martes, 16 de febrero de 2016

LO INSÓLITO



Extravío



El sábado pasáu sábado hacía un viento de la virgen. Llevávalo to, hasta el vendaval. De hecho a mi arrancome el sombreru en un par de ocasiones, y eso que lu llevo bien enroscáu en la quijotera. Y en esto empezó a llover a cántaros, como en la canción aquella, y metime en un portal a esperar a ver si paraba un poco mientras echaba un pitu cuando, empujáu por una ráfaga, en medio de la calle aparez una cosu grande y oscuru. ¡Qué cosa más rara!, dije pa mi mismu yo. Y pese al pingue, acérqueme, y cogí el cosu del suelu. ¡Insólito!, un abrigu sin muyer dentro, con el frío que hacía y la que taba cayendo. Miré pa izquierda, derecha, alante y atrás -como en la canción- y no ví a nadie sospechosa de haber perdío un abrigu. De to les formes quedé allí quince minutos pa ver si aparecía la susodicha. Pero na. Así que, como en Langreo no hay Oficina de Abrigos Perdíos, llevelu pa casa pensando que se me ocurriría algo que hacer. De hecho, salí y dejé avisu en un supermercáo de por allí cerca. “Si bien alguien preguntando, que lu describa y si acierta ya-í lu daré cuando pase el frío”, dije a la dependienta.
Al día siguiente colgué una nota en una red d’eses y quedé a la espera que apareciera una moyer muerta frío que me dijera que el abrigu ye así y de la otra manera, que lu compró en Vega de la Torda, que lo trae la etiqueta de dentro y que pesa ocho o diez kilos. Que los debe pesar, ¡gunsumadre! Y quedé pensando cómo haríen esos que alguna vez encuentren un faju de billetes de la de dios. ¿Cómo los identifica el que los perdió?, ¿sabrá el número de serie de cada uno, o tendralos firmáos? En fin, que les coses de valor siempre son de alguien. Y esi alguien tien que saber identificales, si no pa el que lo encuentra. Lo que pasa ye que luego llega Montoro, el ministro, y diz que hay que forar p’ol abrigu, igual que si te tocara la lotería. Un 20 %, macho. En eso no había caío el menda, así que saques tú también les tijeres -como hacen ellos- y “raca”, a cortar los pespuntes de les mangues. Y dásiles al baranda, “toma el impuestu”. Ahora a ver qué hago yo con un abrigu de muyer y sin mangues. Pues como ye carnaval y quédame cortu, pongo cara de cabrón del far-west y úsolu de chaleco.

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