lunes, 19 de diciembre de 2011

HASTA SIEMPRE, MAESTRO

                                                                 Ha debido el otoño
                                                                   de avisar que salía de viaje,
                                                                   dejándonos dormidos
                                                                   y aún medio desnudos.
                                                                   Ha sido cruel el otoño, lo ha sido,
                                                                   se fue sin avisar
                                                                   y se quedaron colgadas por fuera
                                                                   las llaves de la casa.
(Mercedes García Glez.)
Jamás hubiera querido escribir estas líneas pero no puedo sustraerme a ello. La verdad es que no soy muy partidario de los artículos obituarios en los que son habituales -porque quizás no pueda ser de otra forma- los tópicos y las loas hacia la persona que termina de irse. No quisiera caer en ello pero, si en algún momento lo hago, les ruego me perdonen. Lo hago emocionado, con los ojos llenos de lágrimas, el corazón dolorido y el alma encogida por la pena, porque se nos ha ido un hombre bueno, una persona íntegra, cabal, culta, generosa y cordial. Un hombre con mayúsculas. JOSE ANTONIO “CARABÍN”. Era mi amigo, lo era de todos nosotros.

Fuiste un hombre de firmes convicciones, “No soy el único que cree que el alcanzar la felicidad se consigue intentando, dentro de lo posible, hacer felices a los demás, a quienes viven dentro del mismo entorno…”, “hay que ayudar a los demás y darles buen ejemplo porque no valen solo bonitas palabras…”, “algunos no son más que víctimas de la enfermedad, del paro, de las injusticias, y esto no puede cambiarse de un día a otro. Tenemos que ser nosotros quienes vayamos dando ejemplo de vida”, me dijiste en una ocasión, y estoy convencido que ese sentimiento solidario con el prójimo lo pusiste en práctica cada momento de tu fecunda vida. Ahora se que lo conseguiste, has sido un buen ejemplo para todos. Un magnífico modelo. Mira lo que me dice uno de tus ex alumnos: “Tengo un buen recuerdo personal de "Carabín", que creo que es compartido además por muchos de los que fuimos alumnos suyos en el Instituto de El Entrego. Era una persona muy especial, aunando características tan diversas como el espíritu crítico, el interés por saber, el orgullo de "ser de la cuenca", y esa mirada tan especial hacia sus adentros en la que a veces parecía refugiarse”. Tú mismo me lo dijiste en aquella ocasión, ¿recuerdas?, “Yo que procedo de langreanos por parte de padre (Carabín y Ciaño) y mis abuelos maternos eran de San Martín (cerca de donde se dice que estuvo enterrado el Rey Aurelio), me siento hombre del Valle y no de este concejo ni del otro, ni del otro...”. El mismo orgullo que yo siento por haber compartido un trocito de tu historia. Tu hermosa y gran historia, José Antonio. La que dejas escrita para ser continuada por tus hijos, para ser recordada por tu encantadora esposa y por tus amigos que te llevarán por siempre en el corazón. Como yo te llevaré.

Quizás sobren las palabras, como tan emotivamente ha hecho ayer tu Banda para despedirte. Hoy su eco resonará en tu funeral. Aún no hace mucho ponías en valor mi valentía en estas columnas que Duke me inspira, y sin embargo hoy, en mi artículo más importante, no creo haberme expresado como hubiera querido. Pero sí puedo resumir todo en una sola frase: Te he querido y conservaré tu recuerdo como un hermoso tesoro. Hasta siempre, maestro.

2 comentarios:

  1. Querido Marcelino. Si mi padre leyera estas líneas que le has dedicado
    estaría feliz, no sólo por lo que dices de él y por cómo lo dices,
    sino también por cómo se refrenda una amistad mutua que os unía con
    fuertes lazos.
    Ya te lo he comentado pero quiero hacerlo público, "Carabín" os quería
    mucho a tí y a tu familia, se deshacía en elogios hablando de
    Marcelino González y de su padre y yo creo que es debido, a que
    vosotros como él, sois gente de otra pasta, gente buena.
    Te veré esta mañana y me gustaría darte un fuerte abrazo como el que
    él te daría, lleno de admiración y gratitud. Mi familia y yo mismo te
    deseamos lo mejor, en tu vida y también en lo profesional (Mucha
    suerte con el libro que has alumbrado y que presentarás el jueves),
    porque te lo mereces, porque eres hombre de buenos sentimientos y eso,
    al final, tiene que regresarte.
    Lo he visto estos últimos días, mi padre hizo el bien a mucha gente y
    toda esa gente no lo olvida. Yo de momento, no olvido todo el bien que
    tú, Marcelino, le hiciste a nuestro José Antonio, a Pepito, a
    "Carabín", a Papá. Gracias.

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  2. Ante la dificultad en hacer comentarios en mi blog, que intentaré resolver,y a petición de PELAYO FERNÁNDEZ GARCÍA (hijo de José Antonio "Carabín")he colgado la misiva que antecede.
    GRACIAS PELAYO

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