martes, 23 de septiembre de 2014

OTRO GALLO



Todos somos políticos en ciernes

En cada uno de nosotros vive un político. Y hasta un banquero, si me apuran. Todos llevamos dentro un concejal, un alcalde, un ministro o un presidente. No hay más que observar las tertulias de los parques, los bares y cafés o las mismas peluquerías de damas y caballeros, los salones de belleza que llaman ahora, para ellos y para ellas. Todo consiste en ponerse siempre en el lugar de la oposición y anotar detalladamente todas y cada una de las cosas que a su juicio hacen mal quienes gobiernan que, en definitiva, no es más que el manejo y la administración de la viruta. Sin ir más lejos, fijándonos solamente en lo acontecido en este Valle a lo largo, digamos que, de esta última década y en las obras públicas acometidas y sin terminar o suspendidas sine die con unos presupuestos que meten miedo, que en muchos casos han sido o serán ampliados -para no variar- y en otros quedarán gastados y sepultados eternamente. No creemos necesario hacer especial mención de ninguna en especial. Están en la mente de todos. Obras faraónicas en muchos casos que ahora ponemos en tela de juicio. A ver, ¿para qué necesitábamos aquí soterrar las vías del tren, y para qué unos campos de minigolf, y para qué otra autovía por Bimenes, y para qué…?, y así pueden seguir absolutamente con casi todas las obras emprendidas a lo largo de los últimos años. Por supuesto las ya terminadas están mal hechas, mal trazadas o se ha gastado en ellas lo que no está en los escritos. Claro está siempre desde el punto de vista de quienes no han intervenido en su diseño y ejecución, y aún más claro para aquellos que no han intervenido ni en su discusión parlamentaria o consistorial. En definitiva para la mayoría silenciosa que es a quienes me refiero, para los tertulianos que nunca ven las cosas bien, porque si ellos mismos fueran concejales, alcaldes o presidentes otro gallo cantaría a concejos, regiones y al propio país.

Hace un par de días asistí como observador a un debate entre cinco o seis parroquianos donde se habló de todo esto. Y de aún más. De las hipotecas y desahucios, de las preferentes, de la soberanía de Escocia y Cataluña, de la familia Pujol Ferrusola y de la Biblia en verso, y ¡qué cosa! ninguno de los intervinientes estaba de acuerdo con el resto, cada uno tenía su propia receta que proclamaba a voces ante el resto, como si llevara razón. Visto lo cual me fui de allí y lo cuento aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario