faltaría más. 

Así es que, si esto ocurre en presencia de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión, me imagino lo que pasará en el ámbito doméstico, cuando no están los medios. A Iñaki le debe de estar cayendo la del pulpo. O, ¿no veis la cara de pena que tién, que talmente parez que se le ha muerto el canario? Deben de estar cayendo-í unes hosties como pa un grande. Aunque haya sido estrella del balonmano y esté acostumbráu a los balones medicinales. Un bofetón de tu suegru duel mucho, y más si ye de un rey con mala leche como el nuestru. Por eso marchó pa Guasinton. Pero ahora tuvo que volver porque lo mandó el Borbón: “Tú aquí, donde yo pueda controlate y date una hostia de vez en cuando, no sea que acabes engañando también a los del Fisco americanu. Acuérdate de lo que-í pasó a Al Capone”. Y el probe Urdangarín y la probe Infanta a obedecer, con esi triste semblante los dos. “Y nada de Cadillac, ni Chrisler…, usáis un utilitario d’esos de más de veinte años, con la ITV pasá, que sois un desastre y luego olvidáisvos”. De manera que los Duques de Palma anden guardáos por Barcelona con un Corsa de tercera mano. De camuflaje. El coche y ellos. ¡Vaya sofocu! 

Viendo esto a Duke no-i extraña na que el otru yerno, que también era duque, haya tomáo les de Villadiego. Andaba en patín por la calle y vestíu de una forma muy rara. Parecía Duque de lujo, no de Lugo y, claro, visto el talante real y los mamporros que iba a llevar, decidió escapar de la quema. A Paris, oh là, là. Donde les pasareles, que ye lo d’él.

Imágenes de Google

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