martes, 13 de octubre de 2015

BURUNDANGA



La escopolamina


Es un árbol que crece en las selvas tropicales suramericanas. Como la amanita phaloides y otras setas, uno de los vegetales más mortíferos de nuestro planeta dado que de él se extrae la escopolamina, una droga cien veces más letal que cualquier otra conocida que se toma por cualquier medio, bebida, inyectada, esnifada e incluso simplemente olida. Es un poderosísimo hipnótico que hace que la memoria no se fije, secuestra la voluntad y, en dosis no muy elevadas, llega a producir la muerte. Convierte a quien la recibe de cualquiera de estas formas en un auténtico zombi, un muerto en vida que, aún con una normal apariencia, hace todo lo que le ordenan, sin criterio propio y sin que, pasados sus efectos, esa persona tenga el más mínimo recuerdo de lo que ha hecho mientras estaba bajo ellos.
Hay recogidos cientos de casos en los que los afectados cuentan lo que les ha ocurrido, sin el más mínimo recuerdo de cómo pudo ser ingerida la droga. En Bogotá un hombre despertó una mañana en su domicilio, tendido en el suelo, y pudo observar incrédulo que en él no había mueble alguno. Tampoco estaban los electrodomésticos, cámaras de vídeo y resto de menaje. Ni sus tarjetas de crédito, ni su dinero. No había nada. Sólo estaba él, asustado y alucinado con el triste espectáculo que tenía ante sí. Bajó al portal del edificio y preguntó al portero si había visto sacar todos aquellos enseres que él echaba en falta y, con toda naturalidad, el hombre le dijo que la noche anterior había entrado acompañado de dos hombres y que él mismo le había dicho que esa misma noche haría mudanza y sacaría del piso todas sus cosas. Que aquellos hombres  le acompañaban para ayudarle en tal menester. Dado que había tenido un aspecto y comportamiento de lo más normal, el portero no vio en ello nada sospechoso.
Hay también testimonios de clientes de prostitutas que, sin darse cuenta, en una noche de desenfreno se vieron privados  de todas las posesiones que llevaban consigo. Dinero, tarjetas, reloj, cadenas… Todo. Sin duda habían bebido o inhalado una pequeña dosis de escopolamina que le había producido una amnesia total y absoluta. Como la de tantos políticos, empresarios y sindicalistas en nuestro país. Tendrían una burundanga en su jardín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario